Lago de Garda, el gran lago donde disfrutar de la Dolce Vita

Italia es sinónimo de buena vida. Y más aún en los grandes lagos del norte, comprendidos entre Lombardia y el Veneto. El lago de Garda es el mayor de ellos, y también, el que ofrece entretenimientos para todo tipo de públicos. Si hasta James Bond ha tenido una de sus espectaculares persecuciones por las carreteras que rodean al lago de Garda, por algo será.

Vista general de Limone Sul Garda

La mejor forma de conocer el lago de Garda es imitando en parte al superagente británico, por lo que alquilar un coche es la mejor manera de recorrer la carretera que rodea al lado. Los 200 kilómetros de no son demasiados y parece factible recorrerlos en un día, pero una vez embarcados en esta pequeña aventura, comprobaremos que es mejor hacerlo en dos o incluso tres días, dada la gran cantidad de lugares interesantes a visitar y de personas a conocer en el Lago de Garda.

Hay que empezar el recorrido por algún sitio, y no se me ocurre mejor punto de partida que Sirmione, una preciosa villa medieval asentada en una península que se adentra en el lago, con su pintoresco castillo, su balneario decimonónico y unas espectaculares vistas al atardecer.

En Sirmione el turismo es abundante, pero aún así es posible disfrutar durante unas cuantas horas de este peculiar pueblo al que se puede llegar en transporte público desde Verona.

Fortaleza de Sirmione
Atardecer sobre el lago de Garda

Nuestra siguiente parada es la regia Saló (sí, la misma que la de la película), uno de los lugares más distinguidos de todo el lago de Garda; repleto de palacios, villas y el suave ambiente de que aquí se viene a disfrutar de la vida y de las bondades de Italia, olvidándose de los problemas. Esta es una sensación que emana toda la rivera del lago, pero en toda la orilla oeste, como que se siente más fácilmente.

Un poco más al norte está Toscolano Moderno, otra villa del buen vivir con su puerto para embarcaciones de todos los tamaños, pizzerías para turistas e italianos sonrientes. El paseo de rigor para empaparse de la esencia de Toscolano Moderno no es obligatorio, pero es imposible resistirse al embrujo de estos pueblos y no dar un paseo, helado en mano, disfrutando de las bondades de la vida.

Perfil de Saló
A orillas del Lago de Garda en Toscolano Moderno

Muy cerca está uno de los lugares más curiosos de cuantos se pueden ver en las inmediaciones del lago de Garda. Se trata del Valle delle Cartiere y el Museo del Papel, instalado en una auténtica fábrica que desde 1381 hasta 1962 producía el preciado papel de Toscolano, usado por las personas más distinguidas de la cercana Venecia y del norte de Italia. Es muy curioso ver como al principio se hacía papel con restos de tela, en vez de con celulosa.

Actualmente se sigue produciendo papel gracias a la gran cantidad de agua disponible, pero la nueva fábrica, situada también cerca de Toscolano Moderno, no tiene el glamour de la antigua.

Siguiendo hacia el norte llegamos al idílico pueblo de Gargnano, otra variedad más al estilo italiano de cómo disfrutar de la vida a orillas del lago. Creo que este fue el sabor que más me gustó de cómo vivir la Dolce Vita en Garda, pero no se si fue por el helado que saboreaba mientras daba el paseo o a que coincidió con el atardecer. Sea como fuere, el viajero siempre disfrutará de una parada en Gargnano.

Lago de Garda
Rincón de Gargnano

Y de repente, el suave paisaje de rivera da paso a las gigantes montañas que cincelan la parte norte, con abruptos cortados que mueren directamente en el agua, transformando el suave lago de Garda en una especie de fiordo noruego en apenas unos kilómetros. Bienvenido a Tremosine.

En esta nueva zona montañosa hay unos cuantos lugares cuya visita es imprescindible. Uno de ellos es el santuario de Madonna di Montecastello, con unas vistas prodigiosas hacia toda la parte sur, pero el mejor mirador del Lago de Garda es sin duda el del Hotel Paradiso en Tremosine, cuyo mirador flota en el vacío, disfrutando de esta magestuosidad mientras cenamos. Buenas vistas y buena comida, ¿qué más se puede pedir?

Mirador del Hotel Paradiso de noche
Fábrica de papel de Toscolano

Si queremos practicar windsurf o cualquier otra actividad acuática rodeados de un ambiente juvenil, en la antigua colmena de obreros de Campione encontraremos nuestro pequeño paraíso particular. Campione es tan diferente a los demás pueblos de rivera que parece que lo escondieron adrede en un minúsculo terreno escoltado por las grandes montañas, como si se tratara de un oasis mochilero entre tanto lujo. Un lugar curioso cuanto menos.

Tremosine es la zona montañosa donde James Bond sufre una espectacular persecución, y donde nosotros podemos disfrutar de la vida de alta montaña a pocos kilómetros del lago de Garda. Acercarse hasta la quesería Alpe del Garda a degustar buenos quesos, o incluso aún mejor, dormir en un agriturismo situado al final de la carretera, rodeado de montañas, donde ofrecen comida casera, como es el Val d´Egoi, son placeres terrenales al alcance de muchos de nosotros. Tan sólo hay que atreverse a salir un poco de lo establecido. El disfrute está asegurado.

Quesos de Garda
Carreteras en la zona montañosa

Otra de las características de la zona de Tremosine son los limones. A este cítrico parece que le gusta crecer a orillas del lago de Garda, encontrando peculiares plantaciones de limoneros incluso dentro del mismo pueblo, como ocurre en Limone Sul Garda, o aisladas, como la de Lemon grove Pra de la Fam, abierta al público aunque tampoco descubrirás nada nuevo que no se vea desde afuera.

Entre limones y montañas nuestro camino ha llevado hasta el norte del lago, donde se encuentra Riva del Garda, otro pueblo de rivera que casi parece más alemán que italiano, de la cantidad de turismo germano que recibe. Riva del Garda es ideal para los que les gusta practicar deportes acuáticos, como windsurf o vela, o para los que símplemente quieren gozar de otro pueblo donde la vida discurre con serenidad y placer.

Relieve del lago de Garda
Windsurf en Riva del Garda

Visitado ya más de la mitad del lago de Garda, en la región de Lombardía, nos queda por ver la costa este, en la región del Veneto. Esta zona es mucho más monótona en cuanto a paisaje que la otra, pero aún así tiene algunos lugares que bien merecen una visita.

El más espectacular de ellos es el pueblo de Malcesine, en el que su castillo desafia las leyes de la gravedad irguiéndose imponente ante las prístinas aguas del lago, o donde podemos subirnos al teleférico para llegar hasta la cima del Monte Baldo, posiblemente otro de los mejores miradores del Garda, pero que no puedo asegurarlo por no haber subido hasta aquí.

Desde el castillo de Malcesine
Costa este del lago de Garda

Hasta Sirmione nos separan una buena cantidad de kilómetros en los que los pueblos con encanto con pequeñas playas blancas se suceden sin fin, aunque se nota que la orografía es mucho más bondadosa y eso permite que haya mucho más turismo, ralentizando el viaje.

Aún así esta sigue siendo una zona bonita, aunque yo, que soy más de tirar para la montaña, del lago de Garda me quedo con Tremosine y sus absurdas montañas, mucho más divertidas y variadas. Incluso sin falta de ser un superagente al servicio de su majestad.

Información práctica para visitar el Lago de Garda:

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