De turismo rural por el Parque Natural Saja Besaya de Cantabria
Tenía ganas de ver el otoño. De fotografiarlo. De andar entre hojas ocres y rojas, de ver cascadas y de sentir los bosques en la mejor época para fotografiarlos. Las agoreras previsiones meteorológicas, así como el frío viento, no fueron impedimento para calzarme las botas, cargar con el trípode y acercarme a descubrir el Parque Natural del Saja Besaya, el más grande de Cantabria, de la forma que más me gusta: perdiéndome en coche por carreteras de montaña.

Ya en el camino desde Gijón hasta Cabezón de la Sal y Selores, el fin de semana prometía, con una mezcla de tiempo tormentoso y soleado que dio para unas cuantas buenas fotos en la playa de Amio (en el pueblo de Pechón) y la ría de Tina Menor. El tiempo en otoño estará fresco, pero la luz es siempre cálida e inclinada, lo que hace que los paisajes luzcan como nunca.
Excepto cuando está nublado, pero siempre hay que confiar en la suerte y en el viento, nunca se sabe cuándo un rayo de sol va a colarse entre las revoltosas nubes. Lo visto en la playa de Amio compensó el insulso atardecer, boicoteado por los caóticos juegos de las nubes.
Esta pequeña escapada de turismo rural fotográfico no pudo tener mejor base, la Casona Camino Real de Selores ofrecida por SelectaHotels, un acogedor hotel rural ideal para irse adaptando a las tierras de Cabuérniga. Aunque llegues de noche, como fue mi caso, notarás el mimo con el que cuidan la casona y sus jardines. De día, no hay lugar a dudas, el lugar es muy precioso. Como la montaña está muy cerca del hotel, madrugar es obligatorio para ver qué deparará el amanecer.
Meterse por un camino de tierra transitado por cazadores, flanqueado por vacas y que termina en un refugio de montaña desde el que se ven los Picos de Europa y el Mar Cantábrico sólo puede tener un resultado: preciosas vistas y alguna buena foto. Tanto madrugar tiene sus ventajas, y es que puedes desayunar dos veces, así que ración doble de sobaos pasiegos, cómo no, de El Macho (fabricados en el cercano valle del Pas).





Con el estómago lleno, era momento de ir hasta el Parque Natural Saja Besaya en busca de la típica estampa otoñal, árboles de todos los colores excepto el más usual, el verde. En sus 24.500ha se puede encontrar robles, hayas, acebos y abedules principalmente, así que el paisaje podía estar muy bonito, según como estuviera de avanzado el otoño.
Siguiendo la carretera CA-280 llegué hasta el Centro de Interpretación del Parque Natural Saja-Besaya, y aunque normalmente estos centros resulten inútiles por lo mal aprovechados que están, por una vez tuve que comerme mis prejuicios (por lo menos no engordan, ¿no?).
El guía del centro, muy majo, me indicó varias rutas para intentar llegar a algunas cascadas y miradores desde los que ver mucho bosque. Podemos comprar el sencillo e impreciso mapa del Parque Natural (1€, con visita a la exposición) para orientarnos básicamente y así saber qué desvíos coger, pero tampoco hay muchas opciones a parte de la carretera principal.
Los 14,5 km de carretera hasta el puerto de Palombera será todo lo que podamos recorrer cómodamente en coche, puesto que el resto de caminos del Parque Natural son de tierra, y en teoría para uso forestal, así que lo mejor es ponerse las botas y andar.
La otra carretera en el P.N. Saja Besaya es la que lleva a Bárcena Mayor, posiblemente uno de los pueblos más bonitos de Cantabria, situado en pleno corazón del parque. Se llega siguiendo la misma carretera, la CA-280, y desviándose en la S-203, aunque una vez en Bárcena Mayor se termina el camino.





Desde el centro de interpretación hasta el puerto de Palombera podemos ver lugares muy bonitos fácilmente. El primero, el Pozo del Amo. En el propio puente de la carretera tendremos las mejores vistas de esta serie de cascadas, que por un momento me recordaron a la húmeda Escocia.
Bajar hasta el nivel del río parece bastante difícil desde el puente, así que mejor hacerlo siguiendo un camino que hay poco más adelante, en la ruta a «Los Puertos de Sejos» que empieza en el aparcamiento de La Jayá Cruzá.
Esta ruta, que se extiende por 15km, nos lleva hasta la cabecera de los valles, y como suele ocurrir en las sendas de las comunidades norteñas, estaremos siempre acompañados por un pequeño riachuelo, en este caso, uno con terrorífico nombre: el Arroyo del Diablo.
Como el cielo amenazaba tormenta y quedaba poco tiempo para el atardecer, tuve que dar media vuelta mucho antes de llegar al final de la ruta (y de la mitad, ejem ejem), pero no por ello disfruté menos del entorno. Los bosque todavía no estaban coloridos del todo, quizás debido al cálido otoño de este 2013, pero aún así el lugar es para caminarlo durante todas las estaciones.






Otro lugar de muy fácil acceso es el Balcón de la Cardosa, también a pie de carretera. Las maravillosas vistas desde este mirador a toda la masa forestal son disculpa suficiente para acercarse hasta el Parque Natural Saja Besaya, aunque sople un viento huracanado como el que tuve que sufrir.
Terminar el día despeinado no es problema si has disfrutado como un enano correteando por los bosques cántabros. En menos de 5 kilómetros se llega al Puerto de Palombera, no sin antes pensar en cuánto tránsito tenía este camino tras ver la inmensa Venta TajaHierro, hoy en día creo que abandonada.
Aquí termina el Parque Natural Saja Besaya, pero aún podemos continuar explorando Cantabria e ir hasta Reinosa (¿alguien ha dicho La Fuga o nacimiento del río Ebro?) y a un paso está la estación de esquí de Alto Campoo con sus montes, donde aún vive el oso pardo en libertad.
O también contamos con la posibilidad de volver sobre nuestros pasos para conocer Carmona e ir hacia el valle del Liébana, a encontrarnos con el desfiladero de la Hermida, antesala de los Picos de Europa. Pero esa será otra historia, aderezada con vías ferratas, balnearios y miradores desde los que contemplar al gran quebrantahuesos volando bajo nuestros pies.
Más información:
- Parque Natural Saja-Besaya (datos y rutas)
- Centro de Interpretación Parque Natural Saja-Besaya (horarios y actividades)
- Turismo de Cantabria
- Alojamiento patrocinado por ClubRural.com
Preciosas fotos, Víctor!! Un gran lugar el Saja-Besaya, a mi también me encantó :)
Gracias! Sólo conocía el sitio de pasada, y tengo ganas de explorarlo un poco más
Vaya que pasada de lugar!!! y las fotografías están geniales, definitivamente un lugar que tengo que ir a visitar.
gracias por compartir este interesante artículo, buenas fotos
Aquí un emigrante cántabro con lágrimas en los ojos y añoranza en el corazón…
Preciosas fotos y descripción.
Gracias!!!
Gracias! Me alegro de que te haya gustado el artículo, por comentarios así merece la pena seguir escribiendo
Interesante, aun cuando la forma no es muy acperiada el arquitecto conservo el balance y simetreda, todas las formas encontradas en la parte frontal del edificio son parte de cualquier Puerto ased como los colores pero la fotografeda ae9rea que tomaste es clave, ya que se puede apreciar como las torres forman parte de las grfaas de un astillero, pero si vez el edificio desde arriba observas como el techo representa agua y le da a la parte frontal y trasera la forma de una caedda de agua. Nada fe1cil y genial a la vez.Gracias Teacher,JSLCorpus Christi, TX