Mi amor al caballo
Siendo hoy el día de los enamorados, voy a mostrar al mundo uno de mis amores, y no es la cámara, es el Ford Mustang del 2007, que ya desde la primera vez que lo ví por California quise conducirlo, así que en Miami lo alquilé durante una semana. Al principio iba a ser cubierto, pero como no quedaban, me dejaron el descapotable al mismo precio que el de techo fijo. Todo un chollo.
En un sitio donde hace calor, lo mejor que hay es conducir un descapotable, dándote el aire y el sol en la cara, toda una gozada. Además, para hacer turismo puedes mirar para todos los sitios, y es muy simpático ver a la gente en los pasos de peatones a tu misma altura, como si estuvieras sentado en la calle.
En cuanto al motor, es un típico muscle car americano, con un motor 4,0L con 210cv y cambio automático. Suena a muchos caballos, pero es un motor sin turbo y un poco amariconado, aunque pisando a fondo y siendo tracción trasera va de culo muy fácilmente. Por carretera va muy suave por el cambio automático, que lo mantiene a pocas revoluciones, y al pisarle a fondo para adelantamientos, ocurre lo típico de las películas que el coche empieza a meter mucho ruido, levanta el morro y te pega a los asientos como si fuera a despegar. Toda una sensación.
La velocidad máxima son unos 190km/h, poco comparado con un coche europeo de las mismas características, aunque el límite americano son 110km/h en autopistas, así que sobra de velocidad. Lo bueno es que siempre empuja, vaya a la velocidad que vaya.
Lo que hace que te enamores de este coche irremediablemente, a parte de su estética y que es descapotable, es su sonido. Un 12 válvulas potente suena a gloria, sobre todo cuando lo arrancas y tras sonar un segundo a cascajo arranca todo el motor y un inmenso sonido a potencia inunda el coche. Ahí sientes que el coche tiene vida y canta muy bien.
En cuanto a la semana dando vueltas por Miami con el coche, ocurrieron varias cosas curiosas. Empezando por lo típico de los americanos de hablarte a la mínima, te podian decir tanto en un semáforo como al salir del coche “nice car”, incluso gente con el mismo coche.
En algún semáforo también tuve una piquilla peliculera con otro coche potente, aunque ellos al llegar a 70 no aceleran más, y al aparecer curvas casi paran el coche. Esta gente no dura dos días conduciendo por Asturias.
La amabilidad americana es impresionante, y si no valga como ejemplo que una noche aparqué el coche en un lugar prohibido donde la grúa se lo llevaba, así que deje una nota en el coche diciendo donde estaba hospedado para que me avisaran y quitará el coche. Al día siguiente, mientras estaba desayunando, entró el recepcionista del hotel y me avisó de que moviera el coche, que necesitaban el sitio. Impresionante.
Aunque sin duda lo mejor fue el día por los Everglades, los 40 km por pistas de tierra con el coche descubierto, y el poder darse un baño en cualquier playa de la zona y secarse mientras iba en el coche hacia otro lugar. Debía ser el único de Florida que iba a las 3 de la tarde con 40º de temperatura a 110km/h con el coche descubierto y la calefacción puesta a fondo. Allí solo quitaban el techo por la noche, cuando no pegaba el sol, y la verdad que a veces llegaba a quemar y había que cubrir el coche e ir con el aire acondicionado.
Tras una semana de conducir sin techo, debí de quedar algo sordo, pero merece la pena sentir el aire. El ruido no es muy grande, poco menos que ir con las ventanillas bajadas, y la sensación es mucho mejor.
Si has llegado hasta aquí felicidades por aguantar el ladrillo. Un par de videos y ya termino.
Para la próxima, una Harley Davidson.
Joe..
qué envidia!