Y si hubiera teletransporte, ¿cómo viajaríamos?
Soñemos en un futuro donde para viajar al otro lado del planeta, tan solo tengamos que ir por la mañana hasta el dispositivo instalado en el salón de nuestra casa, escoger el lugar al que queremos viajar, subirnos a la plataforma de teletransporte y pulsar el botón de viajar.
Click.
Un segundo después, ya estamos en nuestro destino soñado. Sin haber soportado eternas colas para tomar el autobús, subir al avión o comprar una botella de agua, sin tener que aguantar al pesado de turno que se sienta a nuestro lado y no se calla, sin molestos gritos de niños que no tenemos por qué aguantar, sin tómbolas millonarias que nos despiertan de nuestro agitado sueño. El teletransporte sí que es viajar. Todavia no ha llegado la hora de la cena y ya hemos visitado el Coliseo Romano, la casa de Papa Noel y el templo de Oro de Dambulla en el mismo día.
Qué gustazo, vaya colección de instantáneas para compartir en instagram. Mis amigos se van a morir de la envidia con mi pedazo de viaje.
Y lo mejor de todo es que ni siquiera tengo que reservar habitación de hotel, pues puedo dormir en mi propia cama. Ventajas del teletransporte.
Todavía no entiendo como podía viajar la gente hace unas décadas, con todas esas incomodidades, sufriendo Jet Lag ante el mínimo viaje largo, comiendo cosas que ni sabían lo que eran, teniendo que lidiar con los propietarios de los alojamientos, con los atascos, con todos esos pesados vendedores ambulantes, siguiendo las indicaciones del GPS porque no sabias el camino, o peor aún, mirando el mapa para saber cómo llegar (vaya invento arcáico, ¡y en papel!). ¡Hay que ser ignorante! ¿Cómo no vas a saber dónde vas al empezar un viaje? Pues vas al sitio que mejor quede en la fotografía, que hay que mostrar al mundo lo alucinante que es tu vida, ¿recuerdas? Aquí todos nos creemos Cristobal Colón pero América ya ha sido descubierta hace siglos.
Porque esa es otra. Vaya plastas esos que dicen que lo importante del viaje es el camino, que si la vida es una aventura, que si hay que descubrir las cosas por uno mismo. Malditos «Wanderlusts» de la vida. Parece que no se han enterado de que ya se conoce hasta el más mínimo rincón del planeta; es suficiente abrir Google Earth para «descubrirlo» a todo color. Y si hay una estación de teletransporte cerca, lo puedes ver con tus propios ojos en cuestión de segundos. Tanta manía con la aventura y con esos sueños de niño pequeño, ¡que ya está todo descubierto!
Y después están los que van de simpáticos por la vida, que dicen que antes por lo menos se hacía ejercicio cargando con la maleta. ¡La dichosa maleta! No hay cosa que agradezca más en la vida que no tener que arrastrarla nunca más, ni tener que abrirla al llegar a un hotel, ni escoger qué ropa llevar. Para que después me digan que quien no se contenta es porque no quiere. Pobres infelices.
Yo estoy inmensamente feliz con mi teletransporte que me permite ir a cualquier lugar del planeta en un momento, aunque a ver cuando ponen una tarifa premium para que la gente como yo, mejor que el resto, podamos pagar un poco más y entrar a sitios como la Torre Eiffel, Machu Picchu o Petra sin tanta escoria humana rodeándote con el maldito palito de selfie, que así no hay manera de hacerse una foto mejor que las de ese cabronazo de «amigo», siempre feliz de la vida, que sube fotografías de lugares que nadie conoce y tiene siempre diez veces más likes que yo. Seguro que está encerrado en un cuarto diminuto haciendo las fotos por ordenador y comprando los likes para reirse de mí, porque yo sé que no soporta que yo pueda permitirme una máquina de teletransporte premium y él, pobre fracasado, no.
Que le vaya bien con esa estúpida sonrisa y sus fotografías (que seguro son inventadas, porque es imposible que siempre salga con desconocidos sonriendo), porque no hay nadie en su sano juicio que prefiera viajar en un antiguo coche, o incluso en bicicleta, antes que teletransportarse. Eso sí, a ver si mejoran un poco la máquina y en cada teletransporte te hace desaparecer un poco de grasa, porque con tanto viaje hace tiempo que no puedo ir al gimnasio. Ay, ¡qué duro es esto de viajar!
(Por si quedaba alguna duda, yo aspiro a ser el pobre fracasado siempre con la estúpida sonrisa en la cara ;)
¡Que bueno!
Pero lo malo del teletrasporte (a lo Star Trek) es que te tienen que matar desmolecularizando para crearte otra vez.
¿Estarías dispuesto a morir? jejej
A ver cuando se invente como funciona, y mejor que lo prueben otros antes. ¿Tú te atreverías?
Un saludo!
Mido 2 metros, no se si me acostumbraría a viajar sin agobiarme en los asientos de los aviones.
No es lo mismo Victor…
hahahaha no he parado de reír!! Aunque todos pensamos en Star Trek, Stargate hizo un capítulo donde justamente usaban la Puerta Estelar para viajar a otros Planetas. Aunque eso sí, con colas, seguridad y visados incluidos :P
jajja pues menudo teletransporte más agobiante, si había colas y todo :P