Mallorca, la isla de calas

Aprovechando el final del verano y la bajada en los precios de los hoteles, que mejor que pasar una semana de relax por las Islas Baleares, en la isla de Mallorca, para desconectar del ajetreo diario y tomar un poco el sol.

La ida a la isla fue muy rápida, con vuelo directo desde Asturias, y traslado directo al hotel para llegar justo a la hora de comer, descubriendo la “maravillosa” cocina que nos esperaría toda la semana, con platos cada vez más inverosímiles, llegando a las natillas de maracuyá o el lomo empanado que llamabamos cariñosamente “la masa incomible”. Por lo menos de noche ponian música animada en el bar y se estaba bien en la terraza.

Calas de Mallorca, Islas Baleares
Cerca de Cala Maior

En cuanto a la isla en sí, tras el primer día de toma de contacto con el mar mediterráneo y disfrute del sol, empezó a amenazar lluvia, por lo que nos convertimos en los Sunhunters, buscando siempre los claros para no tener unas vacaciones demasiado aguadas. De esta manera solo nos llovía de noche, cuando es imposible encontrar claros entre las nubes.

Con el Renault Clio ranchera que teniamos como coche, recorrimos bastantes zonas de la isla, empezando por las famosas cuevas del Drach, con sus estalacticas, estalagmitas y camino de asfalto por medio de la cueva que no le importa picar paredes o cortar estalacticas siempre y cuando los visitantes puedan caminar tranquilamente.

Calas de Mallorca, Islas Baleares
Playa de Cala Maior

La cueva en sí no es gran cosa, pero tiene un lago interior al final del recorrido donde hacen un pequeño espectáculo con barcas, que es lo más interesante de la cueva. La pena es la sobreexplotación de la cueva, que parece más una atracción de Port Aventura que una cavidad natural, además de la manía de no dejar hacer fotos, ni que fuera para tanto la cueva.

Tras la cueva, el destino eran algunas de las calas cercanas, como Cala Bona o Cala Maior, que de calas no tenian nada, al ser playas larguísimas con las sombrillas de palmera y la franja de hoteles reglamentaria. Además, seguía amenazando lluvia, por lo que no pudimos disfrutar demasiado de las playas.

Calas de Mallorca, Islas Baleares
Costa sur de Mallorca

Al anochecer vuelta al hotel y a prepararse para salir un rato. Este día la gota fría hizo una gran aparición, lloviendo tanto de noche que nos quedamos encerrados en un bar, que se inundó un poco al ser un sótano. Toda la noche estubo callendo rayos y diluviando, tanto que las alcantarillas reventaron y la calle se convirtió en un río de mierda, donde algunos ingleses se bañaban como si fuera el mar.

En próximos días, otros lugares de la isla sobreexplotada y menos lluvia, o eso espero.

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