La hipocresía del turismo sostenible
Estamos jodidos. Los efectos del calentamiento global, resultado del cambio climático producido por la acción de la humanidad, ya son más que evidentes. Incremento general de las temperaturas, desastres naturales más violentos que nunca, sequías y diluvios de extrema intensidad. Y mientas tanto, lo único que se nos ocurre para que podamos seguir viajando por el planeta es usar pajitas de metal y recoger la basura que se tira en las playas.
Así no vamos a conseguir nada.
Actualmente ya se ha modificado el ciclo del nitrógeno de manera profunda, debido a la agricultura intensiva en el uso de fertilizantes y herbicidas, y la biodiversidad está demasiado afectada, como indica el Stockholm Resilience Center. El próximo gran problema a sumar a la lista de destrozos producidos por nosotros está el calentar demasiado el planeta, que producirá unos efectos aún desconocidos, pero seguro que no será nada bueno para nuestra supervivencia como especie.
A un año del fin del acuerdo de París, ya se sabe que no se llegará a cumplir el objetivo de aumentar menos de 2ºC la temperatura media del planeta, así que en este siglo la temperatura media aumentará entre 2ºC y 8ºC, lo que traerá consigo un clima más extremo y unas consecuencias catastróficas para la población que no vive en los países más ricos, esto es, la mayoría.
Pero no hay problema, porque los turistas cada vez estamos más concienciados de ser sostenibles y buscamos hoteles con desayunos orgánicos de comercio justo, que usen energía renovable y construidos con materiales biodegradables. Con eso seguro que evitamos convertir este planeta en un sofocante desierto. Pues no. Para que tu impacto sobre el planeta, y el mio, que vivimos en países ricos como España, tenemos que reducir nuestro consumo de energía y agua, así como las emisiones de gases de efecto invernadero, en 1/3 del actual, y si vives en Estados Unidos, a 1/4, como indica el Overshoot Day.
Con ducharte durante un minuto menos, reciclar la basura y usar un coche eléctrico no reduces apenas nada tu impacto sobre el planeta. Hay que tomar medidas drásticas a nivel global, empezando por los habitantes de los países ricos, que somos los que tenemos margen de maniobra y capacidad económica para escoger entre un consumo sostenible o un consumo de gran impacto medioambiental.
En cuanto a los viajes, que es lo que nos gusta hacer en nuestro tiempo libre, solo es sostenible viajar a pie o en bicicleta. Todo lo demás es insostenible. Todo. Por mucho que una aerolínea pinte de verde sus aviones y diga que han reducido en un 5% sus emisiones de CO2, solo serán sostenibles con un 0% de emisiones, y hoy por hoy, no hay aviones, ni coches, ni autobuses ni trenes que no emitan CO2 durante su fabricación y uso.
En cuanto a los alojamientos, excepto dormir al raso o en tienda de campaña, o en una ciudad, todo lo demás también es insostenible, pues se ha tenido que alterar el entorno para construir el hotel en él, más si se encuentra en un idílico enclave de montaña o sobre un arrecife de coral, flotando sobre el mar.
Se confía en que la ciencia desarrolle tecnología que evite seguir calentando el planeta más allá de los niveles habitables y trastornando el ecosistema, pero a día de hoy, no hay nada viable a corto plazo. Por ejemplo, en cuanto a la generación de energía, necesaria para desalar el agua, capturar el CO2 de la atmósfera y crear alimentos en laboratorio, el proyecto ITER de generación de energía por fusión a altas temperaturas (igual que hace el sol), está previsto que empiece sus primeros experimentos en 2025, por lo que su implantación a gran escala, si funciona, sería como mínimo para 2045.
La generación de energía sostenible, como la nuclear, eólica o solar, a día de hoy no son alternativa al petróleo, gas y carbón, y al ritmo actual que tienen, no llegarán a reemplazar a las energías fósiles hasta 2050 en Europa, causante tan solo del 10% de las emisiones a nivel mundial. En los grandes productores, como China y EEUU, no hay planes para este reemplazo.
En cuanto a la producción de alimentos, actualmente somos 7.500.000.000 de humanos en el planeta, y a 1.000 millones les cuesta llegar a las cantidades mínimas de alimento para sobrevivir. Se estima que para finales de siglo seamos entre 10.000 y 12.000 millones de humanos, por lo que prácticamente hay que duplicar la producción de alimento (o dejar sin comer a la mitad de la población).
Hoy en día el 40% del terreno no helado se dedica a la agricultura, entonces, para duplicar la producción, ¿usamos el 80% del terreno no helado? ¿aumentamos aun más, con una tecnología que no existe, la producción de unos terrenos expoliados al extremo? o ¿nos quedamos de brazos cruzados a ver qué pasa?
Es muy divertido hacer fotos para Instagram mostrando platos «ecológicos» a base de aguacate, piña y otros ingredientes traídos de todas partes del planeta, pero esto ni es sostenible, ni es opción para la gran mayoría de la población. Nuestro consumo de alimentos tiene que ser de productos de proximidad, que incentive la biodiversidad y reduzca al mínimo su transporte en barcos de carga, que contaminan una barbaridad.
La reducción de la biodiversidad, algo de lo que apenas se habla y que es el problema ambiental más importante de la actualidad, trae consigo la desaparición de especies, trastocando el ecosistema de formas desconocidas, lo que produce epidemias, limita el conocimiento de cómo funciona el planeta y puede dar lugar a nuevas enfermedades humanas.
Usar crema de sol que no afecte a la fauna marina está bien, pero así no conseguirás gran cosa. El principal problema para los animales, peces y plantas, es que se están quedando sin sitio para vivir debido a nuestras necesidades de terrenos para cultivar y criar animales (que después nos comemos en hamburguesas ecológicas).
¿Cuál es la solución? Ahora mismo, ninguna. Nada de lo que hagamos va a frenar el calentamiento global ni la destrucción de biodiversidad ni la alteración del ciclo del nitrógeno. Por eso se buscan opciones para intentar adaptarnos a las consecuencias de este cambio del ecosistema terrestre provocado por el ser humano. Todas son medidas muy caras, que tan solo los países ricos podrán asumir, ya que se considera imposible que la población de estos países reduzca su consumo a 1/3 del actual. Nuestra única esperanza son avances científicos revolucionarios, pero para eso hacen falta científicos con presupuesto para investigar y tiempo, un tiempo que cada vez es más limitado.
Nos gusta la vida cómoda en la que podemos comer de todo, comprar de todo, y viajar a todas partes mientras mostramos lo comprometidos que estamos con la sostenibilidad al subir fotos a Instagram desde nuestro eco-hotel en medio de la selva, donde se sirven hamburguesas biosostenibles de quinoa con carne de Kobe, al que hemos llegado con la cuqui aerolínea de aviones eco-friendly de alas azules. Así seguro que podremos tomar el sol y bañarnos en las fantásticas playas de Islandia.
Dejen de publicar estupideces sobre un cambio climático inexistente. Cambios climáticos los ha habido siempre y mucho más intenso Lo único cierto de toda esta mierda de la ONU es que estamos en un período interglacial en el que suben las temperaturas. Ek ser humano des un punto de vista de millones de años es tan irrelevante como los dinosaurios del jurásico y no va a poder hacer nada para alterar el curso natural de la evolución. Déjens de difundir estupideces, desmentidas por Premios Nobeles de Física, el fundador de Greenpeaces y especialistas es meteorología. El único objetivo de esta basura mediática es acribillarnos a impuestos. Es la forma que tiene los piojoprogres para hacer que paguemos hasta por el aire que respiramos. Esta es la REALIDAD.
La única pequeña diferencia entre los periodos de cambio climático naturales y actuales es el tiempo. Uno natural tarda entre 40.000-60.000 años, el de ahora está aumentando la misma temperatura en 200 años. Si eso es natural….
Hola Víctor,
He leído tu post, y estando de acuerdo en que llegamos tarde, no podemos difundir el mensaje de que hagamos lo que hagamos, el desastre climático no tiene arreglo. Si decimos que ya nada se puede hacer, la gente volverá a no reciclar, volverá a usar las bolsas de plástico… por ahora ya que mas da!!
Creo que el mensaje más adecuado sería que cada pequeña acción suma.
Espero que no te moleste el comentario.
Totalmente de acuerdo, Almara. Digamos que actuemos para desacelerar la llegada del «final».
Claro, pero reciclar y no tirar entra en los hábitos de cualquier persona civilizada. Lo que digo es que hace falta ponerse en serio en investigar y en tomar medidas, que con pequeñas acciones se mantiene esto un poco más limpio, pero no se para lo gordo.
Tanto que en los últimos 200 años hemos desarrollado maneras muy potentes de contaminar (en el transporte, producción de energía, consumismo voraz, la industria, etc.) ahora nos toca desaprender muchas hábitos que hemos tomado como normales. Este nuevo aprendizaje tienen que ser impulsado por la ciencia y nuevas tecnologías, por la política y por petición de la sociedad:
– Impulsar producción de energías renovables e ir eliminando la quema de zumo de dinosaurios muertos (combustibles fósiles) como fuente de energía. Aquí hay avances y por ejemplo en España ya rondamos el 40% de energia renovable.
– Impulsar medios de transporte más limpios por ejemplo coches eléctricos alimentados por energías renovables. Los trenes eléctricos son factibles pero los aviones eléctricos están en fase de investigación y falta baterías más potentes y ligeras.
– Obligar la industria a limpiar sus métodos de producción (Esto tiene un gran componente político).
– Cambiar nuestros hábitos de alimentación y producción de alimentos mas local (Comer menos carne, menos productos importados y desde la política se tiene que abogar por producción local de alimentos).
– Reeducarnos como consumimos y obligar las industrias hacer productos más duraderos. Deshacernos del habito de comprar, usar y tirar y la obsolescencia programada. De hecho en ese hipotético mundo, la publicidad masiva sobraría.
– Hacer campañas masivas de forestación (Aunque en la actualidad estamos haciendo campañas de deforestación).
– En general tenemos que cambiar lo que entendemos como el sistema capitalista (Tener beneficios y crecer sin importar las consecuencias) hacia un modelo mucho más sostenible que tome en cuenta las personas, el medio ambiente y el bienestar de la sociedad en general.
Muchos de estos cambios tenemos que educarnos como sociedad y reclamarlo a nuestros políticos que de turno tienen que obligar la industria pero hay mucha reticencia al cambio (acompañada de mucha desinformación). En general lo que quiero trasmitir es que los hábitos adquiridos con la industrialización y la sobrecomercialización en 200 años va a tardar por lo menos 50 años en enderezar, y hacer sostenible con lo cual agarraos que vienen curvas…