Andorra, ideas para disfrutar de mucho más que la nieve

Andorra es mucho más que nieve. De acuerdo, en invierno las pistas de esquí están a rebosar de esquiadores y todos los aficionados dicen que este es uno de los mejores lugares para practicar el deporte blanco, pero para los que como yo, hemos intentado deslizarnos grácilmente por la nieve y al final terminamos siendo una piedra bajando sin control sobre esquís, hay muchas otras cosas que podemos hacer en el pequeño país de los Pirineos. Seguro que a los que esquiáis también os gustarán estos planes.

Si te gusta esquiar, en Andorra hay dos grandes zonas: Grandvalira, al norte del país, es la más grande, con 210 km de pistas esquiables. Vallnord, situada cerca de la capital Andorra la Vieja, tiene 89 km de pistas. Ambas cuentan con todo tipo de remontes y telesillas para que la práctica del esquí y del snowboard sea todo un placer, sobre todo por la calidad que tiene la nieve a estas alturas. No hay que olvidar que estamos en plenos Pirineos, rodeados por montañas de hasta 2.500 metros. En Andorra no hay IVA tal y como lo conocemos en España, haciendo que la práctica de este deporte sea un poco más asequible que en otros lugares, ya que los precios de alojamiento, equipamiento, estaciones y alimentación está más contenido. Además, siempre podemos buscar buenos precios en alguna web especialista en deportes de invierno, como la de ofertas de esquí Esquiades.

Todo muy bonito, pero, ¿qué puedo hacer en Andorra a parte de esquiar? Pues una de las actividades que pude probar muy cerca de Vallnord y más me gustó fue el mushing, esto es, ir en trineo tirado por perros. La sensación de deslizarse sobre la nieve con el único sonido de los canes es genial. Si nos gusta caminar, un trekking con raquetas de nieve por alguno de los paisajes invernales (el valle de Madriu-Perafita-Claror es Patrimonio de la Humanidad por la Unesco por su valor paisajístico y cultural) es una gran idea. Con las raquetas es muy fácil caminar sobre la nieve, y llegaremos hasta lugares con una belleza especial inaccesibles de otro modo. Y siempre podemos hacernos nuestro muñeco de nieve. En ambas estaciones alquilan el material, así que podemos probar la actividad sin gastar mucho dinero.

En el caso de que nos guste sentir la adrenalina, nada mejor que una ruta en moto de nieve, donde literalmente podemos volar a más de 70 km/h sobre ella. No es precisamente una actividad muy barata (dos personas durante 45 min anda sobre 48€ en Vallnord), pero lo disfrutarás con creces. Palabra de blogger temerario. Si lo tuyo es el motor, en el Circuit Grandvalira de Pas de la Casa hacen carreras de coches sobre el hielo, ya sea en el Trofeo Andrós o en las G-Series, además de cursos de conducción sobre esta superficie.

Por supuesto en ningún caso podemos perdernos el arte románico de Andorra, con iglesias tan curiosas como la de Santa Coloma, una de las pocas que existen con campanario cilíndrico, o Sant Cristòfol d’Anyós, cuyas vistas al valle son magníficas. Entre los pueblos con más encanto nos encontramos con Pal, una pequeña aldea donde las paredes de piedra y los techos de pizarra marcan lo que es una auténtica villa andorrana.

Tras tantas emociones, un poco de relax no viene mal, y para ello está el Centro Termolúdico Caldea, un gran balneario donde divertirnos con la gran variedad de piscinas que tiene, contando incluso con jacuzzis al aire libre en los que sentir cómo nos cae la nieve sobre la cara. Para los que busquen un poco más de tranquilidad, ya que la zona general se suele llenar con mucha gente, hay una parte más recogida que se asemeja a cualquier otro balneario en el que se respira tranquilidad.

Un paseo por la coqueta capital, Andorra la Vieja, donde encontrar muchas tiendas a buenos precios, o disfrutar de la gran gastronomía del país, donde la excelente carne forma parte de cualquier buen menú, son otras de esas ideas que no pueden faltar en una visita a Andorra, ya sea para lanzarnos por la nieve o para conocer este bonito país.