Conociendo Faro, la capital del Algarve (sur de Portugal)

La región portuguesa del Algarve es de sobra conocida por sus espectaculares playas, como la de Santa Ana o la de Carvoeiro, y por ser uno de los antiguos fines del mundo, con el Cabo San Vicente. La espectacularidad de su costa hizo que en los años 60 esta región sufriera la locura de las urbanizaciones de playa, y muy pocos pueblos fueron ajenos a ese desaguisado. Faro, la capital del Algarve en Portugal, fue uno de ellos, gracias a que no tiene playa.

Trapos tendidos en una barandilla del puerto de Faro con una gaviota revoloteando
Trapos tendidos

A pesar de que Faro no tiene playa, toda su costa es Parque Nacional, gracias al gran humedal de la Ría Formosa, un pantano de 18.400 hectáreas que sirve de hábitat para aves acuáticas, similar al Parque Nacional de Doñana, y que forma un puerto natural que ayudó al desarrollo marítimo de Faro.

Qué visitar en Faro

Faro nos sorprenderá porque, aunque sea la capital del Algarve, aquí la vida sigue manteniendo la tranquilidad del sur de Portugal, alejada de las hordas de turistas de sol y playa, y conserva un casco histórico con el equilibrio justo entre decadencia portuguesa y conservación.

Dos chicas piragüistas en el puerto de Faro al lado de una barca llamada Ando Com Deus
Remeras en el puerto de Faro
Gran nube sobre el puerto de Faro y sus barcas en un día de tormenta
Barcas en Faro
Tres señores sentados en un banco junto a un perro miran pasar
Descansando en el parque
Ventana de la fachada de un edificio rojo
Fachada roja

El punto de partida ideal para visitar Faro es su puerto, abarrotado de barcas de recreo y de pescadores, y que nos ofrecerá buenas vistas a la Ría Formosa, así como de los aviones aterrizando en el aeropuerto, que inexplicablemente está en medio del Parque Nacional, o mejor dicho, el Parque Nacional se ajustó a las dimensiones del aeropuerto. Aún con aviones, la ría es muy bonita, y hay varios embarcaderos para adentrarse un poco en el agua.

A lo lejos se ven las islas arenosas que hacen de barrera con el Océano, Ilha da Barreta e Ilha da Culatra, que se pueden visitar en alguno de los barcos turísticos que zarpan del puerto. Por la falta de tiempo no pude visitarlas, aunque todo el mundo habla muy bien de ellas y de sus playas, por lo que es más que recomendable guardar medio día para ir en barco hasta estas islas.

Una pareja de ciclistas cruza por delante de la Cámara Municipal de Faro
Cámara municipal de Faro
Vista panorámica de cuatro personas caminando por una calle del barrio antiguo. Al fondo, la Albufera
Barrio antiguo
Un tren turístico verde cruza por delante de la catedral de Faro
Tren turístico
Un señor mira atentamente unas reliquias religiosas, unos brazos y manos disecadas
Mirando reliquias
Detalle de un naranjo con muchas naranjas, al lado de la Cámara municipal de Faro
Naranjos

Volviendo a las calles de Faro, muy cerca del puerto tenemos la ciudad antigua, testigo perfectamente conservado de como era antiguamente la ciudad, a la que podemos acceder por el Arco da Vila o alguno de los otros arcos que salpican la muralla que rodea todo el conjunto.

En su interior de calles empedradas encontramos los edificios más importantes, como viene siendo el Ayuntamiento (Cámara Municipal), la catedral (Sé de Faro), el Museo Arqueológico, y por supuesto varios restaurantes con terraza donde degustar las capturas del puerto pesquero.

La visita a la catedral (Sé de Faro) me pareció una cosa imprescindible a hacer en una visita a Faro, ya que desde lo alto de su campanario tenemos las mejores vistas, tanto de la ciudad como de la Ría Formosa, y por dentro es bastante más espectacular de lo que entre deja ver su anodina fachada.

En la visita a la catedral también podemos ver el museo de reliquias religiosas, donde, como curiosidad, hay huesos en urnas transparentes, así como el pequeño claustro de la catedral.

Una pareja de ancianos camina por debajo de un naranjo llevando un paraguas
A la sombra de los naranjos
Una pareja de ancianos cruza el paso de peatones delante de un edificio monumental de Faro
Paseando por Faro
Foto nocturna del Arco da Vila de Faro con un árbol delante
Arco da Vila de Faro, entrada al casco histórico
Las pequeñas barcas del puerto de Faro al atardecer, en la hora azul
Puerto de Faro al anochecer

Por mucho que queramos perdernos por la ciudad antigua nos va a ser imposible conseguirlo, ya que sigue una ordenación circular muy sencilla y, además, es bastante pequeña, aunque muy agradable de recorrer a la sombra de los naranjos.

Fuera de las murallas, tenemos muy cerca el eje comercial de la ciudad moderna, que mantiene un estilo muy parecido al de la ciudad antigua, aunque notaremos algunas diferencias en los escaparates y en la cantidad de gente que hay por la calle, ya que este es el verdadero corazón de Faro, donde se congrega la mayoría de la vida diaria.

En medio día podemos recorrer esta pequeña ciudad portuguesa, que alejada de los circuitos turísticos, guarda muchos atractivos para visitarla, como por ejemplo ser la sede de un Rally del Campeonato del Mundo, y que la temporada baja de Faro es en pleno verano, cuando los estudiantes vuelven a sus casas.

Información para viajar a Faro, Algarve:

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  1. BOS DIAS. ESTOY INTERESADO EN CONOCER LOS POSIBLES CRUCEROS MARITIMOS EN LA COSTA DE EL ALGARVE Y NO HE PODIDO LOCALIZAR NADA EN LA GAGINA DE TURISMO DE PORTUAGAL.
    LES RUEGO ME INFORMEN SI ES POSIBLE.
    OBRIGADO

    Enrique García lucena

  2. Faro es una ciudad pequeñita que se ve en poco tiempo. Dedicándole una mañana o una tarde es suficiente. Al menos a mí no me hizo falta más. Seguí esta ruta, que encajó bastante bien en mis planes: walkingo.com/route.php?city=35