Visita a Alcalá de Henares, la casa de El Quijote
Mis ganas de visitar Alcalá de Henares vienen desde el 2011, cuando leí en El fotógrafo viajero su maravillosa serie de artículos sobre la ciudad. La verdad es que antes Alcalá de Henares nunca me había llamado mucho la atención, a pesar de ser Patrimonio de la Humanidad y de que aquí se entreguen los premios Cervantes, los más prestigiosos de la literatura hispana. En mi ignorancia creía que era otra ciudad dormitorio de Madrid con una Universidad con mucha historia.
Menos mal que, siguiendo el Camino de la Lengua por el centro de España, del que os hablaré otro día, tuve la ocasión de visitar la ciudad, y lo que me encontré superó con creces mis expectativas.
Los arcos de la calle Mayor, mi primera visión de Alcalá de Henares, no pudo ser mejor introducción. Esta larga calle guarecida por soportales, que es la calle más larga de España soportalada, nos da una buena muestra del ambiente que aquí se respira. Los bares, famosos por sus abundantes tapas, se cuelan entre los arcos con sus terrazas, que en los días soleados encontraremos repletas de gente, sobre todo jóvenes estudiantes. Caminando por la calle Mayor nos encontraremos con un ilustre hidalgo, junto a su fiel escudero. No pueden ser otros que Don Quijote de la Mancha y Sancho Panza, que saludan a los viandantes desde el banco que está delante de la casa natal de Miguel de Cervantes (entrada gratuita, lunes cerrado).
Esta casa, en la que se cree casi con total seguridad que fue donde nació el escritor, representa cómo era el hogar en aquellos tiempos. Todos los muebles y piezas son del siglo XVI, y nos muestran un trocito de nuestra historia, con salas tan curiosas como la de las damas, o la del barbero (que era la profesión del padre de Cervantes), cuya bacía de barbero le sirvió como inspiración para el casco del Quijote. También veremos una colección única de libros de El Quijote, donde hay ediciones tan extrañas como una en tailandés, otra ilustrada por Dalí, e incluso el Quijote en Comic. Una visita muy interesante que además es gratuita. Podemos hacer fotos en el patio pero no en el interior.
La calle Mayor termina, tras decenas de bares, en la plaza Cervantes. Esta plaza es el centro de Alcalá de Henares, y principal núcleo de actividad. En el lateral oeste se conserva el Corral de Comedias (3€, lunes cerrado), también del siglo XVI, y aunque tuvo muchos usos durante su historia, como la de sala de cine, la última restauración le ha devuelto todo su esplendor. En la visita al Corral de Comedias, que dura una media hora, andaremos sobre el mismo suelo que tenía en el siglo XVI, veremos dónde se sentaba la gente, y la parte más curiosa de todas, conoceremos los distintos artilugios que usaban para los efectos especiales sonoros. Imitar una tormenta o el viento no era problema con estos ingenios de madera y metal.
De vuelta en la plaza Cervantes, la Universidad de Alcalá es otra de las paradas obligatorias, y motivo de que la ciudad sea Patrimonio de la Humanidad. Esta bonita universidad, cuya fachada fue diseñada por Gil de Hontañón, tiene más historia de la que parece a simple vista. Al ser una de las primeras universidades de España, fundada en 1499 por el cardenal Cisneros, por ella pasaron escritores y pensadores tan importantes como Quevedo, Lope de Vega, Calderón de la Barca, Jovellanos, etc. Con este historial, no es de extrañar que en ella se entregue el premio Cervantes y el premio de los Derechos Humanos, ambos de manos del Rey de España.
En la visita a la Universidad de Alcalá y al Colegio Mayor de San Ildefonso (4€, hay distintos descuentos) veremos los claustros interiores, formados por varios pisos de arcos; el panel con todos los premios Cervantes, donde hay algunos casos peculiares como el de 1979; y por supuesto, el Paraninfo Cisneriano, la sala en la que se entrega el premio Cervantes, antaño utilizada por los alumnos para defender sus tesis ante profesores y compañeros. Si escuchamos un poco al guía, nos sorprenderá descubrir que en aquellos tiempos existía la puerta de los burros, por donde salían los que suspendían abucheados por otros estudiantes, que incluso le escupían.
Hay detalles que no podemos dejar escapar, como los graffitis que hacían los alumnos (sí, graffitis en el siglo XVI, para que digan que pintar las paredes es algo de la juventud de hoy en día), el porqué se les llamaba gorrones, el techo mudéjar… Esta es una universidad de las que hay que visitar, tanto de día como de noche, ya que la iluminación nocturna le da un aspecto a la fachada muy interesante.
Pero aquí no termina la visita a Alcalá de Henares. Seguro que tras pasear por calles cargadas de tanta historia, querrás ver la ciudad desde lo más alto, y nada mejor para ello que subir a la torre de Santa María (1€. Lunes y martes cerrado). Esta torre es lo único que se conserva de la antigua iglesia, y desde arriba tendremos una vista privilegiada de la plaza de Cervantes, el casco histórico de Alcalá de Henares, los monótonos edificios residenciales que rodean la ciudad y, a lo lejos, la gran urbe, Madrid. Merece la pena subir las decenas de escalones del campanario para disfrutar de estas vistas, sobre todo al atardecer.
Cuando bajé de la torre se me había hecho de noche, pero Alcalá de Henares es una ciudad muy viva, sobre todo un sábado, y pude descubrir la cara más moderna de la «city». Chavales haciendo skate, terrazas repletas de amigos y parejas brindando, abuelos conversando en la plaza, un viajero haciendo fotos a todos ellos. En Alcalá de Henares todos tienen cabida.
Terminado el día, no pude estar más contento por este gran descubrimiento que es Alcalá de Henares, un tesoro muy bien guardado a pocos kilómetros de Madrid, con un acogedor estilo quijotesco que invita a visitarlo. Además, aquí es mucho más fácil aparcar que en Madrid.
Cómo organizar la visita:
- Al ser una ciudad pequeña, Alcalá de Henares la podemos visitar perfectamente en un día o fin de semana.
- Aconsejo pasar primero por la Oficina de Turismo para coger un papel con los horarios de los lugares que queremos visitar y un mapa.
- Para visitar la Torre de Santa María, hay que llamar primero o preguntar en la oficina de turismo.
- Además de todos estos lugares, también me han recomendado dar una vuelta por la Ciudad Romana de Complutum (1€, lunes cerrado) y el conjunto monumental del Foro.
- Podemos comer barato en Alcalá de Henares yendo de tapas por la calle Mayor.
- Madrid está a 30 km. (Carreteras A-2 y R-2, autobuses 223, 227 y 229, tren de cercanías C-2 y C-7), y Guadalajara a 20 km. (Carreteras A-2 y R-2, tren de cercanías C-2).
Es bueno que se sepa que la casa natal de Cervantes no existe realmente. La casa que se ve hoy en día es una construcción muy reciente que está situada en el solar donde estuvo la casa de Cervantes y rehabilitada en 2001 con muebles y otros objetos comunes en el siglo XVII. En resumen: Cervantes jamás vio esa casa.