Guía de Lisboa: Belém, la zona monumental

Sin duda el barrio que más atrae a los turistas que visitan por primera vez Lisboa, Belém parece que fue construida para que los viajeros disfrutaran haciendo fotos a monumentos únicos y paseando a la vera del Tajo. Los lugares imprescindibles a descubrir aquí son varios, por lo que es recomendable reservar un día para ver Belém tranquilamente.

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Desde el centro se llega rápidamente en el moderno tranvía 15, tras pasar por debajo del puente 25 de Abril, la estación de Carris y el puerto de Lisboa. Nos podemos bajar en la parada de Belém si queremos ver un poco del barrio, o en Belém-Jerónimos si queremos hacer la visita rápida.

En la visita extendida, que para eso somos viajeros que vamos con tiempo, nos bajaremos en la primera, justo delante del Museu Nacional dos Coches, que guarda una extensa colección de carros de caballos que dicen que está muy bien (no tuve la suerte de verlo porque siempre me lo encontré cerrado), y del Palacio de la Presidencia de la República, hogar del presidente y donde hay un museo que podemos visitar, aunque no es muy recomendado.

Caminando siempre hacia el oeste, siguiendo la marea de personas, llegaremos al templo de la pastelería: los Pastéis de Belém, cuna de los famosos e inigualables pastelitos. Mi consejo: comprar primero unos cuantos para probarlos, y si te gustan puedes comprar más al terminar de ver Belém, de este modo evitas cargar con ellos, además de que calientes están aún más deliciosos.

Siguiendo la calle, veremos el Mosterio dos Jerónimos (Monasterio de los Jerónimos), imponente monasterio manuelino Patrimonio de la Humanidad. Pero antes de entrar en él, está el Jardim Botânico Tropical, una visita que recomendaría a los más fanáticos de los botánicos, sobre todo por su pequeño jardín japonés, que aunque no esté muy bien mantenido, es algo curioso de ver.

Ahora sí, ya podemos entrar en el monasterio y recorrer el claustro y la iglesia en una visita que puede llegar a durar hora y media. En el mismo edificio se encuentra el Museo Nacional de Arqueología, y justo al lado, el Museo de la Marina, así que podemos estar muy entretenidos viendo museos durante todo el día.

Tras terminar la sesión cultural, toca visitar el Jardim da Praça do Império, el bonito parque que se encuentra justo delante del monasterio y que siempre tiene muchas gaviotas refrescándose en las fuentes.

Cruzando la autopista (por el paso subterráneo, por favor!), está el Padrão dos Descobrimentos (Monumento a los Descubrimientos), donde se conmemora a los grandes descubridores portugueses, como Vasco da Gama o Fernando de Magallanes.

En el interior del edificio realizan exposiciones temporales, entrada que va incluida con la subida al mirador, desde el que hay unas excelentes vistas al río Tajo, al puente 25 de Abril, al Mosteiro dos Jerónimos y a la Torre de Belém, nuestro próximo destino. Si quieres buenas vistas, este es el mejor mirador de la zona, incluso mejor que la Torre de Belém.

Para llegar hasta la Torre de Belém lo mejor es ir caminando, y así vemos un poco de esta zona eminentemente lúdica, con varios restaurantes, puerto deportivo y amplias zonas para pasear, andar en bici e incluso pescar.

La Torre de Belém, también Patrimonio de la Humanidad, es otro de los referentes del estilo manuelino (el gótico portugués con influencias moriscas, edificios muy ornamentados por decirlo en pocas palabras), y se usaba antaño como torre de control del tránsito de barcos en el estuario del Tajo (Tejo).

Se puede visitar por dentro, aunque su mayor interés reside en la fachada exterior y su interior está completamente vacío, además de que las vistas no son tan buenas como en el Monumento a los Descubrimientos. Éste es un buen lugar para ver el atardecer.

Al oeste de la torre, dentro del mismo jardín, está el Museu do Combatente (Museo del Combatiente), y el Forte do Bom Sucesso (Fuerte del Buen Suceso), lugar en el que se pueden ver varios monumentos en memoria de los soldados que lucharon en diferentes guerras, además de visitar el museo militar dentro del fuerte, indicado sólo para los entusiastas de la historia militar.

La vuelta al centro de Lisboa la podemos hacer en tranvía o caminando por el largo paseo al lado del Tajo. Si tenemos tiempo y nos interesa, la antigua nave industrial de LX Factory (Rua Rodrigues de Faria, al lado del puente 25 de Abril) agrupa a artistas de diversa índole bajo un mismo techo, pudiendo ver gran cantidad de exposiciones, conciertos, performances y otras expresiones artísticas.

Como veis, un barrio de lo más completo, donde hay opciones para todos los gustos.