El Rocío, el pueblo blanco a orillas de la marisma
Los lugares de peregrinación religiosa, como la ermita del Rocío, muchas veces son conocidos tan solo por la festividad religiosa, dejándose de lado la belleza innata del lugar, algo que en el Rocío destaca a simple vista, y es que esta pequeña aldea de Andalucía es una de las entradas al Parque Nacional de Doñana.
Hablar del Rocío es hablar de su romería, que se celebra el domingo de Pentecostés, y llega a congregar a más de un millón de visitantes. Con tantos visitantes, la romería del Rocío en la mayor de España. Parece increíble que pueda albergar tanta gente una aldea de apenas 1600 habitantes.
Si visitamos el Rocío cuando no hay romería, con qué nos encontraremos?. Pues en primer lugar con la ermita del Rocío, que sobresale por encima de todo el pueblo, y cuyo interior tiene una luz especial.
Esto no es que lo diga yo, lo decía el fotómetro de mi cámara, cuando me indicaba que en el interior del Rocío había luz de sobra para hacer fotos, algo muy poco habitual en otras iglesias. Por supuesto también está la Virgen del Rocío, en su altar profusamente decorado, y unas pequeñas capillas. Sin embargo, lo mejor es el propio pueblo en sí.
Todas las calles del Rocío son de tierra, ya que aquí el medio de transporte más usado es el caballo y los carros. Además, todas las casas son de una o dos plantas, lo que le da un aire a oeste americano muy simpático al pueblo. Incluso podemos comprar sombreros de cowboy y botas de montar.
Y por supuesto tenemos el Parque Nacional de Doñana, que empieza en la marisma donde se refleja la ermita. Es todo un espectáculo pasear por la orilla de la marisma mientras vemos cientos de flamencos y otras aves haciendo su vida.
Podemos observarlos fácilmente con unos prismáticos, pues están muy cerca de la orilla y no se asustan fácilmente.
Durante mi visita pude ver más aves en esta marisma que en el resto de miradores abiertos al público de Doñana.
Así, el Rocío es más que una romería, y aconsejo visitarlo un domingo soleado de primavera o algún día festivo, donde la gente aprovecha a sacar los caballos a pasear por el pueblo.
Un lugar curioso y con mucha tradición, la verdad es que siempre me llama la atención cuando celebran la Romería ya que tiene que ser increíble vivirlo, quizás algún año me anime!!! Un abrazo. ;-)
La que se arma allí debe ser mundial, seguro que mucho caos y mucha diversión, que en esto de las fiestas los andaluces son unos cracks
La pena es el impacto ambiental que causa toda esta movida :-(