Hoteles de paso o el hogar del viajero
En este poco tiempo que llevo como blogger y fotógrafo de viajes he visitado bastantes hoteles, y me he encontrado de todo. Desde hoteles 3* a los que no mandarías ni a tu peor enemigo, como hospedajes sin estrellas en los que te quedarías a vivir sin pensártelo dos veces.
Hace años me fijaba mucho en cuántas estrellas tenía un hotel, y ese era casi mi baremo para suponer si me gustaría más o menos. Con el tiempo, y sobre todo con la experiencia de visitar muchos hoteles y otro tipo de alojamientos, cada vez me fijo menos en las estrellas y más en las opiniones de otros viajeros, con las que me hago una idea de lo cómodo que estaré, y si es realmente lo que mejor me encaja.
Por ejemplo, los hoteles de 4* de las grandes cadenas suelen ser hoteles cómodos, con todas las facilidades que podemos necesitar, repletos de amenities, con desayunos buffet en los que necesitaríamos varios días para poder probarlo todo, bien situados, con personal amable, pero carentes de identidad propia, y, sobre todo, sin ese toque único que te hace disfrutar de la estancia más allá de la simple comodidad que da una habitación idéntica a la de multitud de hoteles.
Últimamente los alojamientos que más me gustan son esos a los que puedes poner cara. Son esos pequeños establecimientos con unas decenas de habitaciones, donde el personal parece de la familia, las habitaciones puede que tengan los enchufes algo escondidos, pero te hacen sentir como en casa, las vistas desde la ventana te cautivan, y sobre todo, te hacen sentir que la habitación es la tuya, y no estás en una más.
Alojamientos y hoteles como estos hay pocos, y normalmente cuesta encontrarlos, ya que muchas veces no pertenecen a grandes cadenas, están en lugares diferentes, y no pueden reflejar su toque especial con una simple puntuación. Tan sólo podemos descubrirlos leyendo sobre ellos en algún blog o por recomendación de un amigo.
Para aportar mi pequeño granito de arena en tu búsqueda de los mejores hoteles, inauguro mi ranking personal con mis hoteles visitados preferidos, donde el precio pasa a un segundo plano, a favor de sentirnos en un lugar especial al que podamos llamar hogar durante nuestro viaje, y no sea un simple hotel de paso de cuyo nombre nos olvidemos nada más salir por la puerta.
Si quieres un hotel acogedor ,en el que el personal si se ocupa de los clientes, intentando que siempre se encuentren cómodos casi como en casa , visita el Hotel Ayre Alfonso II . Aunque pertenece a una gran cadena es único y no se parece a ningún otro
Tiene muy buena pinta, y además me queda cerquita. A ver si puedo visitarlo próximamente. Gracias por la recomendación
A mí me gustaron los apartamentos Sabinas en Zaragoza. Tuvimos el lujo de disfrutar unos dias de la maravillosa vista del Pilar iluminado, de sus amaneceres… y el personal, que quedaba en un hotel aledaño cercano y mamable. Lo dicho, como en casa, pero con mejores vistas.