Mi vuelta al mundo en blogtrips

El otro día estaba aburrido y me puse a contar todos los blogtrips (también llamados viajes de prensa, ya que son viajes a los que te invitan para conocer un destino) en los que he participado. En total, conté más de un año y pico viajando de esta forma.

Más de 450 días invitado a viajar por todo el mundo.

Desde México hasta Nepal. Desde Finlandia hasta Túnez.

Alojándome en hoteles de todo tipo, pero sobre todo de 4 y 5 estrellas.

Comiendo en los mejores restaurantes de cada lugar.

Probando las mejores actividades de cada sitio, desde paracaidismo hasta vías ferratas, rutas en bicicleta y unos cuantos museos. Pero, sobre todo, spas, muchos spas.

Bloggers caminando por el desierto
Bloggers caminando por el desierto

Una vida que puede parecer de ensueño e incluso causar envidia, pero hay que tener en cuenta que a todos estos viajes iba a trabajar. Contando por las redes sociales lo que estaba viviendo, ocuparme de hacer bonitas fotografías, apuntar mis impresiones para reflejarlas después en los artículos.

Y sí, he disfrutado a lo grande con tantas experiencias, pero, sobre todo, he aprendido muchísimo sobre cómo funciona el negocio del turismo.

Porque, aunque a todos nos encante viajar, y a mí el primero, cuando vas invitado a un viaje de prensa entras a formar parte del negocio de la promoción turística. El famoso marketing, querido por algunos y odiado por muchos.

En ese momento, a mi faceta de viajero, se añade la de prescriptor, la de influencer que se diría en el entorno online. Tus opiniones y vivencias van a tener una repercusión, para bien o para mal.

Ojalá que gracias a participar en ese blogtrip atraigas a otras personas a visitar el destino, esta vez, pagando el viaje de su bolsillo.
O puede que detectes actividades/hoteles/restaurantes que no lleguen al nivel que se esperaría de ellas, haciendo el trabajo de un consultor turístico.
O simplemente que visites lugares que tu audiencia ignore, y en ese caso poca influencia habrás ejercido.

Lo que hay que tener claro es que el marketing turístico se enfoca en los principales grupos de viajeros, y aquí no están los mochileros, ni los frikis fotógrafos.

Típica habitación de hotel bueno
Típica habitación de hotel bueno

Puede que a mí me encante caminar durante horas para llegar a un recóndito lugar donde hacer una fotografía preciosa al atardecer, pero hay que reconocerlo, esto no es algo que haga el 99% de los turistas.

Ni el 50%.

Ni el 10%.

Tan solo unos irreductibles amantes de las fotografías preciosas, que ya se buscarán la vida para encontrar e ir a localizaciones que les gusten.

La mayoría de turistas quieren ir a lugares de fácil acceso, comer en buenos restaurantes, alojarse en hoteles donde les mimen, y disfrutar de unas vacaciones donde, sí, tengan espacio para maravillarse con nuevos lugares, pero también tengan tiempo para descansar.

La mayoría de la gente tiene una vida diaria estresante, así que no quieren convertir sus vacaciones en una gymcana contra el reloj y visitar todos los lugares que menciona la guía de viaje. Con unos pocos están más que contentos.

Esto, que parece tan evidente, he tardado años en darme cuenta de ello, y los viajes de prensa son los que me han abierto los ojos.

Yo siempre he visto este blog como un espacio donde contar mis viajes y mi forma de viajar, y si le servía a alguien de ayuda, mucho mejor.

Atendiendo a las explicaciones en un museo de Túnez

Pero ahora veo que mi forma de viajar es muy especial.

En mis viajes personales viajo principalmente para hacer fotografías que me gusten y disfrutar de los nuevos lugares a mi manera. Sobre todo, en modo roadtrip. Si dura un mes, mejor que dos semanas, y si estoy dos meses, mejor que uno.

Y esto, querido lector, es algo que puede hacer muy poca gente.

  • La que trabajan por su cuenta y tiene las vacaciones que pueden pagarse (autónomos y empresarios).
  • La que trabaja en remoto y puede cambiar su residencia cada cierto tiempo (nómadas digitales).
  • La que le gusta exprimir sus 30 días de vacaciones.
  • Y la que le gustaría hacer ese viaje alguna vez en su vida, pero ahora no es el momento.

Se podría decir que este es mi público objetivo, para quien escribo, pero gracias a haber estado más de un año participando en viajes de prensa, también he conocido al turista modélico.

  • El que tiene 30 días para viajar.
  • El que cobra una nómina a final de mes.
  • El que tiene un presupuesto para viajar muy superior al de un mochilero.
  • El que quiere un viaje cómodo y agradable más que una aventura en los confines del mundo.

Parecen perfiles muy diferentes, pero realmente ambos comparten una misma pasión: disfrutar del viaje.

El cómo lo hagan ya es cosa de cada uno. Por eso, yo seguiré contando los viajes como a mí me apasionan, y que cada lector construya su viaje con lo que más le guste.

Mientras tanto, combinaré los viajes por mi cuenta con los viajes de prensa, para tener un pie en cada ámbito y seguir aprendiendo sobre turismo.

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  1. Hola MACHBEL me a gustaba la perceptiva cómo camino al turismo y enseñarnos la buena oportunidad de los lugar a visitar me gustaría saber más gracias sigue así paro qué podemos sueñas.

  2. Me identifico mucho con lo que explicas. Cuando hago un viaje de vacaciones soy de los que buscan llegar al último rincón para hacer la foto y aprovechar al máximo cada minuto del viaje. Es estresante, pero es un nivel de estrés que me gusta, que puedo controlar y que tiene recompensa, muy diferente al estrés del trabajo. Sin embargo mi familia son el tipo de viajero que prefiere la comodidad y la tranquilidad, que les lleven a los sitios sin prisas. Ellos son del «todo incluido» y yo de ir a comer donde comen los lugareños sin depender de un horario fijo de vuelta al hotel. Pero en fin, hay que adaptarse a lo que hay.