Parque de la naturaleza de Cabárceno
En Cantabria, cerca de Santander, se encuentra Cabárceno, el peculiar parque con animales salvajes, que no se considera zoológico ni parque natural. Aquí, los animales viven en semilibertad en un terreno kárstico que perteneció a una antigua explotación minera a cielo abierto de 750 Ha. Este parque ya lo visité varias veces, y siempre me llama mucho la atención el paisaje, que me recuerda mucho a Las Médulas de Ponferrada por la tierra rojiza y las formaciones geológicas, aunque aquí podemos ver animales correteando entre las piedras.
En este parque de la naturaleza hay unas cien especies de los cinco continentes, desde elefantes e hipopótamos hasta papiones y reptiles, contando con algunas especies españolas como el lince, el lobo o el oso pardo. Los animales que podemos ver son en general bastante conocidos.
Lo mejor de Cabárceno es esa semilibertad de los animales, ya que sus «jaulas», los recintos donde se encuentran, son más o menos naturales, de tierra y piedra de verdad con árboles de verdad, y teniendo bastante más espacio que en el típico zoo lleno de hormigón. Es una delicia poder ver a los animales corriendo por los prados, y viendo como se relacionan entre ellos, ya que en varios recintos, como en el de los elefantes, conviven varias especies del mismo hábitat. El único «inconveniente» del tamaño de los recintos es que bastantes veces los animales están lejos, y algunos pueden llegar a esconderse, como los linces o lobos, pero la verdad, prefiero ver un elefante corriendo a lo lejos que durmiendo delante de mis narices. También, que hay que ir de un lugar a otro en coche, y aunque haya sitio de sobra para aparcar, estaría bien que hubiera un autobús o trenecito interno para no tener que estar siempre cogiendo el coche para ir a ver a los siguientes animales.
En Cabárceno hay varias zonas con animales y actividades diferentes. Junto a la entrada oeste, está el edificio del reptilario, con serpientes, ranas y lagartos de todo tipo. Un lugar que puede dar asco o miedo a mucha gente, pero en el que se ven unos colores y animales muy curiosos. También en la entrada oeste se encuentra la zona acuática, donde se hacen exhibiciones con leones marinos varias veces al día. Este espectáculo es como el de cualquier otro parque acuático, aunque la música estaba bastante alta.
En la zona de técnicas de vuelo de aves rapaces podemos disfrutar del espectáculo de distintas aves sobrevolando nuestras cabezas, haciendo vuelos rasantes o cogiendo la comida al vuelo. Hay un par de pases al día, y es altamente recomendable ir para ver el dominio del vuelo que tienen estas rapaces. Si hay poco tiempo, es mucho mejor ver este espectáculo que el de los leones marinos, que es mas normal.
La zona de los gorilas es otro imprescindible. Aquí podemos ver a estos grandes simios haciendo vida, además de conocer más sobre su comportamiento y ver una recreación de la cabaña de la bióloga Dian Fossey, la de Gorilas en la niebla. En mi última visita al parque, fue curioso ver como estábamos unos cuantos visitantes bajo el sol de verano mirando a un gorila, y éste, en la sombra, nos miraba como si fuéramos tontos.
En el área de los canguros Wallaby, más pequeños que los canguros normales y de color marrón, podemos ver a uno albino.
Otra zona poco habitual en un zoo es la de herbívoros sueltos, donde tras cruzar un paso canadiense y sin poder bajarnos del coche, recorreremos un área donde hay ciervos, corzos, gamos, etc. corriendo libremente. Estos animales son bastante sociables, así que es muy fácil que se acerquen hasta el coche y los podamos ver con todo detalle. Me acuerdo que hace años dejaban bajarse del coche, pero supongo que esto era peligroso para los visitantes y muy estresante para los animales, con cientos de personas acariciándolos día tras día.
Hay muchas otras zonas, como la de felinos, hipopótamos o rinocerontes, pero lo mejor es ir a verlo en persona, y disfrutar de un día entre animales que por lo menos aparentemente viven mejor que en cualquier otro zoo. Por supuesto, en el recinto hay varias cafeterías y restaurantes.
Marina Cano, una apasionada de Cabárceno, hizo un libro con muy buenas fotografías sobre el parque. Aunque parezca increíble, todas están hechas desde las zonas para público. En su web puedes ver el libro.
muy lindo estos animales hermoso