Un día en Ronda, Andalucía
La localidad malagueña de Ronda es conocida mundialmente por su monumental Puente Nuevo. Con sus casi 100 m de altura, esta maciza estructura atraviesa el impresionante desfiladero del Tajo y nos ofrece imágenes dignas de postal. El omnipresente Puente Nuevo de Ronda nos invita al mismo tiempo a recorrer la ciudad, en busca de rincones que nos ofrezcan otro punto de vista, otro ángulo diferente de esta majestuosa obra arquitectónica.
Ubicada a tan solo 100 km de Málaga capital (1 h 20 min en coche) y a menos de 1 hora desde las playas de la popular Costa del Sol, no hay excusa que valga para no acercarse a visitar Ronda. Un día será suficiente para descubrir los lugares más bonitos e interesantes de esta hermosa localidad que en su día atrajo a artistas y escritores, tales y como, Ernest Hemingway y Orson Welles.
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Con sus casas encaladas al borde del Tajo, Ronda ha disfrutado durante siglos de su situación geográfica tan única y especial. El casco histórico que vemos hoy en día al sur del desfiladero data en su mayor parte de la época árabe (713 – 1485) y se conoce localmente como «la ciudad». La parte más nueva de la localidad, situada al norte del desfiladero, fue construida por los cristianos después de la reconquista y es conocida como «el mercadillo».
Mientras que “la ciudad” es la zona con más encanto de Ronda, “el mercadillo” es donde viven la mayoría de los rondeños y donde encontrarás más opciones de alojamiento y aparcamiento.
Lo primero que todo visitante quiere hacer al llegar a Ronda es, como no, ver el Puente Nuevo por primera vez. Y es por eso que aquí empezamos nuestra visita. El Parador de Ronda, situado junto al puente, está rodeado por un paseo que ofrece algunas de las mejores vistas del puente, convirtiéndose en un lugar de parada obligatoria para todo visitante y en el lugar de comienzo de nuestro día en Ronda.
Aquí se encuentra el conocido como “balcón del coño”. Sí, has leído correctamente. Este es el apodo que recibe el balcón, porque las vistas del Puente Nuevo son tan impresionantes que a menudo se le escapa un “¡coño!” de admiración al visitante primerizo.
El Puente Nuevo de Ronda fue inaugurado a finales del siglo XVIII y fueron necesarios casi 40 años para su construcción. El puente anterior solo duró 6 años hasta que se derrumbó matando a 50 personas. Así que está vez los rondeños tuvieron que esforzarse al máximo para construir una estructura lo suficientemente robusta.
La visita continúa desde el Parador hacia los jardines de Cuenca, otro romántico rincón de Ronda con unas vistas extraordinarias del Puente Nuevo. Estos jardines son el lugar perfecto en el que sentarse a descansar disfrutando de las vistas al puente, rodeados de la belleza y la fragancia de 60 variedades de rosas.
Desde la parte baja de los Jardines de Cuenca, llegamos al Puente Viejo, que también cruza el desfiladero del Tajo y, como su nombre indica, es anterior al Puente Nuevo. Aunque no sea tan imponente, es un lugar con mucho encanto: el Puente Viejo junto a las murallas y la Puerta de Felipe V.
Tras cruzar el Puente Viejo, el paseo continúa hasta llegar a los baños árabes. Los baños árabes de Ronda se encuentran entre los mejor conservados de España porque solo se re-descubrieron hace un siglo. Hasta entonces, estuvieron enterrados bajo tierra. Es posible recorrer las diferentes estancias de los baños y también hay un video que explica su historia y funcionamiento.
Desde los baños árabes, la visita sigue por el exterior de las murallas de Ronda. Se trata de una zona muy tranquila desde donde se puede disfrutar de bonitas vistas a la ciudad y la hermosa naturaleza que la rodea.
Tras 10-15 minutos de paseo, llegamos a la Puerta de Almocábar, que constituye la segunda entrada principal a la parte vieja de Ronda (siendo el Puente Nuevo la primera).
Aunque una opción es cruzar la puerta para comenzar la visita a la parte vieja de Ronda, te recomendamos continuar sin cruzar la puerta por la calle del Prado. En otros 10-15 minutos, llegarás a uno de los lugares con las mejores vistas del Puente Nuevo. Simplemente asombrosas. Tras la parada obligatoria para admirar el macizo Puente de Ronda y sacar un par de fotos más, es hora de volver a la parte vieja de Ronda.
Siguiendo el camino que zigzagea cuesta arriba a través de la pared del desfiladero, llegamos a la Plaza de María Auxiliadora en “la ciudad” de Ronda. Después de tanto andar, si te ha entrado el hambre, hay varios restaurantes al borde del desfiladero con terrazas y vistas al puente. Una opción muy recomendable, con una terraza preciosa y unas vistas que quitan el hipo (aunque no sean del puente) es el Restaurante Morabito.
Ya con la barriga llena, es hora de continuar paseando por la parte vieja de Ronda. Entre los lugares de interés destaca la Plaza Duquesa de Parcent, donde se encuentra la Iglesia de Santa María la Mayor. El Palacio de Mondragón acoge el museo municipal de Ronda que se centra en la prehistoria y la geología de la ciudad. El palacio fue construido originalmente por los árabes en el siglo XIV, pero también cuenta con un patio gótico del siglo XVI y una fachada del siglo XVIII. Su pequeño y hermoso jardín ofrece unas estupendas vistas de las verdes colinas que rodean Ronda.
Antes de dejar la parte vieja de Ronda, si quieres probar el vino dulce de la región, haz una parada en el Centro de Interpretación del Vino de Bodegas la Sangre de Ronda. Hay varias opciones de visita y todas ellas incluyen la degustación de varios vinos jóvenes andaluces.
Tras la visita a la parte vieja de Ronda, regresamos al Puente Nuevo. Pero, antes de cruzarlo, te recomendamos hacer una parada en el Mirador de Aldehuela, para disfrutar de más vistas maravillosas del puente.
Ahora sí, ha llegado el momento de cruzar el Puente Nuevo de Ronda hacia la parte nueva de la ciudad. Aquí el lugar de visita obligada es la Real Maestranza de Caballería de Ronda y su plaza de toros. Ronda es no solo hogar de la maestranza más antigua de España sino que es aquí también donde nació el toreo moderno.
Como tal, se trata del lugar perfecto para aprender sobre la historia del toreo y sus orígenes. Independientemente de tu opinión acerca de las corridas de toros en la actualidad, su origen está relacionado con la historia no solo de Ronda, sino de todo España, y la visita merece la pena.
Si tras visitar la Real Maestranza de Ronda te quedas con ganas de aprender más sobre el toro de lidia y el caballo de pura raza española, te recomendamos visitar Reservatauro, una auténtica dehesa mediterránea a pocos kilómetros de Ronda.
Con la visita a la Real Maestranza termina un completo día descubriendo Ronda. Pero si aún te queda tiempo, la parte nueva de Ronda también merece un paseo. En la zona de la Plaza del Socorro y alrededores encontrarás variedad de bares y restaurantes para terminar un día redondo visitando uno de los pueblos más bonitos de toda la península, parada obligada en cualquier viaje a Andalucía.
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