Trucos para gozarlo siendo un turista rural sostenible
El turismo sostenible está de moda, con todo lo bueno que ello supone, aunque muchas veces sea más bien por postureo y por lucir otra pegatina junto a la de Tripadvisor y Booking.
A mi modo de entenderlo, el único turismo sostenible es el que puede perdurar en el largo plazo, de digamos 50 años o más. Y en el ámbito rural, este turismo tiene que ayudar a mantener viva la memoria del entorno que estamos visitando, apoyando a la comunidad local y haciéndola prosperar.
Tras asistir al I Congreso Mundial de Turismo Rural Sostenible en Mora de Rubielos, y realizar una escapada a la vieja usanza (con mapa de papel y sin móvil) por el Parque Nacional de Ordesa y Monte Perdido, he recabado ideas para gozarlo a lo grande siendo un turista sostenible, comprometido con los lugares que estás visitando, y siendo una fuerza positiva para que el entorno rural siga prosperando.
Allá vamos con mi revolucionario paquete de medidas para ser un turista global sostenible.
Índice de contenido
- 1 Conduce por carreteras secundarias con las ventanillas bajadas
- 2 Deja el GPS de lado y usa un mapa de papel
- 3 Usa el móvil lo mínimo posible
- 4 Alójate en sitios sotenibles
- 5 Piérdete por los alrededores de los pueblos
- 6 Mira con los ojos de un científico
- 7 Crea pequeñas misiones durante el viaje
- 8 Asiste a algún taller de artesanía local
- 9 Realiza actividades respetuosas con el medio ambiente
- 10 Minimiza el uso de materiales no reciclables
- 11 Lleva una bolsa para desperdicios que te encuentres
- 12 Calcula tu huella de carbono
Conduce por carreteras secundarias con las ventanillas bajadas
Como un auténtico Easy Rider, como más se disfrutan los entornos naturales alejados de las ciudades es conduciendo despacio, con la ventanilla bajada, sintiendo el terreno, oliendo sus campos, con la brisa acariciando tu cara.
Si eres motero, sabrás a que me refiero, y si eres urbanita, prepárate para salir de la autopista y rodar por las carreteras comarcales. Están trufadas de pintorescas aldeas de aún más pintorescos nombres, con cientos de aventuras por vivir, con paisajes que te cautivarán.
En moto lo ideal es ir una o dos personas, y en coche hasta 4 personas, para que así compense el coste con el número de pasajeros. Para mí, un viaje rural muchas veces es sinónimo de road trip.
Deja el GPS de lado y usa un mapa de papel
El GPS es el mejor invento del siglo para perderse con ayuda de la ciencia. Cuando somos turistas rurales, vamos a la búsqueda de aventuras, de carreteras sin explorar, de emociones que ni sabías que existían. Así que deja paso a la serendipia, y guíate por las corazonadas que te transmite el terreno, por las señales que vas viendo en el camino, por los lugares que «suenan» bien en el mapa.
Déjate guiar por tu instinto y el de tus compañeros, e improvisa. Es la mejor manera de vivir aventuras y de tener recuerdos que no son otra mera copia de una fotografía de Instagram.
Usa el móvil lo mínimo posible
Vivimos tan pendientes del móvil, de las redes sociales y de otras zarandajas que hemos perdido la capacidad de decisión en el mundo real, de improvisar, de incluso preguntar a otras personas por dónde tenemos que ir. Así que, en un auténtico viaje rural sostenible, te aconsejo usar el móvil tan solo para hacer fotografías, para decir de noche a tus allegados que todo va bien, o para llamar en caso de emergencia.
Eso de liquidar tiempos muertos viendo redes sociales, estar todo el día subiendo stories a las redes sociales, o buscar recomendaciones en internet, solo desvirtúa tu viaje y tu conexión con el entorno.
Alójate en sitios sotenibles
De nada sirve viajar a un entorno idílico, con la sostenibilidad por bandera, si después te alojas en un hotel de 500 habitaciones con 20 piscinas, campo de golf y spas para pasarte varias vidas.
Ser un viajero sostenible implica ser consecuente con tus acciones siempre, así que busca alojamientos que sean realmente sostenibles (cuidadosos con el entorno, arquitectura de cero emisiones, no usen productos nocivos, mínimo uso de combustibles fósiles, restaurante KM.0, etc.) y que, además, favorezcan que la comunidad en la que se encuentran siga prosperando generando empleo y riqueza cultural.
La búsqueda a veces es ardua, pero haberlos, haylos.
Ten en cuenta que, algunas veces, lo mejor es dormir al raso en tu propio saco de dormir, o plantar la tienda de campaña en medio de la nada para pasar la noche. Esta fue una de las experiencias que más me gustaron de Escocia, y una de las mejores formas de estar en contacto con su naturaleza. Puedes leer más en este artículo sobre acampar en Escocia.
Piérdete por los alrededores de los pueblos
Lo mejor de ser un turista rural sostenible es que tienes tiempo de sobra para perderte por los alrededores del pueblo; visitando las orillas del río, los campos de cultivo, las granjas, los bosques,…, e ir recordando las grandes aventuras que vivías de pequeño con tus amigos del pueblo en lugares similares.
Una de las mejores sensaciones de viajar a la naturaleza es recordar nuestras propias vivencias para comentarlas con los compañeros de viaje, y de vivir nuevas aventuras que aviven nuestro inmortal espíritu aventurero.
Mira con los ojos de un científico
La naturaleza es un crisol de misterios, incluso en este siglo XXI donde algunos ignorantes creen que todo se sabe. Caminar por la naturaleza fijándote en las pequeñas flores ¿por qué tienen este color? ¿a qué huelen? ¿por qué esta tiene las hojas pegadas y esta separada?, en los animales que te vas encontrando ¿son caballos o yeguas? ¿por qué se colocan de esa manera? ¿cuánto me podré acercar sin molestar?, en el paisaje ¿por qué hay cascadas? ¿qué ha originado ese saliente rocoso? ¿habrá una cueva en esa zona oscura? y preguntándote sobre todo lo que te rodea, es la forma de ir aumentando tu conocimiento y disfrutar de un plano de profundidad que nunca te habías imaginado.
Y como viajes con algún friki de las plantas o de los animales, entonces tendrás conversación para horas y horas sobre el por qué de las cosas. La curiosidad siempre es la mejor compañera de viajes.
Crea pequeñas misiones durante el viaje
Como si tu aventura rural fuera un juego de rol y, sobre todo, si viajas con niños, es muy recomendable plantear pequeños juegos a modo de misión para hacer más emocionante las vacaciones.
Por ejemplo, puedes emprender la búsqueda por el mejor restaurante KM.0 para cenar esta noche dentro de un presupuesto; imaginarte que eres probador de Ferrari y, por tanto, tienes que mantener una velocidad legal constante durante muchos kilómetros con una trazada perfecta; que eres periodista y quieres conocer alguna leyenda propia del pueblo, teniendo que preguntar a varias personas; que eres blogger de moda y vas a crear el uber estilo rural, ramita de trigo incluida; que la ruta de montaña que vais a hacer es un entrenamiento para ser astronauta y la mochila tiene que ser lo más ligera posible; que la compra en el supermercado del pueblo va a ser la epítome del turista sostenible, comprando solo productos locales hechos con mimo; etc…
Con estos juegos, a parte de aumentar la creatividad, la vida te será mucho más divertida.
Asiste a algún taller de artesanía local
Si vas a estar varios días en una zona, te recomiendo que preguntes a talleres artesanos locales si te pueden dar unas clases sobre el arte cotidiano que practican. Así, además de aprender algo totalmente nuevo, como el modelado de la cerámica, la forja del hierro, la creación de queso o el cuidado de animales de granja, mantendrás vivas las tradiciones locales, abriendo una nueva vía de ingresos para estos artesanos que ven como su trabajo cae en el olvido.
Los trabajos rurales son una de las mayores muestras de cultura que tenemos como especie, y perderlas por nuestra falta de interés y gusto por los productos globales estandarizados, es un ejemplo de nuestra poca inteligencia colectiva.
Como ejemplo, en Villaviciosa fui a uno de talla de Azabache, y en la Sierra de Aracena de curación de queso.
Realiza actividades respetuosas con el medio ambiente
Para mi, los guías de montaña y de deportes de aventura son personas excepcionales. Todos los que he conocido, sin excepción, son unos enamorados del entorno en el que trabajan, siempre te fuerzan para que te superes un poco más, y te transmiten una pasión por estar en contacto con la naturaleza de la que tendrían que aprender muchos congresistas y políticos a los que se les llena la boca hablando de turismo rural sostenible.
El turismo rural es sostenible cuando los habitantes del lugar pueden vivir de este turismo, y las actividades de aventura son una de las mejores formas de disfrutar de la diversión y de la adrenalina que ofrece este entorno. ¡Aprovéchalo!
Minimiza el uso de materiales no reciclables
Ser un viajero sostenible es una actitud que también influye en el día a día. Si en tu vida cotidiana usas bolsas de tela y recipientes reutilizables, estando de viaje puedes hacer exactamente lo mismo, estés donde estés del planeta Tierra. Tener tu propio recipiente para el agua, bolsas reutilizables, e incluso cubiertos y pajitas de metal, suponen muy poco esfuerzo por tu parte, y una gran disminución en el uso de elementos de usar y tirar.
Con tanto usar y tirar, nos vamos a quedar sin sitio a dónde tirarlo.
Lleva una bolsa para desperdicios que te encuentres
Fuera de las ciudades no hay servicio de recogida de residuos, así que tenemos que ser nosotros mismos quienes, con nuestra buena voluntad, recojamos los restos de plásticos y otras basuras que encontremos al pasear por la montaña o por la playa. Lo siento, pero mientras haya gilipollas sin concienciar pululando por el mundo, es nuestra labor indicarles que recojan su propia basura cuando la tiran, y recogerla si la encontramos perdida en mitad de un lugar prístino.
No hay nada que más me avergüence como fotógrafo que ir a alguna salida fotográfica y ver cómo el profesor tira las colillas en la arena de la playa, como si eso no fuera con él, pues lo importante es la luz y «cómo plasma el sentimiento de ese momento irrepetible».
Calcula tu huella de carbono
Esto ya es para matrícula de honor, pero si queremos que nuestro planeta sea igual de acogedor para nuestra especie dentro de cientos de años, ahora es el momento de empezar a compensar nuestra huella de carbono plantando árboles y de minimizarla usando transportes terrestres públicos.
De nada sirve que vayas con tu pajita de metal y tu actitud chachi guay de turista sostenible de la vida, si después vuelas 40 veces al año y no compensas mínimamente tus toneladas de carbono emitidas. Con esos vuelos de afortunado viajero de la vida, emites más gases invernadero que el 98% de la población.
Así que ahora es un buen momento para que vayas sumando las toneladas emitidas, e ir compensándolas aportando a iniciativas que planten bosques. En Europa hay varias empresas y ONGs que se dedican a ello, y así la masa forestal del viejo continente ha ido aumentando muy por encima que en otros continentes.
Y hasta aquí esta serie de propuestas para ser un turista rural sostenible. Algunas son más para disfrutar del viaje, otras más para que otros puedan seguir disfrutando de nuestras mismas experiencias, pero con todas ellas, creo que podremos seguir viajando por muchos más años y disfrutando de todas las cosas buenas que nos aporta el mundo rural. Y a tí, ¿qué más se te ocurre?
Me encantan esos roadtrips por pueblos rurales en cualquier país.
Lo de los juegos me ha llamado la atención, voy a buscar más información a ver que se cuece.
Un saludo!
Los roadtrips son una forma genial de ir conociendo el entorno rural :D
Un saludo!
Hola, Muy buen post gracias por comparti.
Saludos
La verdad que me encantan esas escapadas rurales donde desconectas de todo y de todosss..!! jajaja.
Son una de mi salidas favoritas en el año.
Gracias por compartir este maravilloso post.
Gracias por la informacion!! Este tipo de blogs me parecen muy importantes, esto sera compartido en mi universidad, gustosamente con mis compañeros de clase.
Muchas gracias Javier, espero que os sea de mucha ayuda. Un saludo!