Planes para hacer en la costa vasca de Bizkaia, cerca de Bilbao

Bilbao es una ciudad internacional que tiene mucho que ofrecer al visitante, pero para los que como a mí nos gusta perdernos en coche por lugares alejados de las ciudades, nos encontraremos con que la provincia de Bizkaia tiene algunos de los lugares más bonitos que se pueden visitar en la península ibérica y, como estamos en Euskadi, no cabe duda de que comeremos fenomenal por el camino.

Qué ver en Bilbao en un día

Uno de esos lugares únicos que no podemos perdernos al visitar Bilbao es el Puente colgante de Vizkaya (contrata la excursión desde aquí), que une las costeras localidades de Getxo y Portugalete, a las que podemos llegar rápidamente en el metro de Bilbao. Este antiguo puente del siglo XIX Patrimonio de la Humanidad fue el primero del mundo de su tipo, y ahí sigue funcionando día y noche, transportando vehículos y pasajeros de una orilla a otra del río Nervión con el sosegado ritmo de su barquilla.

Se pueden hacer visitas turísticas con y sin audioguía a lo alto del puente, a 60 metros de altura, algo muy recomendable tanto para conocer este ingenio mecánico de los tiempos de la Torre Eiffel como para contemplar las buenas vistas de la ría y al Cantábrico, mar que nos acompañará durante todo este viaje.

Visto el puente, podemos coger el moderno metro para ir directamente al centro de Bilbao, lugar donde visitar la plaza del ayuntamiento, la catedral, y las callejuelas repletas de bares donde degustar buenos pintxos (aquí puedes reservar un tour por los mejores bares de pintxos).

Y para terminar el día, que mejor que saludar a Puppy a la puerta del Museo Guggenheim y admirar el atardecer desde el puente de La Salve, justo antes de hacer un tour de misterios y leyendas para conocer la historia más negra de Bilabo.

Bakio, paraíso de surferos

Tanto si el tiempo acompaña para un chapuzón en el Cantábrico como si no, siempre es un placer dar un paseo por una playa del norte. En el pequeño pueblo de Bakio encontraremos la playa más grande de Bizkaia.

En su kilómetro de arena fina disfrutaremos tanto de los ariscos acantilados en los que se estrellan las olas como de una apacible playa en la que tomar el sol, y si somos amantes del surf o wave-ski, esta es una de las mejores playas para aprender antes de enfrentarnos a las famosas olas que hay en la costa de Bizkaia, como las de Mundaka.

El Txakolí vasco

A estas alturas, seguro que ya probaste algún que otro txakolí, el vino fresco y juguetón tan típico en Euskadi. Su producción de antaño estaba destinada únicamente al consumo familiar del caserío, pero desde hace un tiempo ha dado paso a las bodegas especializadas en sacar los mejores aromas de estas uvas con sabor a mar, produciendo unos excelentes vinos blancos y tintos que maridan muy bien con la exquisita gastronomía vasca.

En Bakio hay un estupendo museo, el Txakolingunea, donde conocer la historia y la influencia en la cultura vasca de este vino tan característico, y si queremos conocer de primera mano el proceso de producción del txakolí, podemos visitar alguna de las bodegas y viñedos cercanos a Bakio, como por ejemplo Bodega Gorrondona.

Aquí, además de ver los viñedos donde crece esta uva, degustaremos los diferentes pasos que experimenta el caldo antes de convertirse en un buen txakolí, ya sea blanco o tinto.

Visita a la iglesia de San Juan de Gaztelugatxe

Y tras un buen vino, qué mejor que el plato fuerte de la costa de Bizkaia visitando la que posiblemente es la ermita más famosa de cuantas pueblan la geografía española. No podría tratarse de otra que de la inigualable San Juan de Gaztelugatxe, la cual, sobre su promontorio, vigila el mar protegiendo a los marineros ante los naufragios.

Para llegar hasta la ermita tan sólo tenemos que subir 241 escalones

Merece mucho el esfuerzo ya que esta costa es alucinante y hay que verla desde todos los lugares que podamos. El cercano cabo Matxitxako es otro mirador de excepción al que se llega fácilmente, así como todos los pequeños miradores que salpican la carretera entre Bakio y Bermeo (BI-3101), nuestro próximo destino en este viaje por la costa de Bizkaia.

Una de las formas más originales de admirar Dragonstone (la fortaleza de Khaleesi en Juego de Tronos) es desde el mar, con una excursión que parte desde Bermeo justo al atardecer.

Bermeo y los balleneros

Bermeo es una típica villa marinera vasca que antiguamente subsistía de la pesca de ballenas, una peligrosa práctica que los valientes marineros bermeanos llevaban a cabo en frágiles barcos como el antiguo ballenero Aita Guria, que ahora reposa en el puerto de Bermeo reconvertido en centro de interpretación de la pesca de la ballena.

El paseo marítimo de esta villa invita a pasearla reposadamente y a tomar un txakolí en un momento de paz. Al acercarse el atardecer, un plan que no podemos perdernos es el de visitar de nuevo San Juan de Gaztelugatxe, pero ahora por mar, para tener una nueva perspectiva de esta quebrada costa que cobra una nueva dimensión cuando se observa desde el Cantábrico, la mar que ha forjado el fuerte y reservado carácter vasco.

Mundaka, la catedral del surf

Fuerza es lo que vamos a necesitar si queremos conocer el tesoro de Mundaka. Si te gusta el surf, seguro que ya estás salivando ante lo que voy a contar, y es que este pequeño y bonito pueblo vasco es conocido en medio mundo por su ola de izquierdas, considerada una de las mejores del planeta por sus hasta 400 metros de longitud, que llegan a cubrir la ría de lado a lado.

Es todo un espectáculo acercarse al paseo de Mundaka y ver cómo muchos de sus habitantes observan con interés a los surfistas tomando esta inmensa ola, aunque estén emitiendo un clásico partido entre el Real Madrid y el FC Barcelona en televisión (si jugara el Athletic de Bilbao supongo que la cosa cambiaría).

Que la naturaleza en Euskadi es abrumadora salta a la vista de cualquiera, por lo que no es de extrañar que las aficiones por excelencia en esta tierra sean las de caminar por el monte, subir a algún monte cercano, recoger setas en temporada, y en definitiva, permanecer en contacto con esta naturaleza que tanto abunda y que tanto aprecian.

Como estamos haciendo un recorrido por la costa y no vamos a subir ninguna gran montaña, hay que buscar alguna alternativa igual de impactante, y en este caso tenemos la Reserva de la Biosfera de Urdaibai, una de las zonas con más diversidad paisajística y ecológica de Euskadi que va desde la ría de Mundaka hasta el pueblo de Gernika. Zona de reposo e invernada para muchas aves migratorias, Urdaibai es para visitarla con calma, sobre todo si nos gusta observar aves y ver grandes paisajes.

Gernika y su árbol

Gernika es pura historia, con el archiconocido árbol de Gernika, bajo el que se juraron las libertades vizcaínas y los fueros de Vizcaya desde tiempos de Fernando II e Isabel I la católica.

Pero Gernika es mucho más que un árbol histórico, pudiendo visitar museos como el de la Paz, donde conocer la historia del bombardeo de 1937, que inspiró a Picasso para pintar su cuadro más famoso o el Museo Euskal Herria del pueblo vasco. Y si vas en fin de semana, prepárate para una larga noche de fiesta en los innumerables bares que hay en las calles centrales.

De pueblo en pueblo llegamos hasta Lekeitio, que marca el final de este paseo por la costa de Bizkaia. Por el camino podemos parar en el bosque de Oma o bosque animado, donde el artista Agustín Ibarrola plasmó con pintadas en los árboles distintos motivos geométricos, animales y humanos, representación una vez más de lo ligado que está el pueblo vasco a la naturaleza.

Lekeitio, puro sabor a mar

Lekeitio es otra villa marinera con mucho encanto, ya que además de un protegido puerto repleto de barcos, también cuenta con una excelente playa, cuyo paseo marítimo bien merece que lo conozcamos. En él encontraremos el antiguo palacio austrohúngaro de Zita de Borbón – Parma, última emperatriz de Austria que tenía aquí su residencia de verano, y al final del paseo llegaremos a las marismas, en las que podremos visitar un molino de mareas único así como disfrutar del apacible paisaje.

Ya que estamos conociendo la cultura vasca en este recorrido por la costa de Bizkaia, no podemos irnos sin probar a remar en traineras, uno de los deportes emblemáticos de Euskadi y en el que es muy importante el trabajo en equipo.

La diversión está asegurada, así como el ser fotografiado por todos los transeúntes del puerto, que no se quieren perder el ver cómo aprenden este honorable deporte los visitantes de su tierra, esa que tanto quieren y cuidan, y que tan bien acoge al turista que busca bonitos paisajes, excelente gastronomía, conocer cultura y sobre todo disfrutar de la hospitalidad y el humor vasco.