Viajando a la Costa Brava de camping
Le tengo un cariño especial a la Costa Brava, la costa de Girona, en Cataluña.
Y estoy seguro de que, si aún no la conoces, tú también le cogerás mucho cariño a esta zona tan bonita y donde uno disfruta de viajar y de vivir.
Palabra.
¿Por qué estoy tan seguro?
Porque además de los impresionantes paisajes, formados por abruptos acantilados, calitas de ensueño rodeadas de bosques de pinos y coquetos pueblos que te trasladan a una forma de vida más conectada con la tierra, aquí puedes salirte del habitual hotel de sol y playa.
Te sugiero que pruebes a reservar un camping en Costa Brava.
Sí, un camping, aunque no hace falta que vayas con la tienda de campaña, ya que hay muy buenos campings con bungalow para toda la familia, en los que vas a combinar dos ventajas:
– Tener vuestra propia casita para disfruta de las vacaciones
– Contar con las instalaciones del camping, como piscina y animación, para que toda la familia se divierta.
Alojarse en un camping no es algo aún muy habitual en España, aunque en Francia es una de las mejores opciones cuando viajas en verano y el buen tiempo acompaña, algo que ocurre en la Costa Brava durante casi todo el año.
El lugar más animado de la Costa Brava para viajar
Una vez decidida la forma de alojamiento, solo te queda escoger en qué sitio alojarte, y es que los 214 kilómetros de costa dan para mucho.
De nuevo, hay opciones para todos los gustos.
Si vas buscando una animada vida nocturna, mezclarte con mucha gente de todos los rincones de Europa e incluso del mundo, y estar cerca de muchos restaurantes, entonces la zona de Blanes y Lloret de Mar son tus mejores opciones.
Esta es la zona más turística de la Costa Brava, y recuerdan a lugares como Salou o Benidorm.
Lo dicho, zonas con mucha gente y mucha fiesta.
La Costa Brava más tranquila
En cambio, si eres más tranquilo y quieres tener unas vacaciones cerca de calitas idílicas y pueblos con encanto, entonces tienes que ir más al norte, a lugares como Platja d´Aro o Pals.
Al norte de Tossa de Mar empieza la verdadera Costa Brava, y es que este pueblo es la razón de por qué me gusta tanto esta zona.
Mi primer viaje de turismo con mis padres, cuando era un niño de nueve años, fue hasta aquí. Imagínate el panorama, cruzar media España desde Asturias hasta Tossa de Mar en un coche sin aire acondicionado, circulando por carreteras nacionales, y sin el móvil para entretenerte.
No recuerdo si fueron 12 o 14 horas las que tardamos en llegar, apenas parando para comer y repostar gasolina, lo que sí recuerdo es el tremendo impacto que me causó llegar a Tossa de Mar y ver el imponente castillo a orillas del Mar Mediterráneo.
El castillo sigue ahí, como la Gran Platja y la Platja d´es Codolar, esperando para causarte también una gran emoción.
Arte y riesgo en la Costa Brava
Y si sigues más hacia el norte, ya casi en la frontera con Francia, llegas a las zonas más exclusivas de la Costa Brava, con Roses, Empuriabrava y Cadaqués a la cabeza.
Esta zona en pleno parque Natural del Cap de Creus es tan maravillosa que un genio como Dalí decidió vivir aquí gran parte de su vida, concretamente en Portlligat, a un paso de Cadaqués.
Decía con gracia que era el primer español en ver amanecer, pues es el pueblo más al oeste de la España continental.
Aquí no te puedes perder los canales de Empuriabrava, e incluso te puedes atrever a hacer un salto en paracaídas si te gustan las emociones fuertes.
La Costa Brava es tan variada que seguro encuentras tu lugar idílico para pasar tus vacaciones, así como el camping que se ajusta justo a lo que estás buscando.
Feliz viaje.
Hermoso lugar, espero poder viajar algún día