Vuelta a Málaga un año después

Hace tan sólo un año que estuve en tierras malagueñas, y tras visitar Sevilla y el Puerto de Santa María, volví a pasar un par de días en esta ciudad andaluza que presume de tener uno de los mejores climas de Europa. Esta segunda visita a Málaga me ha permitido volver a visitar lugares tan especiales como la Alcazaba, una Alhambra en pequeñito, mucho más agradable de ver por tener menos visitantes, y redescubrir sabores tan de mar.

La visita a Málaga no pudo empezar de mejor forma, volviendo a encontrarme con Fran de My Guia de Viajes, recién aterrizado de su viaje por Dublín. Fran nos acercó hasta el mirador del Parador Nacional y el castillo de Gibralfaro, unos lugares que ofrecen unas vistas privilegiadas de toda la ciudad. El día soleado y las nubes que moteaban el cielo hicieron el resto.

Nuestra visita a la ciudad continúo sin Fran, que tuvo que atender sus obligaciones cotidianas. Entramos a la ya mencionada Alcazaba, que cada vez me parece más interesante, y pateamos el centro de Málaga, muy fácil de visitar y dónde, al contrario que en Sevilla, no te tienes que preocupar por los coches, ya que es totalmente peatonal.

Estando en la tierra de los boquerones, no podía faltar degustar unas excelentes tapas en un bar con mucha solera, como es el Orellana. Como se oía por ahí, «que buenos están estos malagueños, sobre todo con limón!«. Los espetos, el tinto de verano y los helados completaron este par de días a ritmo relajado en los que disfrutar de los últimos rayos de sol antes de llegar a Escocia, lugar al que estoy volando ahora mismo y al que espero que Ryanair me lleve sin incidencias.

En un par de días os contaré que tal por Glasgow!