Resumen del 2022, año de curvas y horquillas

Menudo año. Eso es lo que puedo decir de este 2022 que ya se ha acabado. Lo que empezaba con optimismo por el ocaso del Covid, se ha convertido en una carrera frenética llena de emociones, no muchas viajeras, pero sí en otros aspectos.

Me vuelvo enigmático porque esto es un blog de viajes y aquí no vengo a hablar de mi vida personal, si no de mis aventuras por el mundo. Solo puedo decir que la cosa pinta muy bien, así que brindemos por ello.

En cuanto a viajes, he viajado poco. Tan solo 50 días este año. Lo sé, es mucho comparado con el 99% de los mortales, pero poco con los días que danzaba por el mundo antes de pandemia, donde pasaba de 100 días con holgura. Aun así, han sido viajes emocionantes y divertidos, como tienen que ser los viajes.

Ceremonia en la India delante del Taj Mahal
Ceremonia delante del Taj Mahal, momentos sorprendentes del viaje

Empecé el año con el tradicional Fitur, la Feria de Turismo de Madrid, lugar al que decimos que vamos a trabajar y nos lo pasamos de fiesta en fiesta. Así de inescrutables son los caminos de la vida.

Tuve que esperar unos meses hasta mi primer gran viaje del año, en abril, a un país que odias o te encanta. En mi caso, me encanta la India. Esta vez volví para visitar Kerala, una zona paradisíaca repleta de palmeras, y hacer el circuito mítico de la India: Agra, Jaipur y Nueva Delhi. Esta última parte en solitario, con mochila a la espalda, y disfrutando mucho de ser el único blanco en todos los sitios, incluso en el Taj Mahal. (Aquí mi recomendación para viajar por la India sin problemas).

Inmersión total.

Además, conocí a gente muy maja, como los guías que tuve en Jaipur (si vas por allí no dudes en contactarlos, son buena gente, aunque te lleven a alguna tienda para gastarte los dineros), y gente que se cruza en tu camino. Nunca deja de asombrarme lo diferentes que parecemos y lo iguales que somos todos.

Coleta de mujer delante del Taj Mahal
Coleta y monumento

Después estuve unos días con mis amigos de Minube en la isla de La Palma para probar en viajes el Samsung tope gama, el Galaxy S22. Con estos compañeros de viaje me iría al fin del mundo, como para no con Ignacio Izquierdo, David de la Iglesia y María José. Un dream team muy divertido. Alucinante ver lo que ha hecho el volcán, y seguir descubriendo la exuberante naturaleza de esta isla. Es las Canarias, sí, pero aún más verde.

De isla a isla y tiro porque me toca, aprovechando los vuelos directos de Binter, estuve unos días en Madeira, una isla que me sorprendió por sus cuestas, y por la intensa niebla. ¡Así no había forma de hacer rutas! Aun así, tengo algunas fotos chulas del amanecer, y de las maravillosas flores de Madeira. Un destino para volver con calma.

Mirador en Madeira
La niebla desde el mirador de Madeira

La cosa no para, y al poco tuve mi siguiente gran viaje del año, esta vez a la Laponia de Finlandia, un país que conocía en invierno todo cubierto de nieve, y que, en verano, con el sol de medianoche, parece que te lo han cambiado. Sí, ahí sigue Papá Noel y los renos, muchos renos, a lo que hay que añadir hordas de mosquitos inmisericordiosos que solo desean hacerte la vida imposible. Lo del sol de medianoche es algo que tienes que ver alguna vez en tu vida, porque es alucinante. Eso sí, sigo prefiriendo Finlandia con mucha nieve. ¡Es tan divertida!

Aquí ocurrió la tragedia, pues mi cámara grande de fotos, una vetusta (e irreductible, hasta ahora) Canon 5D Mark II, dijo basta. Un error feo, y ha tocado el paso por el mecánico. Menos mal que llevaba una cámara extra para salvar el viaje, no es lo mismo pero salvas algunas fotos chulas.

Y aquí prácticamente se terminó el año viajero. Tuve algunos viajes por España, hasta que ya en noviembre asistí al evento de KLM #klmhouseValencia, el encuentro de bloggers para hablar de la sostenibilidad (y de viajes, por supuesto). Un encuentro muy divertido, y es que ya teníamos ganas de eventos presenciales.

Los turistas, esa sorprendente especie

Para rematar el año probé lo que es viajar de Coliving, asistiendo al organizado por Sin Oficina. Un coliving es un encuentro donde personas con las mismas inquietudes o trabajo (en este caso emprendedores), se reúnen en una casa para pasar unos días. Lo podían haber llamado campamento, pero las palabras en inglés siempre suenan mejor. Fue una experiencia que me aportó mucho, sobre todo aprender nuevos bailes y comer muy bien (¡todo cocinado por nosotros!), además de conocer a gente fantástica que te hace reafirmar tu fe en la humanidad.

Sí, esto me ha quedado algo hierbas.

Como remate viajero ha sido una gran experiencia esto de probar el coliving, algo que te recomiendo que hagas si tienes algún hobby que te guste mucho (por ejemplo, la fotografía o la pintura), y quieras una inmersión total. Lo vas a disfrutar muchísimo.

Y hasta aquí este resumen viajero del año.

Empiezo el 2023 con muchas ganas de trabajar, compartir ilusiones y claro, viajar, que eso que nos llevamos de ir conociendo el mundo poco a poco.

Te animo a que hagas tu propio resumen viajero del año pasado, así como empezar a planear este nuevo año (si no lo has hecho ya).

Nube con forma de dragón
¡Dracarys!

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