Bruselas desde la Rue Royale
Levantarse temprano para ver amanecer dentro de una gran ciudad no es algo que suela hacerse habitualmente. Son pocas las grandes capitales que pueden ofrecer un buen espectáculo cuando aparecen las primeras luces del día: quizás por sus grandes edificios, por el intenso tráfico de vehículos de todos aquéllos que comienzan su jornada laboral, o por el hecho de que los amaneceres siempre se asocian a los paisajes y la naturaleza.
Sin embargo, Bruselas tiene un punto único desde el que os recomiendo que, al menos un día, os acerquéis para ver amanecer o cuando menos atardecer: la plaza del Palacio Real.
Mi propuesta para hacer turismo en Bruselas se aparta hoy del círculo tradicional alrededor de la Grand Place para hacerlo en torno a la Rue Royale, al sureste de la ciudad.
De la Place Royale sale una calle bastante comercial, la Coudeberg, desde la que os podréis acercar a una terraza que se eleva sobre los jardines del Mont des Arts y la Place de l’Albertine. Su elevación os permitirá tener una visión diferente de la Bruselas más monumental.
Los primeros rayos del día (o los últimos, si es que elegiste acercarte en el ocaso) te ofrecerá una Bruselas mucho más dorada, más brillante y lustrosa. A tus pies, bajo la terraza, no solo dispondrás la vista de estos jardines, sino también de todo el centro de la ciudad, con los pinachos de los edificios que rodean la Grand Place.
Este es el principio de un paseo que te recomiendo hacer, comenzando desde esta calle Coudeberg, y la Place Royale, hasta acabar en el barrio de Les Marolles, una zona de lo más tradicional en la capital belga.
En torno al Palacio Real
Volvamos sobre nuestros pasos para ver el Palacio Real, un edificio que en verdad no es la residencia habitual de los reyes de Bélgica. Es ésta, probablemente, la zona más cultural de la ciudad, no solo por la necesaria visita al Palacio, sino porque en torno a la plaza se encuentran algunos de los museos más interesantes de la ciudad, como el de Bellas Artes, el de Instrumentos Musicales, pero, sobre todo, el Museo Magritte.
No te pierdas tampoco, si quierés unos momentos más de tranquilidad, el pasear por el Parque lateral que se extiende desde el Palacio Real hasta el Teatro Real, el Warandepark.
Es un parque pequeño comparado con el de otras grandes capitales europeas (de hecho, no es el principal de Bruselas), pero dada su situación en plena ciudad, se agradece su recorrido.
La Rue Royale se proyecta desde algo más arriba, desde la confluencia con la Avenida del Jardín Botánico, pero tomada en este punto intermedio, os ofrecerá un agradable recorrido en dirección a Les Marolles.
Llegando al Sablon
Nuestra primera parada, una vez dejes atrás el Palacio Real, te va a llevar hasta la zona del Sablon, en la que hay tres visitas ineludibles: los dos jardines de diferentes tamaños (como sus nombres indican), el Petit y el Grand Sablon, y la iglesia de Notre Dame du Sablon.
Pero antes, mira la hora: media mañana, y un buen desayuno siempre ayudará en nuestra ruta, y aquí, en esta zona de Bruselas, están algunas de las mejores chocolaterías de la ciudad, entre ellas Wittamer donde se toma un magnífico chocolate a la taza. Claro que también podrías elegir entre la Neuhaus o la Leónidas.
Ya repuestos, es el momento de enfilar hacia el Petit Sablon, un remanso de paz que a buen seguro nadie que no lo conozca podría esperárselo. Aquí, el silencio y la tranquilidad parecen imponerse al ruido de los coches de la cercana avenida. Rodeado por las estatuas de los más ilustres hijos de Bélgica, y escondidos en un jardín diseñado milimétricamente, se alzan también 48 columnas sobre las cuales hay figuras representativas de los diferentes gremios medievales que dieron vida comercial a la región de Flandes. En el centro, las altivas figuras de los condes de Egmont y Horn, antiguos héroes nacionales que se sublevaron contra los españoles cuando éstos intentaron imponer la Inquisición en este país.
Enfrente, y junto al Grand Sablon, se encuentra una joya arquitectónica de gran valor en Bruselas, la iglesia de Notre Dame de Sablon, en estilo gótico brabantino, impoluto, estilizada y bien elegante desde que allá por el siglo XV fuera construida.
Hasta Les Marolles
El paseo desde el Sablon hasta el tradicional barrio de Les Marolles es mucho más tranquilo.
Son calles que parecen encontrarse en peor estado, en una zona que incluso diríamos más pobre, pero que sin embargo cuenta con un sabor un tanto añejo que la vuelve muy característica.
Por aqui está el Palacio de Justicia, pero a solo unas calles de distancia, en la Place de Jou de Balle, los fines de semana por la mañana ponen un mercadillo muy atractivo, en el que podréis encontrar artículos antiguos de segunda mano de todas clases y colores.
Cualquier zona de Bruselas cuenta con una identidad muy particular, un sello propio que bien merece conocerse. No todo ha de ser la elegancia y riqueza arquitectónica de la Grand Place y su entorno.
A veces es reocomendable alejarse un poco de los circuitos turísticos para descubrir rincones que a buen seguro nos dejarán huellas imborrables en nuestros recuerdos.
- MIM, Museo de Instrumentos Musicales
- Dónde dormir
- Hotel The Dominican 4*. Excelente alojamiento a un paso de la Grand Place
- Vuelos a Bruselas
- Oficina de turismo de Flandes
- Puedes conocer muchos más lugares e historias en SobreBelgica
Nos encanta vuestra propuesta de hacer turismo en Bruselas en torno a la Rue Royale, ¡muchas gracias por este post con una propuesta tan original!
Gracias. Nos alegramos de que os guste. Es una zona realmente encantadora para dar un paseíto por la zona, relajarse y por supuesto, comer chocolate.
Un saludo.