Balance del 2015: mi primera, segunda y tercera vez en Asia

Un nuevo año viajero llega a su fin, y como las tradiciones están para mantenerlas, aquí viene el resumen de un 2015 muy movidito, muy fotogénico y que tuvo muchos más momentos buenos que malos. Lo más destacado en cuanto a viajes es que, por fin, ¡he estado en Asia! Con tantos viajes muchos creen que he estado en todos los continentes y en infinidad de países, pero siguiendo mi filosofía viajera, prefiero ver pocos lugares bien que muchos mal.

Por eso no conozco muchos países, ya que me gusta estar unas cuantas semanas para conocerlos y fotografiarlos como se merecen.

Volviendo al tema Asia, mi puerta de entrada al que dicen es el continente más amable fue Corea del Sur, un país muy peculiar, alejado de los circuitos más típicos, donde era difícil encontrarse con occidentales. Un viaje muy peculiar que me hizo darme cuenta de que índices de progreso como el de desarrollo humano (IDH), no reflejan realmente lo agradable que es un país o lo a gusto que vive mucha población. Mucha tecnología, sí, pero poca alegría.

Menos mal que las siguientes visitas a Asia fueron mucho más agradables. Primero con Jordania, mi primer contacto con el mundo árabe que me atrajo irremediablemente, con una alucinante Petra, que ya está en mi lista de sitios a volver, y después con Sri Lanka, la perla del Índico, donde disfrutar con paisajes, templos y una gente estupenda. Esta si era la Asia que me imaginaba, con su comida ultra picante y todo. Sri Lanka no me defraudó.

A parte de Asia, en 2015 también dí unas cuantas vueltas por Europa, empezando casi el año en Finlandia, donde descubrí una de esas experiencias que hay que hacer mínimo una vez en la vida: travesía en mushing (ir en trineo tirado por huskies).

Suena a paseíto de dominguero por la nieve, pero ya te aseguro que una travesía de dos días, recorriendo 60 kilómetros con estas adorables bolas de pelo y durmiendo en medio de la Laponia finlandesa, en el Círculo polar ártico, es de todo menos aburrido.

Siguiendo con mi tónica de repetir destinos en el mismo año, al igual que en 2014, en 2015 visité Rumanía e Italia en dos ocasiones ambos, y Dresden y Budapest en varios días.

Rumanía es uno de los países del este que avanza con más fuerza, siendo ahora el mejor momento para descubrirlo, ya que aún no está masificado por el turismo, algo que se nota en los buenos precios, y tiene lugares únicos que puedes visitar libremente (ejemplo, las iglesias fortificadas o la Salina Turda). Además, los rumanos son muy majos, lejos de ese mal estereotipo que se tiene de ellos. Amables, simpáticos y fiesteros, te hacen sentir entre amigos.

Continúa mi idilio con Italia, país que cada vez que visito, me gusta más y más. Me encanta su gastronomía, su cultura, su estilo, sus gentes, su idioma, incluso su forma loca de conducir. Este año conocí mejor la región de Lombardía, visitando Bérgamo, Brescia, Milán, el lago de Como y zonas de los Alpes como Valseriana, y básicamente sentía que estaba fotografiando el paraíso en la tierra, aunque no hubiera palmeras.

Además de mis periplos por Asia y Europa, los viajes por España no se quedaron cortos, que además de visitar lugares lejanos, también hay que conocer nuestro propio país.

Parece mentira que en todos estos años, en los que he visitado todas las provincias, todavía siga descubriendo lugares preciosos dentro de nuestra geografía.

En 2015 tuve la suerte de conocer la Sierra de Cádiz; los pintorescos carnavales de Galicia; el interior del Bosque de Muniellos, artículo con el que gané el premio Coetur a mejor blog de viajes; Córdoba, posiblemente mi ciudad favorita; Benidorm, de la que mejor no digo nada; la parte norte de Cataluña y Vall d´Aran; y muchos rincones con encanto de Galicia y Asturias.

¡Ah! Y no me olvido de Cantabria, provincia que me encanta y de la que tengo la suerte de ser embajador para Minube. A este paso, Cantabria va a ser mi otra tierra de adopción, junto con Asturias.

En total, 140 días que me pasé fuera de casa. Cuatro meses y medio, que se dicen pronto. Nunca estuve tanto tiempo de viaje, y la verdad, encantado con los nuevos amigos de viaje conocidos y con tanto cambio de paisaje.

Fotográficamente, este 2015 también fue muy bueno, consiguiendo capturar muchos más momentos tal cual quería mostrarlos y recordarlos, y por fin, desde que tengo cámara, he hecho menos fotografías que el año anterior. Nada alarmante, tan sólo 2.000 fotos menos, quedándome en la exorbitante cifra de 66.000 fotos realizadas que tengo que ver, editar y procesar.

Porque otra cosa no, pero trabajo, tengo para aburrir. Entre editar fotos, escribir posts y arreglar webs (sí, también soy desarrollador web que hay que pagar facturas. Mira RockWordpress o este blog :), poco tiempo libre me queda.

No me quejo mucho, que parece que tanto trabajo está dando sus frutos. En 2015 machbel.com ganó el premio Coetur a mejor blog de viajes, y fue reseñado como uno de los mejores en español por Paco Nadal, El Pachinko, 101 viajes increibles y Heart of a Vagabond, además de aparecer nombrado en multitud de medios y colaborar con muchos bloggers en diferentes artículos.

Pero sin duda lo mejor es sentir que cada vez sois más los que me acompañáis en mis viajes, los amigos que conozco por el mundo, los que disfrutáis con la fotografía, los que os animáis a cumplir vuestros sueños viajeros. Por eso me gusta tanto contestar vuestros comentarios en el blog, en las redes sociales o por email.

Por eso te doy las gracias a ti, que haces posible que todo esto exista, por acompañarme en esta aventura, y te deseo un genial 2016 repleto de viajes. ¡Feliz año!

p.d.: empezaré el año en Fitur. Si vas a la feria avísame y brindamos por el nuevo año viajero.

p.d. 2: sigo teniendo que pedir que me hagan más fotos.