Lanzarote y la Graciosa en 4 días. Guía con los mejores lugares para fotografiar

Cada isla de las Canarias es un pequeño paraíso, con su propio carácter. Lanzarote y la Graciosa son el paisaje lunar en la tierra, la furia de su origen volcánico modelado por el tiempo y por la mano del hombre para haber creado una de las islas con más arte del archipiélago.

Lanzarote es una isla relativamente pequeña, por lo que se pueden visitar los lugares más emblemáticos en 3 o 4 días, pero siempre es aconsejable ir unos cuantos días más para relajarte en sus playas, hacer alguna ruta por la zona de los volcanes, o para buscar atardeceres y amaneceres en lugares idílicos.

El tiempo mínimo para viajar a Lanzarote es de 4 días, y lo recomendable una semana (7 días), si queremos disfrutar de momentos de relax.

En esta guía te voy a indicar los lugares imprescindibles para visitar tanto Lanzarote como La graciosa en un viaje muy concentrado de 4 días, en el que conocerás la personalidad de ambas islas y disfrutarás de su paisaje único.

Volcán en la Geria
Volcán en la Geria

Día 1. Zona sur y Papagayo

Acabas de llegar, y aprovechando su proximidad al aeropuerto, este es el mejor momento para visitar la capital de Lanzarote, Arrecife. La ciudad es fea como ella sola, pero tiene un par de lugares interesantes a visitar, como es el Castillo de San Gabriel (con un pequeño museo en su interior), y el Charco de San Ginés, una piscina natural que sirve a modo de puerto para pequeñas embarcaciones.

El charco es muy animado de noche, con gran cantidad de buenos restaurantes, donde ir a disfrutar del final del día en este bonito entorno.

Cerca de Arrecife hay una curiosidad muy fotogénica. Se trata del barco Telamon, encallado en la entrada del puerto, y del que podemos hacer unas fotos diferentes.

Una vez visitada la ciudad de Arrecife, es momento de subirnos al coche y conducir hacia el sur de la isla, para llegar hasta la zona de Playa Blanca, visitando lugares como el Faro Pechigueras, desde el que se ve Fuerteventura, y la Costa de Papagayo.

Castillo de San Gabriel en Arrecife
Castillo de San Gabriel en Arrecife
Barco Telamon varado en la costa
Barco Telamon varado en la costa

La costa de Papagayo es un área protegida, por lo que tendrás que conducir por pistas de tierra, hasta llegar a la impresionante playa de Papagayo. Por aquí te recomiendo dar un paseo por la costa, disfrutando del entorno natural, y esperar a que se ponga el sol, para presenciar uno de los atardeceres más especiales de Lanzarote.

Dicen que esta es una de las mejores playas del mundo, y posiblemente sea verdad. También puedes contratar una excursión para no ir con tu propio vehículo o visitar en velero las playas de Papagayo.

El día llega a su fin, así que es momento de ir a cenar (en el Charco de San Ginés o en cualquier Teleclub saldrás más que satisfecho), y prepararse para el siguiente día, en el que viajarás directamente a la luna.

Playa y costa de Papagayo al atardecer
Playa y costa de Papagayo al atardecer

Día 2. Timanfaya y Geria

El Parque Nacional de Timanfaya, o de Montaña de fuego, es el lugar más especial de Lanzarote, pues su paisaje no es de este mundo, literalmente. Caminar por estas montañas volcánicas, imaginándose las erupciones y explosiones que formaron tan peculiar orografía, nos trasladan a otro planeta.

La visita al Parque Nacional se hace en alguno de los autobuses que hacen el recorrido por el parque cada 10-15 minutos. También existe la posibilidad de dar un pequeño paseo a camello (o dromedario, no se de que especie se trata) por la zona volcánica, o reservar plaza con antelación para poder caminar libremente por el parque nacional.

La visita típica, la que se hace en autobús, es muy bonita por el paisaje que se visita, y horrible por el tener que ir dentro de un autobús con cristales. Las fotos que hagamos serán pésimas, pues el color es del todo irreal gracias a los vidrios del autobús. Aún así, es una visita que hay que hacer una vez en la vida, de lo especial que es el paisaje.

Las mejores instantáneas las haremos desde el propio parking de autobuses, o desde las carreteras que rodean el Parque Nacional. Es fácil pararse a un lado de la carretera para bajarse un par de minutos a hacer unas fotografías, pues el tráfico es muy fluido.

Reserva tu ruta de senderismo por el parque natural de los volcanes

Fotografiando en la excursión por Timanfaya
Fotografiando en la excursión por Timanfaya
Demostración de la actividad volcánica en Timanfaya
Demostración de la actividad volcánica en Timanfaya

Una vez visto Timanfaya, es el momento de ir a otro de los paisajes más singulares de Lanzarote, el de la Geria. Esta zona, situada en el centro de la isla, es donde los agricultores cultivan vid resguardada por pequeños muros semicirculares de roca volcánica.

Es un claro ejemplo de agricultura heroica. Veremos bodegas y viñedos a ambos lados de la carretera LZ-30, así que el lugar que más bonito nos parezca será el indicado para hacer unas fotos.

En cuanto a bodegas, todas tienen su propia esencia, por lo que si te gusta el vino lo mejor es que pruebes unas cuantas. Casi todas ofrecen catas o tienen un pequeño bar donde probar su producto. Una de mis favoritas es Bodegas Rubicón, por poderse visitar el interior de una auténtica bodega, así como el Chupadero, donde disfrutar de un buen vino con vistas a la Geria.

Muros para cultivar en la Geria
Muros para cultivar en la Geria
Carretera en la Geria
Carretera en la Geria

Por la tarde, es plan es más costero, empezando por las Salinas y los Hervideros, una serie de senderos y grutas excavados en plena costa, donde sentir la bravura del océano Atlántico. Es muy fácil caminar por estos senderos, pero cuando la mar está picada de verdad, hay que andar con cuidado, pues las olas llegan a mojar el camino e inclso se cortan algunos accesos.

Tras el festival de furia marina, o de calma chica, nuestra siguiente parada es el pequeño pueblo de El Golfo. Esta villa es el final de la carretera, y también el inicio del sendero para ir hasta el Charco de los Clicos, un lago verde dentro de la playa de El Golfo, que es un espectáculo por lo chocante de sus colores.

El camino es muy sencillo, así que este es un buen plan para pasar la tarde disfrutando del paisaje y esperando por el atardecer, que desde aquí se ve espectacular.

Mirador en los Hervideros
Mirador en los Hervideros
Charco de los Clicos al atardecer
Charco de los Clicos al atardecer
Atardecer desde la playa de El Golfo
Atardecer desde la playa de El Golfo

Día 3. El legado de César Manrique

Nuestro tercer día en Lanzarote va a ser muy cultural, así que prepárate para conocer al artista César Manrique, artífice de que Lanzarote siga siendo tan auténtica.

Como primera parada, te recomiendo la Fundación César Manrique, en Tahiche. Este museo, con una fantástica arquitectura adaptada al entorno, es una muestra de la genialidad del artista lanzaroteño, cuya pasión por su isla le llevó a protegerla de la especulación y del turismo masificado.

La siguiente parada es Teguise, la antigua capital de Lanzarote, antes de ser trasladada a Arrecife. Este bonito pueblo blanco celebra un gran mercado los domingos, y bien merece un paseo por sus calles. También es recomendable subir hasta el castillo, que tiene una exposición sobre piratas y sobre cómo estos atacaban Lanzarote y Fuerteventura.

Desde el castillo las vistas de toda la isla son espectaculares, así que prepara bien la cámara y el teleobjetivo.

Teguise desde el castillo
Teguise desde el castillo
Castillo de Teguise
Castillo de Teguise

Continuando con el recorrido cultural, llegaremos hasta el Jardín de Cactus. Este foro semicircular, que recuerda a un teatro romano, también fue ideado por César Manrique, y en su interior tenemos una excelsa colección de cactus, ideal para los amantes de la botánica. Si las plantas no son lo tuyo, puedes saltarte la visita.

Ya entrada la tarde, nos esperan las visitas a algunos de los lugares más pintorescos de Lanzarote, como son la Cueva de los Verdes y Jameos del Agua. Ambos lugares están muy próximos el uno del otro, pues comparten el mismo cono volcánico, así que tú decides en que orden prefieres verlos.

La Cueva de los Verdes es la versión natural de visitar un cono volcánico, pues la única intervención humana es la iluminación y el pavimento del sendero. Esta cueva fue formada por la lava que fluía desde los volcanes hasta el mar, dejando estas oquedades tras enfriarse. Es un auténtico espectáculo, e incluye un secreto muy divertido.

Jardín de cactus de Lanzarote y su molino
Jardín de cactus de Lanzarote y su molino
Interior de la Cueva de los Verdes
Interior de la Cueva de los Verdes

En cuanto a Jameos del Agua, es la versión interpretada por el artista César Manrique de cómo vivir en un cono volcánico. Con restaurante, piscina, auditorio (en el que hacen espectáculos regularmente) y proyecto de pequeño hotel, actual sala de exposiciones, la arquitectura se adapta como un guante al entorno. Una visita de lo más inspiradora.

Para terminar el día, nos acercaremos hasta Haría, hermoso pueblo en la parte más verde de la isla, donde se sitúa la Casa Museo César Manrique. Aquí vivía y trabajaba el artista, pudiendo visitar tanto la casa como su taller, aunque no se pueden hacer fotos del interior.

Además de la casa museo, en Haría nos encontraremos personajes únicos, como a uno de los últimos cesteros de la isla, Eulogio Concepción. Dar una vuelta por el pueblo es más que recomendable.

Y para terminar la jornada, que mejor que disfrutar del paisaje que podemos admirar conduciendo por la carretera LZ-10, dirección Teguise, pudiendo llegar a terminar el día en la playa de Famara, auténtico paraíso de surferos.

Restaurante de Jameos del Agua
Restaurante de Jameos del Agua
Piscina de Jameos del Agua
Piscina de Jameos del Agua
Playa de Famara
Playa de Famara

Día 4. La Graciosa

El último día de este intenso viaje por Lanzarote lo empezaremos en Orzola, donde subiremos al barco de Líneas Marítimas Romero que nos llevará hasta la isla de La Graciosa. El recorrido dura una media hora, donde observarás los grandes acantilados del norte de Lanzarote, y poco a poco te irás acercando a la isla de la Graciosa.

La Graciosa es todo un descubrimiento. Sus poco más de 700 habitantes se encargan de recibir a los visitantes y de vivir en una isla que, en apariencia, ofrece tan pocos recursos para sus habitantes. Pero como ocurre en todos los lugares idílicos, como por ejemplo la isla de El Hierro, La Graciosa es memorable por lo que no tiene, más que por lo que tiene.

En esta isla no hay asfalto, no hay semáforos, no hay prisas, no hay «problemas del primer mundo».

Para recorrerla, tienes tres opciones. Caminar por sus senderos, algo recomendable si tienes ganas de achicharrarte bajo el sol y tienes una forma física aceptable; alquilar una bicicleta para ir más rápido; o subirte en alguno de los todoterreno taxi que te llevarán hasta los lugares emblemáticos de La Graciosa.

Playa de las Conchas en la Graciosa
Playa de las Conchas en la Graciosa
Los arcos en la Graciosa
Los arcos en la Graciosa

Yo usé la opción del taxi todoterreno y, en esta visita de dos horas, visité lugares tan chulos como la Playa de las Conchas o los arcos, además de disfrutar de las historietas que nos iba contando el conductor, todo un personaje. El taxi es para unas 6 personas, así que puedes compartirlo con otros visitantes.

Otros lugares recomendables a visitar en la Graciosa son la playa Francesa y playa de la Cocina, situadas al sur de la isla.

Y para comer, el Bar Restaurante Enrique te encantará con sus buenos pescados.

En La Graciosa puedes estar hasta las 18:00 o 19:00 de la tarde, según salga el último barco para volver a Lanzarote.

De nuevo en Lanzarote, te queda el tiempo suficiente para ir hasta el Mirador del Río, otra de las obras de César Manrique, desde la que se divisa toda la isla de la Graciosa y el norte de la isla. Un paseo por el camino costero es muy agradecido, por si no queremos pagar la entrada del mirador.

Y para terminar el día, es momento de buscar un buen lugar para disfrutar del atardecer, como por ejemplo, cualquier punto de la carretera LZ-202.

Cuatro días es el mínimo imprescindible para visitar Lanzarote, y si bien es posible visitar sus lugares más emblemáticos, siempre se agradece más tiempo para poder gozar de todos los atractivos que tiene que ofrecer la isla, así como para poder hacer alguna ruta a pie, una de las mejores formas de poder fotografiar los volcanes tanto por dentro como por fuera.

Punta Fariones vista desde el barco
Punta Fariones vista desde el barco
Panorámica de la Graciosa desde el mirador del Río
Panorámica de la Graciosa desde el mirador del Río

Dónde comer

Si hay un sitio donde se come mucho y muy bien en Lanzarote, son los Teleclubs. Estos centros sociales, bares de pueblo y hogar del jubilado, todo en uno, son los antiguos locales a los que se iba a ver la televisión, cuando aún no estaba extendida entre todos los vecinos.

Hoy en día, los Teleclubs son excelentes lugares donde ir a disfrutar de la gastronomía lanzaroteña, de hablar con los contertulios y de pasar un buen rato oyendo las historias del pueblo.

A parte de los Teleclubs, indicados sobre todo para comer al medio día, en Lanzarote hay una excelsa oferta gastronómica donde deleitar nuestro paladar, con platos a base de pescados y verduras.

Al final de este artículo hay una lista con buenos restaurantes donde seguro acertarás.

Echando la partida en un Teleclub
Echando la partida en un Teleclub

Dónde dormir

La mejor opción para alojarnos en Lanzarote son los pequeños hoteles rurales, donde varias casas de campesinos han sido reconvertidas en hotel, conservando la estética y el encanto propio de la arquitectura tradicional, pero con todas las comodidades del siglo XXI.

Una de las mejores opciones en Lanzarote es Casa Tomaren. Este pequeño complejo de casitas rurales, con piscina y un ambiente idílico repleto de vegetación y flores de colores, está situado en el centro de la isla, pudiendo ir a cualquier lugar fácilmente.

Además de las habitaciones con cocina y pequeña terraza, Casa Tomaren cuenta con una zona ajardinada con piscina, camas balinesas y hamacas para disfrutar del descanso por la tarde, así como de un edificio principal con habitaciones más típicas y con comedor para el desayuno, compuesto de productos locales.

Hay opciones más económicas como los hoteles vacacionales en línea de costa, pero si realmente quieres disfrutar de un entorno idílico, mejor buscar alguna casa local como Casa Tomaren.

 

Cómo moverte por la isla

La mejor forma de desplazarte por Lanzarote es en coche de alquiler, pues te da la mayor libertad de movimientos y podrás llegar a lugares donde no hay transporte público, además de no tener que estar pendiente de su horario. Una buena empresa local para alquilar coche es Cabrera Medina.

Si viajas solo, el autoestop también es algo que se suele hacer en la isla, sobre todo para distancias cortas o para moverse entre pueblos. Eso sí, de noche igual es más difícil que te recojan.

La bicicleta también es otra alternativa, aunque la orografía de Lanzarote, sobre todo en el norte, es desafiante para darle al pedal. Eso sí, te permitirá contemplar el entorno con más calma.

Caminando al volcán del Cuervo
Caminando al volcán del Cuervo

 

Cómo llegar a Lanzarote

La forma más fácil de llegar a Lanzarote es en avión, con vuelos directos desde las principales ciudades españolas, como Madrid, Barcelona, Málaga o Bilbao, y con vuelos insulares operados por las compañías Binter y Canary fly.

Los vuelos entre islas son bastante económicos, entre 30€ y 50€, por lo que podemos alargar nuestro viaje por las Islas Canarias visitando otras como Tenerife, Gran Canaria, El Hierro o La Palma.

Para ir a la cercana Fuerteventura, hay ferry desde Playa Blanca hasta Corralejo, en el que puedes incluso llevar tu vehículo. Es un poco caro para hacer una escapada de un día, pero para visitar la isla del surf y del viento durante otros 4 o 5 días es una buena alternativa.

Eulogio Concepción, el último cestero de Lanzarote
Eulogio Concepción, el último cestero de Lanzarote

Más información para preparar tu viaje a Lanzarote

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  1. Increíble Lanzarote.
    He leído tu artículo y estaba recorriendo el camino que hicimos con mis hijas hace unos años. Como la Isla no es muy grande, nos pasábamos el día dando vueltas y nos íbamos por las tardes a la playa de Famara a disfrutar de un paisaje precioso al atardecer.
    Por cierto, perfectamente retratada la isla.
    Saludos

    • Hola Jesús, muchas gracias. Las Islas Canarias dan para muchos viajes, que además cada isla es diferente y ofrece muchas posibilidades fotográficas,
      un saludo

  2. Hola Víctor me ha encantado tu reportaje me gustaría contactar contigo porque estoy organizando un viaje para 17 personas del 4 al 11 de diciembre a Lanzarote y nos gustaría recorrer la isla sin perder detalle y disfrutar de todo su encanto no sé si tú me podrías ayudar