Resumen de un 2013 muy internacional

Como siempre en el tiempo de descuento de este pésimo 2013, llega el momento de hacer balance viajero, que fue realmente espectacular, con muchos países descubiertos, nuevas experiencias, y sobre todo con más amigos de esta estupenda comunidad viajera que no deja de crecer.

Al igual que en 2012, no paré quieto ni un mes y conseguí hacer muchas fotos con las que estoy contento, así que se podría decir que voy por el buen camino con el blog y la fotografía. Haciendo la suma, superé la mágica cifra de 100 días de viaje (seguro que alguno más), tanto con grandes viajes como con escapadas de fin de semana. Un año que comenzó con Fitur (Feria del Turismo) en Madrid, como está empezando a ser costumbre, y donde tuve la suerte de ganar un viaje a México y otro a Andorra.

Ya en febrero volví a una de mis ciudades favoritas, Lisboa, para conocerla con más detalle, así como a Sintra, gran sorpresa que había visitado anteriormente pero no de manera tan exhaustiva. Cada vez me gusta más el país luso, por su ambiente y ciudades, y también por el rally que allí se celebra.

Le siguió una pequeña escapada a Andorra, con actividades tan divertidas como moto de nieve o mushing. De este modo, aprecié mejor el completo cambio de entorno que resultó el ir de Minubetrip a Menorca, una isla que me sorprendió por sus intensos sabores marinos, así como por sus costas, que quiero volver a recorrer con mucha más calma.

Con otra escapada a Mazarrón, donde vi delfines pasándoselo genial en el agua y descubrí las antiguas minas, terminé el mes de abril para dar paso a un mayo de lo más movido. Por fin volvía a cruzar el océano atlántico, algo que no hacía desde 2008, para descubrir un destino de lo más paradisíaco: la región de Samaná en República Dominicana. Un viaje que disfruté muchísimo por motivos evidentes, y donde probé la filosofía de vida totalmente caribeña. Por supuesto me encantó, y este fue el viaje con el que más he torturado a los amigos, contando batallitas y anécdotas.

Sin tiempo para pasar por casa, aterricé en Barcelona, donde siempre hay algo para visitar, en mi caso, la arquitectura del genial Gaudí. Y tras unos pocos días, nuevo encuentro viajero, en este caso en Tarragona, donde me sentí en la antigua Roma, con gladiadores y todo.

Y llegamos a junio, mes viajero por excelencia. Empecé Saboreando Gijón con otros compañeros bloggers para dar paso al gran viaje del año, más de un mes recorriendo Escocia. Aprovechando que el Pisuerga pasa por Valladolid, visité Sevilla (¡por fin probé los serranitos!), el Puerto de Santa María en un blogtrip con grandes compañeros, y Málaga, una ciudad que también me encanta y que sería el punto de partida del viaje por las Highlands.

En Escocia muchas aventuras todavía por contar, aunque sin duda la estrella fue el viajar en autocaravana, una forma de moverse que nunca había probado y que me encantó, sobre todo para países tan caros y despoblados como éste, donde resulta imprescindible estar en el lugar adecuado para fotografiar cuando las nubes te dejan ver el sol. Me asusté con tantos conos y estuve a la caza fotográfica de puffins, en unas semanas que sirvieron para conocer perfectamente esta tierra tan bonita y arisca.

Agosto, que es el mes que todo el mundo aprovecha para viajar, me lo pasé visitando Asturias con pequeñas escapadas, preparándome para cruzar el Atlántico otra vez, para descubrir un país que me fascinó: México. Medio mes es poco tiempo para conocer un lugar tan grande, diverso y sabroso, pero por lo menos subí a lo alto de antiguas ruinas mayas, volví a bañarme en el mar Caribe y saboreé una gastronomía que me encantó. Lo de desayunar 2 grandes platos hasta los topes no tiene nombre.

El otoño llega, y con él un viaje planeado en el último momento para ir al Rally Legend en San Marino, pequeño país dentro de Italia. Unos días de lo más racing, visitando varios museos de Ferrari, Lamborghini y viendo auténticas joyas con ruedas, que me sirvieron de pequeña toma de contacto con Italia, un país al que tengo incluso más ganas de visitar con tiempo, mucho tiempo.

El gran descubrimiento de este otoño fueron los viñedos de la Rioja, un paisaje muy colorido y espectacular que está pre-inscrito como Patrimonio de la Humanidad, y que aconsejo visitar antes de que se masifique. Una región donde cualquier excusa es buena para tomar una copa de vino.

Noviembre fue un mes de lo más rural, con escapadas por Asturias, Cantabria y la sierra de Aracena, en Andalucía. Un tipo de turismo que siempre me gustó mucho, por eso de estar en contacto con la naturaleza y cerca de la montaña, y que es ideal para hacer en otoño, la época en que los bosques están más bonitos.

Para terminar el año, di la bienvenida al invierno con nieve en Polonia, otro de esos países que está dando mucho que hablar últimamente, y es que sus bonitas ciudades, su intensa vida nocturna y rica gastronomía a buen precio son más que buenas excusas para visitar lugares como Cracovia o Varsovia.

Por último, dar las gracias a todos los compañeros de viaje por soportarme con la cámara, y sobre todo a los que estáis al otro lado de la pantalla leyendo estas palabras y viendo las fotos, sois el verdadero motor de este blog en el que intento mostrar lo bonito que es el mundo y daros las mejores ideas para planear vuestros propios viajes.

Sin enrollarme más, ¡feliz 2014, un año en el que espero todos cumplamos nuestros sueños!

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