Invierno con nieve en Špindlerův Mlýn
En estos primeros días de 2012 me acuerdo de hace poco más de un año, cuando estaba en Špindlerův Mlýn, un pequeño pueblo al norte de la República Checa, en la montañosa región de Krkonoše. A pocos kilómetros de Polonia y Alemania, esta zona es parque natural y reserva de la biosfera. Además, en ella se encuentra el monte más alto de la República Checa, el Sněžka, con sus escasos 1602 metros.
El viaje empezó en Praga, donde cogí un autobús de un tiempo pasado, que tras dos horas de viaje por carreteras cada vez más estrechas y cada vez más cubiertas de hielo nos dejó sanos y salvos en el centro del pequeño Špindlerův Mlýn, que con sus 1300 habitantes, es la población más importante de la zona. Con su escaso tamaño, el pueblo es muy acogedor, algo que también debió pensar Franz Kafka cuando estuvo viviendo aquí, aprovechando la estancia para escribir «El Castillo».
Con la noche a punto de caer, cogí un taxi para ir hasta el hotel. El taxista derrapaba sobre la nieve sin inmutarse, con la experiencia del que tiene que conducir varios meses al año en estas condiciones, y es que a los checos parece que les encanta correr en cualquier situación.
El hotel, mejor dicho mega hotel, era uno de tantos edificios gigantescos que se esparcían por la montaña, ofreciendo un buen alojamiento lejos del frío, con spa, sauna y actividades para disfrutar de la montaña. De aspecto un poco antiguo, a la hora de la cena uno se acuerda que está en la República Checa al ver lo inmensos y contundentes que son los platos.
Los dos días que estuve en Špindlerův Mlýn fueron de relax intenso, ya que aunque había nieve por todos lados, las pistas aún estaban cerradas, de ahí que las más de 10.000 plazas hoteleras estuvieran en su mayor parte vacías. Esta zona tienen tanto hotel porque es la mejor del país para disfrutar de la nieve, disputándose pruebas del campeonato europeo de sky y de snowboard. Como no pude tirarme por las pistas, tuve que dedicarme al tremendo esfuerzo de soportar masajes, ver atardeceres fantásticos sobre las cumbres nevadas mientras comía helado, y tener largas sesiones de sauna, que terminaban tirándome desnudo en la nieve de la montaña.
Todo un suplicio que repetiría con sumo gusto, y es que en esto de disfrutar de la nieve, los checos saben mucho, siendo Špindlerův Mlýn un lugar perfecto para desconectar en plena montaña, y a un precio bastante asequible, un poco por debajo de los que se mueven en Praga.
Más fotos de Špindlerův Mlýn en la galería de la República Checa
De veras me alucina cómo pueden conducir con esa capa de nieve en el suelo. Imagino que si fuera del norte estaría más acostumbrada pero aquí la nieve ni la vemos (a lo sumo, algo de granizo) y es algo que me choca mucho.
Bonito lugar. Un saludo
Si alucinante como conducen en nieve, el estar acostumbrado es lo que tiene, que van en autobus o coche como si estuviera seco y asi despues hay los accidentes que hay. Este año por aqui arriba tampoco hay nieve jeje
Preciosas fotografías en un lugar maravilloso.
Hace ya tiempo del comentario pero acabo de verlo ahora.Tengo previsto pasar la navidad 17 en praga y Špindlerův Mlýn.En diciembre se puede esquiar alli?como pones que estaba cerrado…..
Por lo que pones, parece arriesgado ir en coche de alquiler desde Praga,no?
Hola Ricardo. Cuando yo estuve había nieve pero las pistas estaban cerradas porque todavía no era la fecha de apertura. Si vas ahora en enero seguro que están abiertas.
Si no estás acostumbrado a conducir sobre nieve, es mejor ir en transporte público, que es más seguro.
Un saludo