Os presento a mi amigo Turrón
A parte de por hacer fotos, lo que más me gusta de viajar es hacer nuevos amigos, sin importar de donde son, las creencias que tienen o de que especie son. En el segundo día del viaje por el Camino de la Lengua, mientras desayunaban los compañeros, se les acercó lo que creía que era un perro, pero con un rabo muy raro. Al fijarme un poco más, vi que era un zorro salvaje, y estaba ¡comiendo de su mano!
¿Cómo podía ser? Vale que estábamos en una casa rural (Hospedería la Calera), en medio del bosque, pero el pueblo de San Millán de la Cogolla estaba a menos de un kilómetro. Como un zorro tan amigable no se ve todos los días, me acerqué hasta él, cámara en mano, y se dejó hacer una sesión de fotos bajo la fina lluvia.
Primero miraba con curiosidad al objetivo, a veces se asustaba y se escondía detrás de unos barriles, pero volvía con nosotros a los pocos segundos, para jugar un poco o posar para la cámara. Suponíamos que al acercarse tanto era porque quería comida, así que sacamos algo del desayuno, y ¡vaya si acertamos! Subir el muro para comerse una loncha de embutido no era ningún problema, o dar saltos hasta nuestra mano.
Así estaríamos fácilmente durante un cuarto de hora, alucinados por este zorro, que se las sabía todas. El dueño de la casa rural nos contó que había descubierto al zorro hace poco menos de un año, y que al principio creía que era un gato grande que venía de noche a rebuscar en la basura, pero cuando desaparecieron todos los gatos de la zona, supuso que era otro tipo de animal, hasta que lo vio de día y descubrió que era un zorro. Como la navidad estaba cerca, y siempre aparecía a la hora de cenar, lo bautizó como «Turrón».
Desde aquellas, Turrón es el dueño del jardín de la casa rural, y se acerca siempre que tiene hambre. Algo que se nota en lo gordo que está.
Y así fue como conocí a este simpático zorro, uno de tantos amigos que hice de viaje.
Cuéntanos en los comentarios, ¿qué amigos peculiares has hecho de viaje?
Me he enamorado, que lo sepas… Ahora quiero ir a esa casa rural a conocer a Turrón. Te parece bonito? ;)
Preciosas las fotos
Y, contestando a la pregunta del final del post, se me da bastante bien hacer amigos peludos en mis viajes: en Sicilia el perro y los gatos del B&B estaban siempre fuera de mi cabañita; en la Universidad de Greenwich un zorro visitaba el campus por la noche; los border collies de uno de los B&Bs que visité en Escocia se ponían contentísimos cuando nos veían… ;)
jeje que guay, así que te llevas bien con toda clase de animalitos. Pues si te digo que tenia jacuzzi en la habitación la casa rural y que de noche se veían todas las estrellas… :P
Buen amigo y bonitas fotos. Los zorros son muy inteligentes y algunos superan su timidez por tal de conseguir una comida fácil. Saludos.
Pues sí, aquí tenemos un ejemplo. Gracias por el comentario, un saludo!
Qué chulo es el joío!
mucho mucho
Buenísimo! El zorro es uno de los animales más difíciles de «domesticar». Has tenido mucha, pero que mucha suerte! :D
Bonitas fotos! Aquí en Londres, por increíble que parezca, se pueden ver muchas veces rondando por los jardines o por la calle también buscando comida… Me ha encantado lo de Turrón ;)
Son unos bichos listos, se adaptan a lo que pueden. Un nombre muy gracioso.