Recorriendo las Highlands escocesas en campervan

Empieza la semana con la casa a cuestas. Durante 6 días recorreremos las highlands con una campervan, una furgoneta adaptada para dormir y comer dentro de ella. Una pequeña experiencia que siempre tuve ganas de vivir desde que leí aquellas aventuras de Ignacio Izquierdo con su Canario Milenario por Nueva Zelanda. Distinto entorno, pero paisajes igualmente espectaculares.

Campervan de Out There Campervans

Recogimos la furgoneta a los chicos de Out There Campervans en Inverness, a la que llegamos justo a tiempo desde Fort William tras pasar por el lago Ness y hacer una parada exprés en el castillo de Urquarth. Nos explicaron con todo detalle como funciona la campervan, con puntos tan importantes como extender la cama, poner la barbacoa o activar el modo de hipervelocidad. Y por fin, manos al volante para llevar esta manejable furgoneta de 2,9 metros de alto por todas las Highlands.

Al principio tuve que acostumbrarme al nuevo tamaño del vehículo, así como a seguir conduciendo por la izquierda. Menos mal que la campervan es automática, lo que facilita mucho las cosas.
Continuamos el viaje por la costa oeste de las Highlands, según nos recomendaron en Out There Campervans. Tras ver un salmón remontando una inmensa cascada color cerveza, llegamos hasta Loch Charron, un apacible pueblo pesquero con un pequeño castillo en ruinas, donde hicimos nuestra primera noche.

La campervan destaca por donde pasa
Vacas de las highlands
Ovejas de las highlands
Casita en las highlands

Nuestra inexperiencia en campervans era más que notable tras los numerosos coscorrones que nos dimos contra las zonas altas y estanterías, y es que moverse en un espacio tan reducido requiere de práctica. Por lo demás, muy positivo el poder comer comida recién echa en cualquier lugar y dormir en el lugar que te apetezca.

Continuamos el camino pasando por Applecross, un estrecho puerto de montaña por el que la campervan, con su motor 3.000cc y su tracción 4×4, subió sin problemas. Desde arriba las vistas eran impresionantes, y lo más importante, allí estaba Skye! La isla que descubrí gracias a National Geographic, y que desde aquel reportaje sobre las Hébridas siempre tuve ganas de visitar. Ahí estaba, a tiro de piedra, aunque no la pisaré hasta dentro de una semana.

Pasado Applecross, el paisaje cambió radicalmente, pareciendo que estuviéramos en la estepa rusa. Todas las colinas estaban peladas y no había ningún árbol. Los pocos que osaron crecer en estas inclementes tierras estaban secos o cayeron sobre la pradera. Un paisaje de lo más peculiar, para dar paso, unas pocas millas después, a unas playas que cualquiera diría que eran de la costa oriental Asturiana, aunque eso sí, con los lagos de Covadonga justo detrás de ellas.

Toda una vuelta al hogar que se produciría cada pocos valles, pues cada uno es totalmente diferente al anterior. ¡Vaya mezcla de paisajes! Pena que el tiempo no acompañe mucho, y el sol sea más escaso que la cobertura 3G del móvil.

Lo que me sorprendió es la cantidad de cascadas que hay. Antes de llegar a Escocia, creía que las fotos de cascadas en medio de inmensas montañas era algo que sólo ocurría en ciertos puntos, pero estoy viendo que de cada dos montañas, tres tienen una de estas cascadas. Al igual que las ovejas, que te las encuentras en cualquier sitio, llegando a confundirlas con piedras al borde de la carretera. Eso sí, de las famosas vacas peludas de las highlands, ni rastro.

Nuestro viaje en campervan nos ha llevado hasta Talbert, donde esperamos que mañana el tiempo nos permita visitar la reserva natural en la isla de Handa, lugar en el que vivió el clan de los seis dedos hasta hace pocas décadas.

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  1. Es muy interesante poder viajar a otros lugares ya que es una experiencia muy buena poder conocer otros lugares, culturas, personas, en este artículo se observa que Escocia es un país muy agradable con un atractivo de paisajes muy interesantes.