Un día entre gladiadores romanos en Tarragona
Vamos con una historia de romanos. Los protagonistas son unos de los personajes más admirados del antiguo imperio: los gladiadores. El escenario está lejos de Roma, pero el espíritu romano sigue muy vivo. No podía ser otro lugar más que la ciudad de Tarraco, conocida actualmente como Tarragona, donde en pleno siglo XXI los gladius siguen probando la sangre y los gladiadores se juegan su futuro sobre la arena del anfiteatro.
Dentro del Festival Tarraco Viva, que este año llegó a su edición número 15, uno de los espectáculos más llamativos y sangrientos es la lucha entre gladiadores. El anfiteatro romano de Tarragona, 19 siglos después de su construcción, sigue siendo un escenario de lujo para acoger entre sus muros las luchas de gladiadores y al público gritando por «Vida» o «Muerte».
Pero, ¿cómo entendían hace más de 2.000 años lo que quería el público, que provenía de todas partes y hablaba idiomas diferentes?
Pues muy fácil, indicando con la mano lo que querían. En las películas estamos hartos de ver como el emperador decidía el final del bravo luchador con su pulgar, pero la realidad era bien distinta, al igual que muchas otras cosas que hemos conocido a través de las películas y tienen poca base histórica.
Las lucha entre gladiadores era un tema muy serio en la antigua Roma. Era un espectáculo creado para que el público estuviera muchas horas entretenido, y por eso tenían la última palabra en todas las decisiones importantes. Si un luchador caía al suelo o perdía su arma (normalmente una espada corta, la reglamentaria del ejército, llamada gladius), el combate se detenía y el público decidía si merecía continuar luchando o tenía que terminar el combate.
Para seguir luchando, agitaban el puño con el pulgar dentro (una representación de enfundar la espada, no merecía morir), o estiraban la mano y apuntaban hacia abajo (representando una espada desenfundada clavándose. El luchador tenía que retirarse o morir, según hubiese luchado).
Todo esto nos lo explica antes del combate el maestro de los gladiadores, que en este caso era del grupo de recreación histórica Ars Dimicandi. A parte de este importante punto, esencial en una buena lucha de gladiadores, también nos presenta a los distintos luchadores, mostrando sus características, y da comienzo a los combates.
El primero es entre gladiadores samnitas, equipados con grandes escudos y bonitas plumas. Durante unos tensos segundos, los hombres se miran fijamente y giran mientras se van acercando poco a poco, midiendo sus fuerzas. En un instante, uno de ellos apoya el gran escudo contra el casco de su contrincante e intenta clavarle la pequeña espada en la espalda (no está afilada para evitar desgracias, pero como dice el maestro, el metal siempre hiere la piel).
Éste se da cuenta de la maniobra y hace exactamente lo mismo. Los dos gladiadores se abrazan de una forma poco amorosa mientras intentan clavarse las espadas, hasta que uno de ellos consigue zafarse y desequilibrar al contrario, haciéndole caer a él y a su escudo azul. El combate se para, el maestro comprueba que está bien el luchador derribado y pregunta al público si puede continuar.
Algunos se hacen un lío con la mano, pero la mayoría quiere que continúe el combate. Ahora los luchadores guardan las distancias, lanzando ataques a distancia. Llevan pocos minutos de combate y se siente el cansancio. Las armaduras, auténticas recreaciones fabricadas como en la época romana, pesan lo suyo y cansan más todavía. En un veloz movimiento, el escudo azul vuelve a la arena, y tras él su dueño. Una vez más, en un alarde de democracia, se pregunta al pueblo que hacer.
El combate continúa, aunque por un menor margen de puños cerrados.
A la tercera va la vencida, y tras unos espectaculares saltos del atacante, el gladiador del escudo azul vuelve a ser derribado y se da por vencido. El público vota una vez más, y esta vez tiene poca suerte el gladiador. Se considera que tiene que morir. Esto era algo poco frecuente, ya que si el número de muertes fuera como en las películas, los romanos se habrían quedado sin gladiadores en menos de un mes.
El luchador, en un último acto de honor, similar al de guerreros japoneses, reza unas palabras y se clava la espada en la clavícula, ayudado por un verdugo, hasta llegar al corazón.
A los samnitas le siguen los mirmillones, los tracios (¡como Espartaco!), los secutores y el reciario, equipado con escasa armadura y empuñando un tridente y una red.
Tras una de hora de combates de gladiadores similares a los de la antigua Roma, termina el espectáculo, felizmente sin ninguna muerte real, aunque si con muchas magulladuras y cortes, ya que los «actores» pelean de verdad y no están simplemente siguiendo una coreografía. Las luchas me recordaron lejanamente al boxeo, por su táctica y velocidad, y son bastante diferentes a lo visto en las películas.
Mucho mas reales. Mucho más emocionantes. Esto es Tarraco Viva. Aquí, los gladiadores nunca dejaron de existir.
Vive esta experiencia:
- Anfiteatro romano de Tarragona.
Entrada al espectáculo Tarraco Viva: 3€. Horarios: hay sesiones por la mañana y por la tarde.
Entrada normal al anfiteatro sin espectáculo: 3,25€. Horarios: De martes a sábado 10:00 a 21:00. Domingo de 10:00 a 15:00. - Festival Tarraco Viva de Tarragona
- Turismo de Tarragona
- Hoteles en Tarragona
Muy buenas fotos!
Yo me esperaba algo más cutre y la verdad es que me llevé una sorpresa, los tíos regalan al público un buen espectáculo.
Dan un buen espectáculo y a menor precio que visitar el anfiteatro normalmente, así que son todos ventajas.
Enhorabuena. Gran trabajo en este post. Fotografía increíble.
Gracias Juan Antonio!
Genial resumen gráfico!! :-)
Gracias! Un festival que hay que ver si te gusta la historia romana, está muy bien recreado
Nosotros descartamos esta ruta porque hace tiempo vimos un espectáculo parecido y era una basura como un piano. Sin embargo, viendo tu relato (y tus IMPRESIONANTES fotos) está claro que este merecía la pena. ¡Habrá que volver! :-)
Impresionantes fotos. Mis más sinceras felicitaciones por ellas. Alguna vez qhe asistido a espectaculos de estos y la verdad es que dejan bastante que desear pero con este me voy a atrever gracias a tu post. Saludos!
Tarraco Viva lleva muchos años y siempre con la intención de hacer recreaciones de gran calidad. Tanta, que actualmente debe ser el mejor festival de recreación romana.
¡Unas fotos espectaculares!
Un saludo!
Pollice Verso, de Jean-Léon Gérôme, representando el final de un combate de gladiadores, en donde el público dirige el pulgar hacia abajo, en contra del gladiador derrotado.
Muy buen articulo!! y unas fotografías estupendas, los combates de gladiadores en Tarraco y las recreaciones son una pasada, vale la pena ir pasarse por tarragona solo ver un poco su historia Romana.
Un saludo y felicidades por el Blog