Girona, la ciudad de las escaleras
El verano pasado paré por Girona casi por casualidad, de la que iba hacia Francia. Toda la gente que estuvo en esta ciudad me decía que era muy bonita, y aunque estuve cerca de ella en varias ocasiones, no fue hasta ahora que pude visitarla.
Es la capital de provincia más pequeña de Cataluña, con unos escasos 96.000 habitantes, así que el contraste con Barcelona es bestial. Aquí la autopista tan solo tiene 2 carriles, se llega al centro en 10 minutos, y hasta puedes caminar por una calle céntrica totalmente solo.
Mapa en mano, cogido en la oficina de turismo, me dispuse a conocer un poco de Girona, de la que realmente no conocía nada. Había leído en alguna parte que esta era una de las ciudades donde mejor se vive de España, y había visto alguna foto de las casas a orillas del río (Oñar, descubriría más tarde que se llama el río). Hasta ahí llegaba mi ignorancia.
Empecé recorriendo el casco antiguo, plagado de estrechas calles, peatonales en su mayoría, y lo primero que me sorprendió fue oír francés cada pocos pasos. Parece que gran parte del turismo de Girona proviene del país vecino, de ahí se explican los elevados precios de bares y restaurantes, incluso comparados con Barcelona. Pero bueno, lo mio es contar que ver en la ciudad, y por un día que se supere el presupuesto a la hora de comer no pasa nada.
La primera parada es por supuesto la rivera del río Oñar. Las casas están todas pintadas de colores cálidos, tal y como dijeron Enric Ansesa, Jaume Faixó y los arquitectos J. Fuses y J. Viader. El mejor momento para admirarlas es al atardecer, cuando el sol las ilumina de pleno, y cobran aún más vida sus fachadas. Desde cualquiera de los puentes tendremos unas bonitas vistas al río, que siempre tiene agua en esta parte de la ciudad.
Por proximidad, tras perdernos un poco por las calles medievales, y siempre subiendo por las escaleras que encontremos, llegaremos a la catedral de Girona, de estilo Gótico, y el punto más alto de la ciudad, igual que ocurre con la catedral de Santiago de Compostela. Desde aquí tendremos algunas de las mejores vistas de la ciudad, además de encontrarnos al lado del Paseo de la Muralla y del barrio Judío.
El barrio Judío dicen que es uno de los mejor conservados de España, y no es de extrañar, pues todo en Gerona parece que se edificó hace muy poco tiempo. El paseo de la Muralla nos guiará alrededor de la parte alta del casco antiguo, bordeando los restos restaurados de la antigua muralla, y siempre pudiendo disfrutar de la sombra de los árboles. Este paseo de la Muralla fue una de las partes que más me gustó de Girona, y es que las vistas desde aquí son impresionantes, tanto a la ciudad como a los alrededores.
Girona es pequeña, se puede recorrer su casco antiguo en unas pocas horas, pero eso sí, más nos vale ir con las piernas preparadas para subir infinidad de escaleras, pues todo el casco antiguo son cuestas. Aún así, la primera impresión de Girona no pudo ser mejor, y ya espero volver pronto por aquí, aunque no besara el culo de la leona.
Me gusta Girona y me gustan tus fotos cada vez más, eres un crack!!! Apunto la visita porque veo que merece la pena…
Un abrazo y feliz año
Her
Hermosa tu descripción y muy bellas las fotos espero poder ir un día!!