La Alhambra de Granada

Pocos monumentos podemos encontrar que nos hagan soñar tanto como la Alhambra de Granada. Situada en una posición privilegiada, desde este palacio fortaleza nazarí se domina toda la ciudad, así como la cercana Sierra Nevada, que nos sorprenderá por lo cerca que se encuentra de Granada. Estas bellas paredes Patrimonio de la Humanidad han sido testigos de grandes eventos de la historia de la península ibérica, pero sobre todo destacan por la belleza de la ciudad que esconden en su interior.

Y es que la Alhambra de Granada es una ciudad en sí misma, con 4 bloques diferenciados. La Alcazaba o fortaleza, que es la parte más visible desde el exterior y era la zona más bélica; la Medina o ciudad mercado que servía a la corte; los palacios, hasta 5 se han contado, todos profusamente decorados; y las construcciones de esparcimiento, como el Generalife y otros palacios desaparecidos. Posteriormente los cristianos añadieron el palacio imperial de Carlos V en 1527, tras la entrega de la Alhambra a los Reyes Católicos por parte del rey moro Boabdil, que no podía dejar de llorar al perder una de sus posesiones más valiosas. En ese momento, su madre dijo la famosa frase «no llores como mujer lo que no has sabido defender como hombre«.

Esta es tan sólo una de las historias que guarda la Alhambra, que en sus más de 800 años de existencia a dado lugar a muchas leyendas, y entre medias hubo episodios que casi no supera, como la decisión del ejército francés de volar la Alhambra ante su retirada de Granada, durante la invasión napoleónica. Al final volaron algunas torres defensivas, como la de los Siete Suelos, pero se conservó la mayoría de la Alhambra.

En nuestra visita a la Alhambra veremos lugares tan famosos como el Patio de los Leones, el Patio de los Arrayanes y por supuesto el Generalife, donde el tratamiento del agua se hizo arte. Es aquí donde encontraremos las fuentes más bonitas y donde su leve murmullo nos trasportarán a otro tiempo. Incluso por los pasamanos de las escaleras discurre un pequeño reguero de agua.

Es importante comprar la entrada por Internet (+10% por gastos de gestión) o ir muy pronto a las taquillas, ya que hay que escoger hora para entrar en los Palacios Nazaríes, y si no vamos pronto, nos podemos quedar sin ver los palacios. Es importante estar en los Palacios Nazaríes 1 hora antes de la hora del tiquet, porque si llegas tarde, aunque sea por 5 minutos, te quedas fuera.

Dentro del recinto también podemos visitar el museo de la Alhambra (entrada gratuita), donde exhiben objetos artísticos o arquitectónicos del Monumento, ligados a la Cultura que lo originó. Al ser tan extensa la visita al resto del monumento, el museo suele estar bastante vacío.

Para nuestra visita a la Alhambra aconsejo planear un poco la ruta a seguir, ir con calzado y ropa cómoda (pues vamos a caminar mucho), y pensar por donde vamos a salir de la Alhambra a la hora de comer, ya que dentro del monumento sólo se puede comer en los lugares habilitados para ello. Por el agua no tenemos que preocuparnos, pues hay fuentes potables en varios puntos del recorrido.

Lo único que no podemos perdernos al visitar la Alhambra es ver el atardecer desde el mirador de San Nicolás, en el cercano barrio de Albaicín, al que podemos ir andando si todavía nos queda energía, y sobre todo visitar la Alhambra un día de sol, a ser posible en primavera, para que brille, huela y suene en todo su esplendor.