Salina Turda, el parque de atracciones subterráneo de Rumanía

¿Cómo mejorarías una salina abandonada, con sus grandes boquetes bajo tierra? Exacto, con un parque de atracciones. Junta un minigolf, una pista de fútbol, mesas de ping pong, zona de bolos, y por supuesto, una gran noria metálica, y ya tienes un gran centro de ocio a 80 metros de profundidad, en el que divertirse todo el año sin importar el tiempo que haga. Además, el ambiente especial de la salina es bueno para la respiración. Bienvenido a la Salina de Turda, uno de los lugares más extravagantes del mundo, en plena Transilvania.

Botes para alquilar y zonas de ocio en Salina Turda

Llevaba varios días recorriendo Rumanía en coche, visitando monasterios de madera, iglesias fortificadas, cementerios alegres, pueblos que vivieron tiempos mejores, y por fin llegaba a uno de los lugares que no quería perderme tras haber leído la guía de Rumanía de Mis Viajes por ahí, la Salina Turda, o como bien dice la propia Inés, uno de los lugares más frikis de Rumanía. Y yo añadiría, del mundo.

Nadie espera encontrarse con semejante instalación bajo tierra, y menos en un país que no destaca precisamente por su modernidad.

Recibía con alegría el soleado día, tras tanta lluvia, y qué mejor que «desaprovechar» el buen tiempo que metiéndose en las profundidades de la tierra y disfrutar de las frescas temperaturas de la salina, que oscilan entre los 10ºC-12ºC durante todo el año. El hipermoderno edificio de recepción ya nos va dando pistas sobre lo que vamos a encontrarnos abajo, aunque la galería principal, la Franz Josef gallery, con sus vigas de madera recubiertas de sal, siga fiel a su estilo ancestral.

Esta galería, de 917 metros de largo, recorre la salina de Turda de extremo a extremo, por lo que nos iremos encontrando las diferentes salas anexas. Si seguimos todo recto, llegaríamos al centro de Turda y a la entrada tradicional a la mina de sal.

Gran túnel central
Máquina para subir bloques de sal, Crivac
Ventana a las vetas de sal

La primera sala es un centro para el tratamiento de enfermedades respiratorias, ya que el interior de las minas de sal tienen un aire de excelente calidad, al mantener temperaturas y humedad (entre 73% y 80%) estables, además de que la concentración de alérgenos y microbios es prácticamente nula. Este lugar es sólo accesible para las personas que sigan algún tratamiento, y nosotros los turistas, nos tenemos que conformar con ver lo modernas que son las instalaciones.

El recorrido sugerido por el folleto que te entregan en la entrada empieza por la zona más antigua de la mina, la mina Iosif, donde podemos ver antigua maquinaria original de madera, como el «Crivac», el ingenio de tracción animal usado para subir los bloques de sal. También hay un pequeño altar con figuras talladas en sal (esto es Rumanía), y diferentes pasillos que pueden llegar a resultar claustrofóbicos. Es una zona interesante para conocer las rudimentarias técnicas que usaban para extraer la sal gema, datada en 13 millones de años, y mantener la mina en pie. Resulta sorprendente que gran parte de la explotación se hiciera con tan poca tecnología, pues estuvo en funcionamiento desde 1075 hasta 1932. El auge de la sal marina, más barata de extraer y cada vez más fácil de transportar, provocó que las espectaculares minas de sal subterráneas, como Salina Turda, fueran cerrando poco a poco.

Esta parte histórica me recordó mucho a la mina de sal de Wieliczka, en Cracovia, pero ni de lejos es tan espectacular como la polaca.

Formas caprichosas de la sal
Soportes telefónicos
Noria de metal en la salina

Menos mal que en la siguiente sala, mina Rudolf, empieza lo bueno. En esta inmensa oquedad de 42 metros de profundidad y de 50 metros de ancho por 80 de largo (poco menos que un campo de fútbol pequeño), está la noria de metal, el minigolf, los bolos y muchas más pistas para hacer otros deportes. El parque de atracciones propiamente dicho. No sé a quién se le ocurrió meter todo esto aquí abajo, ni por qué, pero seguro que tiene algo que ver con los largos tratamientos que se pueden llegar a recibir aquí, de varias horas al día, ya que en invierno no debe hacer el mejor clima en esta ciudad de Transilvania. Seguro que los niños están encantados con su parque de atracciones cubierto, y los mayores también. Yo lo estaría.

Pasado el shock inicial por tan peculiar visión, que ya la esperaba pero no me la imaginaba tan «bestia», me dispuse a corretear por la planta alta. El contraste entre el diseño ultramoderno de las atracciones y las vetustas pasarelas de madera es de lo más peculiar, recordando al steampunk. Como curiosidad, comentar que los ascensores panorámicos fueron fabricados en España.

Billar y noria en la mina Rudolf
Zona de juegos
Mina de Rudolf con Noria y Ping Pong

A un lado de la mina Rudolf hay una gran ventana que da paso al cono de la mina Terezia, la más grande de todas las de Salina Turda, con 120 metros de profundidad, y es, si cabe, aún más espectacular.

En las profundidades de la mina Terezia se halla un oscuro lago de agua, en el que dice la leyenda que se cayó un carro con caballos, y que por eso huele un poco a hedor. En el centro del lago hay una isla de sal de 5 metros de altura, con un embarcadero normal en cualquier otro lago, pero que aquí uno no se espera encontrar (posiblemente sea el embarcadero de ocio a mayor profundidad), y otra zona de ocio hiperfuturista, que me recordó a una película de Mad Max. No se me ocurre mejor nombre para las bóvedas con luces que cúpulas del trueno.

Se puede bajar desde la mina Rudolf hasta la Terezia por las escaleras de madera originales o por el ascensor. ¿Adivinas por dónde bajé yo? Sólo te digo una cosa: ten cuidado con la cabeza.

Escaleras cubiertas de sal
Gran oquedad en la mina Terezia
Techo de la mina Terezia

La panorámica desde el fondo de la mina Terezia es incluso más espectacular, con la peculiar disposición de las luces, y uno no se extraña de que esta salina fuera usada como refugio antiaéreo durante la Segunda Guerra Mundial, o como despensa para quesos una vez terminada la extracción de sal.

Salina Turda es uno de los sitios más extravagantes que he visitado nunca, más que por el parque de atracciones en sí mismo, por la extraña combinación que hay dentro de la mina de sal. No es ni de lejos tan espectacular como las minas de sal de Wieliczka en Cracovia, pero oye, aquí te lo puedes pasar bomba en un entorno único en el mundo.

Isla en mina Terezia con cúpulas del trueno

Información para visitar la mina de sal de Turda:

  • Dentro de la mina hace fresco, sobre 10ºC-12ºC, por lo que conviene abrigarse, sobre todo en verano. No hay ningún tipo de viento ni corriente, por lo que si haces algún deporte, entrarás en calor rápidamente. Está prohibido el acceso con agua o comida a toda la mina de sal por razones de higiene. Hay una cafetería en el edificio nuevo de entrada.
  • Horario: diario de 9:00 a 17:00.
  • Tarifa: adultos 20 lei (sobre 5€), niños / estudiantes 10 lei (sobre 2,5€). Aparcamiento 5 lei (sobre 1,1€). El acceso a cada atracción se paga por separado, costando desde los 2 lei por 10 minutos de billar, hasta los 100 lei por 1 hora de la cancha. La noria de hierro cuesta 5 lei / 8 minutos.
  • Web Salina Turda

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  1. Había oído hablar de estas minas a una amiga de Rumanía pero pensaba que se usaban sólo para tratamiento de enfermedades respiratorias, si vas a esta mina sin saber lo del parque y te lo encuentras allí tienes que alucinar nada más verlo! Aún sabiéndolo es para flipar!!!