Resumen de un 2017 que he dedicado a aprender

Dicen que uno nunca deja de aprender, y más cuando quiere emprender nuevos proyectos. Durante este año he viajado incluso menos que en 2016, tan sólo 97 días, ya que he priorizado el leer libros, estudiar y asistir a congresos sobre los viajes puramente de ocio.

En cuanto a las fotos, he hecho menos de la mitad que en el año anterior, pero me gustan mucho más las que hago ahora. Cosas de ir aprendiendo.

Atardecer desde Cabo Home

Toda esta formación recibida, y que sigo recibiendo, verá la luz a principios de enero, así que estate atento a mis redes sociales, porque te encantará la propuesta que te traigo. Y como no, está relacionada con los viajes. Cuando uno tiene el virus del viajero, solo puede pensar en visitar nuevos sitios y contagiar su ilusión a otras personas.

En cuanto a los viajes de este 2017, empecé el año visitando mi querida Cantabria para asistir al espectáculo que Les Luthiers (Premios Princesa de Asturias 2017) daban en esta ciudad. Nunca 2 horas y pico se me pasaron tan rápido, vaya manera de reír.

Corriendo tras terminar el magnífico espectáculo de los argentinos, cogí un avión para ir hasta Barcelona, a la presentación mundial del Huawei P10 durante el Mobile World Congress. Desde entonces, este móvil es mi oficina portátil, y estoy muy contento con él.

En la presentación del Huawei P10
En la presentación del Huawei P10

Mi siguiente viaje fue a Galicia, donde descubrí parte del Camino de los Faros y del Camino de Santiago hasta Finisterre, saboreando lo mejor de la Galicia rural, donde uno va a descansar y reencontrarse con sí mismo. Una gozada. Como colofón de esta visita a Galicia, fue la celebración del aniversario de la asociación de bloggers de GaliciaTB.

El primer viaje fuera de España fue a Túnez, un país que me sorprendió por la calidez de los tunecinos, sus grandes paisajes, y donde experimenté vivencias tan chulas como dormir en el desierto en una jaima. Túnez es un país muy seguro para visitar y a muy buen precio, así que ahora es un gran momento para hacer un viaje a este país árabe.

El parque de atracciones de Port Aventura, y las islas de Ibiza y Formentera fueron mi viaje largo del año. En Port Aventura descubrí que soy un fan absoluto de las montañas rusas, pero solo si me siento en la primera fila. Debo de ser un poco yonki de la adrenalina.

Al final del camino de Santiago, en Finisterre
Al final del camino de Santiago, en Finisterre

En cuanto a Ibiza y Formentera, que visité a finales de abril, iba buscando bonitos paisajes a fotografiar, tranquilidad y experiencias nuevas, algo que encontré en abundancia en ambos micro paraísos. Además, en Formentera asistí al congreso Formentera Fotográfica, donde asistir a charlas y talleres de algunos de los mejores fotógrafos españoles. Toda una experiencia que me ha dejado con ganas de repetir.

Llegó mayo y el viaje más lejano de la temporada. Nada más y nada menos que la exótica Nepal. Durante dos semanas viví la bulliciosa ciudad de Katmandú, vi rinocerontes en libertad en Chitwan, y conocí lugares de tanta importancia para el budismo como Lumbini.

Fue un viaje de conocer las virtudes del país del Himalaya, de quedarme prendado con sus gentes, de degustar sus sabores, y de quedarme con ganas para la próxima ocasión de hacer un trekking al campamento base del Everest o la ruta circular al Annapurna. Si te gusta la montaña, Nepal es tu país.

Durante el verano estuve en mi ciudad, Gijón, centrándome en mi nuevo proyecto, pero eso no quitó tiempo para hacer algunas pequeñas escapadas, como por ejemplo a la fiesta de la Rapa das Bestas, que visitaba por segunda vez y que me siguió impresionando como la primera vez.

Me gusta ir en primera fila de las montañas rusas
Me gusta ir en primera fila de las montañas rusas

También Huelva tuvo su hueco durante el verano, un destino que me encantó por su gran gastronomía, bonitos paisajes, y una historia que ha sido clave para el desarrollo de occidente en los últimos siglos. Tan pequeña, y a la vez, tan grande.

La última escapada del verano fue a la Rioja Alavesa, donde visité las Bodegas Valdelana, una bodega familiar que nos recibió con los brazos abiertos y nos mostró lugares tan bonitos como Elciego o Laguardia.

Pasado el verano y el tiempo de playa, emprendí otra vez la temporada viajera, empezando por Ferrol y sus coloridas fiestas de Canido, una ciudad por la que nadie daba un duro, pero que en los últimos años está viviendo un gran florecimiento cultural.

Además, sus playas son de las mejores del norte de España, así que no hay excusa para no pasar unos días por allí.

La pequeña niña nepalí
La pequeña niña nepalí

De Ferrol fui hasta Pontevedra, la pequeña ciudad gallega que aún no conocía, y que con su filosofía de no tener coches en el centro, me conquistó. Pontevedra es una ciudad hecha para sus habitantes, para disfrutarla, para saborear con calma un café en alguna de sus plazas.

Otro gran descubrimiento para mi pequeño historial viajero.

Estamos ya en octubre y vuelvo a Andalucía, al Puerto de Santa María, para asistir al congreso de bloggers de viaje que se celebró en la ciudad del vino fino. Mucho networking, muchas ideas y mucho aprendizaje en estos intensos días regados con buen vino y mucho jamoncito del rico.

Si hay un sitio donde sepan lo que es vivir bien, ese es Andalucía.

Para rematar el mes, que mejor que volver a ver de nuevo a Les Luthiers, esta vez en Gijón, y conocer un poquito más la tierra donde vivo durante el blogtrip que se celebró aquí mismo, en Gijón. Degusté y disfruté de la ciudad junto a grandes bloggers, que quedaron encantados con la acogida.

Panorámica de Budapest
Panorámica de Budapest

Y llegó noviembre y el último gran viaje de la temporada. Cinco semanas que fui a Budapest, la capital de Hungría, para recibir una mentorización personalizada sobre creación y desarrollo de empresas. ¿Por qué Budapest te preguntarás? Pues porque es una ciudad que me encanta, está llena de balnearios, y su legado fotográfico es de envidiar.

Próximamente te contaré todos los secretos para vivir la verdadera Budapest.

Además, aproveché este viaje para escaparme unos días a Estambul, inmensa ciudad entre Europa y Asia que me sorprendió gratamente. Más que para visitar, Estambul me pareció una ciudad para vivir.

El año ya llega a su fin, no sin antes pasar un par de días en Madrid, ciudad en la que siempre hay algo para ver y hacer, y una última escapada a Portugal, a la región de las Montañas Mágicas. Igual el invierno no es la mejor época para visitar esta zona cercana a Oporto, pero la experiencia me dejó bastante frío, desilusionándome lo que me encontré.

Y aquí pongo punto y final a este 2017 de desarrollo personal, de mucho aprender y de ir estableciendo metas para el futuro, porque la vida es algo más que viajar y de hacer Instagram Stories, ¿o no?

Jinetes demostrando sus habilidades en la playa
Jinetes demostrando sus habilidades en la playa

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