Hotel Mas La Boella 4*, tranquilidad y lujo entre Tarragona y Reus

Hay hoteles de los que, de primeras, no te esperas mucho, sobre todo cuando ves que están cerca de un aeropuerto y en una zona a priori poco atractiva entre dos ciudades, Tarragona y Reus en este caso. Menos mal que las malas expectativas desaparecen nada más llegar a la finca de Mas La Boella y comprobar que realmente es un verdadero hotel boutique. Situado justo a medio camino entre ambas ciudades, en el municipio de La Canonja, Mas La Boella es bonito, cómodo y muy silencioso, ideal para descansar en el campo a un paso de dos ciudades muy interesantes.

Ubicado en una masía del siglo XII, el pequeño hotel de reciente construcción cuenta con 13 suites rodeadas de 6.500 m² de jardines y 110 hectáreas de olivos, con cuyos frutos se elaboran los excelentes aceites virgen extra La Boella.

A parte del hotel, en La Boella también encontraremos un gran centro de convenciones con salones para todo tipo de eventos, el restaurante a la carta de la casa señorial del siglo XII, los bonitos jardines, la tienda de productos gastronómicos, el molino donde se fabrica el aceite de oliva y la bodega en que elaboran sus propios vinos. Tanto el molino como la bodega se pueden conocer en una visita guiada, que incluye una cata de diferentes variedades de aceites, incluida en la estancia en el hotel.

Después de conocer un poco todo lo que nos puede ofrecer Mas la Boella, vamos a conocer cómo son las habitaciones.

Este es un hotel boutique, y por tanto lo primordial es la calidad del servicio y del alojamiento.

Buena muestra de ello es que La Boella tiene tan sólo 13 habitaciones, todas ellas de tipo suite, lo que hace que sean muy amplias gracias a los espacios diáfanos. La decoración es muy agradable, de tonos cálidos y siempre buscando la comodidad por delante de recargar el espacio con objetos inútiles. Es un detalle la pequeña biblioteca con libros sobre la región en la que informarnos de qué sitios ver en los alrededores.

Los grandes ventanales que tienen las habitaciones del edificio nuevo hace que sean muy luminosas, y aunque la autopista y el aeropuerto se pueden ver a lo lejos desde ciertas estancias, el aislamiento es tan bueno que no se oye el más leve ruido con las ventanas cerradas.

Las contraventanas de los grandes ventanales se controlan con unos botones al lado de la cama, un sistema que normalmente no me gusta por lo perezoso y poco manejable que es, y que en este caso no es excepción, pues los botones son incómodos de manipular. Si no queremos cerrar las contraventanas, siempre podemos echar las cortinas, que tapan bastante bien la luz.

Las habitaciones tienen el equipamiento de un 4 estrellas superior, con minibar, televisión de plasma con digital +, radio iPod, salón con escritorio y biblioteca, aire acondicionado, climatización, albornoz y zapatillas, variedad de almohadas, wifi correcto, y por encima de todo, una cama king size que te invita a soñar y te va a hacer plantearte llevar una a tu propia casa de lo cómoda que es.

El cuarto de baño es ingenioso y práctico al haber separado en diferentes espacios la ducha, el retrete y el lavamanos doble. La ducha es muy amplia al ser una pequeña habitación, pero aunque tiene tanto grifo telefónico como de ducha, no encontré la forma de que el de ducha funcionara.

La calidad general se nota en detalles como los amenities, de la marca Bulgari, así como en el secador de pelo profesional, aunque pueda echarse en falta un bidé.

El desayuno es de tipo buffet, con un buen surtido de dulces de calidad, frutas y embutidos, que se pueden acompañar con el excelente aceite virgen extra de La Boella. Además podemos solicitar platos salados como huevos revueltos o beicon cocinados en el momento sin recargo adicional. Una pena que el zumo de naranja no sea natural, aunque no está malo del todo.

Como conclusión, sólo puedo decir que Mas La Boella 4* es un excelente hotel boutique que colmará las más altas expectativas, tanto por la comodidad de sus habitaciones como por la buena gastronomía ofrecida, sin olvidarnos de su cercana ubicación a Tarragona. La visita al molino y el entorno añade un punto interesante que en pocos hoteles se puede experimentar, sobre todo con la sorpresa final que nos espera tras conocer todo sobre la producción del aceite.