Cómo enamorarse de “El Chablé”, el mejor hotel del mundo

Haciendo una rápida búsqueda en Google (que parece que todo lo sabe) y escribiendo “mejor hotel del mundo”, varios artículos se hacen eco de que El Chablé Resort & Spa encabeza la lista. Este año le ha sido otorgado el Prix Versailles 2017, premio avalado por la Unesco y la Unión Internacional de Arquitectos.

Relax en la piscina
Relax en la piscina

Tras el galardón, nos cuentan, ha sido la locura: llamadas, felicitaciones, reservas nuevas y, sobre todo, muchísimo orgullo para el personal de este bellísimo alojamiento situado en Chocholá, a 25 km de Mérida, en el Yucatán mexicano.

Situado sobre una antigua hacienda henequenera, es una mezcla perfecta entre el encanto del pasado, el lujo del siglo XXI, la exuberancia natural y el relax.

Cómo es el mejor hotel del mundo, El Chablé

La entrada es discreta e integrada en la frondosidad del paisaje. Nos recibe un edificio señorial de un azul intenso con toda la belleza de la pátina del tiempo. El verde profundo envuelve y relaja, y esta emoción aumenta a cada instante. La recepción es una sala amplia, decorada en maderas nobles y con una extensa colección de libros de arte. Nos reciben con un agua de sabor y una toalla fresca explicándonos amablemente las actividades, la distribución y el funcionamiento del hotel.

Con la impresión de ser los únicos huéspedes tomamos un sendero hacia la habitación, todas con nombre maya. De cuando en cuando nos cruzamos con las sonrisas amables de los trabajadores que cuidan el jardín, mantienen en orden las habitaciones o se ocupan de la huerta que abastece al restaurante. La sensación de privacidad es intensa, pero no de soledad.

Vista del cenote sagrado desde el spa
Vista del cenote sagrado desde el spa

Antes de la cena, nos sugieren, podremos ver las luciérnagas, que se citan cada día al atardecer en un punto del jardín. Con ese deseo el Chablé nos da la bienvenida.

Las 38 casitas de cristal están envueltas en vegetación potenciando la impresión de ser parte integrante de esa naturaleza. Los muros originales son del S. XIX y conectan cada estancia con su pasado incorporando toques modernos, maderas cálidas y algo de arquitectura tradicional maya. Las paredes transparentes integran exterior con interior de una forma armónica y casi mágica. Una piscina privada con terraza invita al relax y la calma. Esta noche no hay luna y se verán las estrellas en todo su esplendor.

El spa gira en torno a un cenote natural y sus cabinas se abren a él. Allí sólo existe el aquí y el ahora. Sus tratamientos se agrupan en “travesías”, que se orientan a una intención distinta dependiendo del estado de ánimo y el momento vital de cada persona. Se entrelazan rituales tradicionales mayas con tratamientos terapéuticos avanzados para proporcionar el máximo bienestar corporal y espiritual.

El cenote sagrado es su escenario y su corazón. Los aromas, el ritual, la pausa, la luz… todo está orientado al equilibrio y la serenidad. Desde aquí también se organizan actividades relacionadas con el bienestar y la naturaleza como yoga, meditación, tai chi, reiki o qigong , así como prácticas deportivas dentro del entorno.

Entrada monumental
Entrada monumental al mejor hotel del mundo

Restaurantes en El Chablé

Uno de los puntos fuertes del hotel es la gastronomía. Cuenta con tres espacios diferentes:

  • Ixi’im, que se traduce como “maíz” en lengua maya, es el restaurante de referencia. Está dirigido por el chef Jorge Vallejo, situado en el puesto 22 entre los mejores del mundo. Su cocina es moderna y sofisticada incorporando raíces mexicanas y locales, e incluyendo hierbas frescas, frutas y verduras cosechadas y recolectadas del Jardín Maya del Resort.
  • En el Ki’ol, situado al lado de la piscina, se puede desayunar, almorzar y cenar con gran variedad de platos locales e internacionales. No hay que perderse el auténtico y abundante desayuno mexicano.
  • El Spa Restaurant, está enfocado a la comida sana, con cuatro menús prediseñados con ingredientes básicamente vegetales y recetas saludables.

 

La esencia maya está prendida de cada rincón: en las sonrisas del personal, en pequeños detalles de una decoración bella y sin estridencias, en el nombre de cada estancia, en los sabores de cada plato, en cada ingrediente que recolectan de la huerta, en cada leyenda que envuelve cualquier rincón.

Cocina yucateca contemporánea
Cocina yucateca contemporánea

Experiencias que vivir en el mejor hotel del mundo

  • despertar con café recién hecho y bollería casera servido en cada habitación al amanecer
  • darse una ducha de lluvia entre palmeras
  • recibir un maravilloso masaje con hierbas aromáticas y vistas al cenote
  • probar la cocina yucateca contemporánea con un merlot mexicano
  • iniciarse en la ceremonia del temazcal, baño de vapor medicinal para la purificación de cuerpo y mente, dirigida por un chamán
  • elaborar tortitas a mano en la recreación de una casa tradicional maya
  • dar un paseo en bicicleta entre libélulas
  • participar en una ceremonia de gratitud en el cenote sagrado
  • admirar una de las mejores colecciones de tequila del mundo
  • despedir el sol desde la hamaca de la terraza con un agua de Jamaica
  • cerrar los ojos en una cama con mosquitera
    y la certeza de ser visible, o invisible, o todo a la vez

 

En resumen: El Chablé no es un resort al uso. Su concepción está orientada más al bienestar y a la experiencia de conectar la naturaleza dentro de un entorno maya que a la diversión. Un lugar maravilloso y singular para la desconexión del mundo y el reencuentro con uno mismo.

Zona de descanso
Zona de descanso

Un poco de historia sobre las Haciendas mayas

Las Haciendas henequeneras eran la base de la economía en Yucatán y Campeche en la segunda mitad del s. XIX y principios del XX. Eran fincas de gran tamaño dedicadas a la agricultura, principalmente al henequén, y que constaban de la casa principal del hacendado, la sala de máquinas (zona de trabajo), almacenes, capilla, las casas de los sirvientes y trabajadores y las tierras de cultivo.

Símbolo de riqueza y esplendor de una época, las haciendas tenían miles de hectáreas y sus propietarios poseían colosales fortunas. Eran auténticas ciudades de las que sus trabajadores apenas salían, incluso se acuñaba moneda para el consumo dentro de la hacienda.

Entrada del spa
Entrada del spa

El henequén (llamado entonces “oro verde”) es una planta que se cultiva en zonas áridas de las que se extrae una fibra muy resistente y apreciada. Se utilizaba principalmente en la elaboración de cuerdas, sacos, hamacas e incluso prendas de vestir.

A principios del s. XX había 1170 haciendas, pero en 1920 empezó su declive. Hoy sólo quedan en pie unas 400, la mayoría en ruinas. Las más afortunadas se han convertido en restaurantes u hoteles de lujo, remodeladas de tal manera que ofrecen a los visitantes la atmósfera y el estilo de vida de finales del s. XIX, cuando estaban en su apogeo.

Las restauraciones se han hecho utilizando materiales y técnicas de la época y pigmentos minerales rojos, amarillos y azules utilizados entonces. Algunas conservan sus suelos, murales y mobiliario originales.

Dormitonio principal de la villa Principal
Dormitonio principal de la villa Presidencial

Otras Haciendas de la Península de Yucatán que tienes que visitar

Hacienda San José

Construcción del siglo XVIII que conserva los azules pasteles de su fachada, su decoración y hasta los murales de su capilla. En sus 15 habitaciones y suites, distribuidas alrededor de un patio colonial, la ambientación es un cautivante viaje a épocas remotas con las comodidades de este siglo.

Hacienda Uayamón

Con origen a finales del X. XVI, era uno de los edificios más emblemáticos de la región. Cuenta ahora con 12 bellas casitas con terraza y jardín privado. Su área de piscina es impresionante, rodeada de las antiguas paredes en ruinas y varias columnas jónicas colocadas en el centro del agua. Una majestuosa ceiba (árbol sagrado de los mayas) preside la entrada.

Puerta Campeche

Construida en el s. XVII, situada en el centro histórico de la ciudad de Campeche, patrimonio Cultural de la Humanidad por la UNESCO. Llamada antiguamente Casa Guerrero, fue el hogar de uno de los primeros comerciantes de productos importados de la zona. Cuenta con 15 habitaciones pintadas en ocres y naranjas, con todas las comodidades. Bella piscina interior con hamacas.

Detalles mayas e ingredientes naturales del spa con el sonido de
Detalles mayas e ingredientes naturales del spa con el sonido de la caracola

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