El otoño es mágico en el Valle del Ambroz, al norte de Extremadura

Grandes paisajes con mucho colorido. Eso es para mí el otoño, mi estación del año preferida para hacer turismo rural y perderme durante unos días por los bosques y valles, que en esta época son una explosión de color. Los amarillos, ocres, rojos y marrones pintan los árboles en buena parte de nuestra geografía, y poco a poco voy descubriendo lugares que se vuelven incluso más bonitos a finales de octubre: los viñedos de la Rioja, los bosques de Cantabria, y ahora un lugar mágico, el Valle del Ambroz, en Extremadura.

En este valle el otoño es una celebración por motivos evidentes: los ganaderos están en plena fiesta de la trashumancia; el clima, aunque fresco, permite disfrutar del colorido otoñal; y en los bosques podemos recolectar los manjares por excelencia del otoño, ¡setas y castañas! Así es lógico que muchos nos echemos al monte antes de que lleguen las primeras nieves, y más si los ocho pueblos del valle están de fiesta continua.

Conciertos, jornadas gastronómicas, rutas senderistas, charlas y muchas otras actividades son organizadas con ayuda de muchos voluntarios para festejar el otoño. Durante mi estancia en el Valle del Ambroz coincidí con las fiestas de La Garganta, uno de los pequeños pueblos del valle, y asistí a una parte de la celebración muy divertida: los toros infantiles.

Supongo que por Extremadura y Castilla sean algo habitual, pero yo nunca había visto algo así.

Unos mozos, al son de la banda, se dedicaban a correr con los carros de aspecto taurino mientras los niños y no tan niños los toreábamos, nos subíamos a ellos, o esquivábamos los chorros de agua que salían de la cabeza de estos peculiares toros. Diversión tanto para niños como para mayores y una buena forma de hacer ejercicio, pero ¡cuidado! porque nadie se salva de una buena salpicadura por mucho que se haya ido con la intención de observar.

Sin duda, la actividad estrella de este otoño mágico es caminar por el bosque, buscando setas, castañas, o disfrutando sin más del paisaje. Para ello organizaron diferentes marchas senderistas. La más multitudinaria fue para hacer la ruta de Los Bosques del Ambroz, entre las villas de La Garganta y Segura de Toro, pasando por la capital, Hervás, y Gargantilla. 24,3km de ruta por el corazón del Valle del Ambroz en el que ver castaños de todos los colores, robles, paisajes de dehesa, diferentes tipos de aves, cruzar ríos y hacer una parada para recobrar fuerzas en el bonito pueblo de Hervás.

Hervás posiblemente sea uno de los pueblos más bonitos de Extremadura debido sobre todo a su barrio judío. Pasear por la calle Rabilero, a la vera del río, o por el callejón que dicen es el más estrecho de España, son experiencias que te transportan a otro tiempo en un pueblo que mantiene intacta su historia. Para observar una panorámica general del valle, con sus bosques y ríos, podemos subir a las murallas de la Iglesia de Santa María a cualquier hora del día.

El Valle del Ambroz, situado a un paso de la Sierra de Gredos, de la Sierra de las Batuercas y de otro valle muy colorido, el del Jerte, es un destino ideal para una escapada rural en la que ver bonitos paisajes, disfrutar del ritmo sosegado del campo y todo ello con el encanto de los lugares que no están masificados por el turismo. Por todo ello, para mí, el otoño en el Valle del Ambroz fue mágico.