En busca del Cañón del Colorado (20-10)
Tras haber salido el día anterior hasta casi las 4, viendo la ciudad vacía, hoy sábado cuesta mucho madrugar, así que hasta las 11 no se pone nadie en pie. El día es cálido aunque algo nublado, pero estaremos mínimo a unos 25-30º, con muy poca humedad. No está mal el clima del desierto este.
Lo primero es ir a comer y hoy toca probar un Taco Bell, comida mexicana con tacos, burritos y demás cosas. No está mal, pero sabe todo igual. Típico fast food de la zona.
Ya puestos en marcha hacia el Cañón, veo uno de tantos trabajos absurdos que tienen por aquí, el de sujetacarteles. Será para que no vuelen con los huracanes…
La carretera de Las Vegas al Gran Cañón pasa por encima de la famosa presa de Hoover Dam, que en su día fue la mayor presa del mundo pero ahora ya ha sido ampliamente superada. Más bonita que la presa en si, son las vistas del lago que se formó, donde se ve un puerto deportivo, trampolines, muchas casitas, etc…
El paso sobre la presa es lento por las curvas que hay, los turistas que inundan las aceras y los controles de policía, pero nada más cruzarla entro en Arizona. Otro estado para la cuenta.
Como no, toca una pequeña parada de rigor desde algún sitio alto para ver la presa. Hay una tienda de recuerdos, como no podía ser de otra forma, y muchos turistas.
Adelante con el viaje, que todavía faltan unas 2 horas para llegar y aquí anochece pronto. La carretera es como todas en EEUU, muy bien asfaltada, recta, con las rayas perfectas y sin ningún cartel. Por esta autopista sólo me da adelantado un todo terreno que iría a 160 mínimo, aunque eso sí, con una pegatina detrás de Alemania. Aquí todo el mundo respeta la velocidad, y es fácil adelantar a un Ferrari, pues van a 110.
Tras hora y pico toca desviarse por otra carretera que llega hasta el Cañón, y pasa por el pueblo de Dolan Springs. Esto ya parece la América profunda, donde las disputas se resuelven con escopetas, la gente usa camionetas, el terreno se vende muy barato, mucha gente vive en caravanas, y las calles no están ni asfaltadas. La verdad que es impresionante el sitio, parece sacado de una película de terror. Los dos o tres habitantes que se ven tienen mucha pinta de pueblo.
Al bajar del coche para ver un poco esto, pega un aire huracanado, siendo muy difícil andar recto. Lo mejor, continuar el camino. En unos 40 minutos por fin llegamos al camino que está cerca del cañón. Ya sólo faltan 20 km.
Lástima que nos digan que es un camino de tierra privado para ir al skywalk, la plataforma para andar sobre el cañón, que cierra en 30 min y no nos va a dar tiempo de ir en nuestra tartana coreana. Intentamos ir un poco, pero lo mejor es dar la vuelta e ir mañana hasta el centro de visitantes del cañón. Alguna novatada había que tener.
Toca volver a Las Vegas, así que lo mismo al revés. El camino es todo desierto, bastante bonito al atardecer. Es increíble ver tantos y tantos kilómetros sin nada, solo con algún arbusto y unos montes pelados al fondo. Aquí todo es gigante, hasta la nada. Unas cuantas fotos del camino, pues no hay nada que contar, salvo que el coche consumía más que andaba.
Al llegar otra vez al Hoover Dam, el atardecer está en el mejor momento, dando a todo el ambiente unos tonos rojizos aún más acentuados de lo normal. Se ve la construcción de un puente para evitar cruzar el Hoover Dam en coche, y se observan mejor las torres eléctricas escalando torcidas por la montaña.
Al llegar a Las Vegas ya es casi de noche, y sopla el mismo viento huracanado que en Dolan Springs. Los semáforos se apagan, algunos parecen que van a salir volando, las palmeras se retuercen enteras y casi hay algunos accidentes de tráfico porque la gente no para. Los choques en cadena de las películas seguro que están basados en echos reales. Toca cena en El pollo loco, otro mexicano especialista en pollo. Es curioso con todo lo que se puede combinar el pollo: arroz, guacamole, imitación de paella, patatas, …
Tras cenar, toca otra vuelta por la ciudad del vicio, y por fin la famosa foto al cartel de Welcome to Fabulous Las Vegas, así como a la Little Church, la capilla donde se casan todos los famosos borrachos.
Esta noche toca ir a un casino de mala muerte, que es más barato que los del Strip aunque se nota el cutrerío, con más gente en camino de arruinarse que otra cosa. Aquí ni invitan a tomar algo.
Hoy toca visitar la zona más alejada del Strip, con el famoso hotel Stratosphere, ese que tiene atracciones en la cima y es lo más alto de la ciudad. Por dentro está bastante guapo, pero a la cima no dejan subir con cámara y cobran bastante.
Veo la mayor tienda de souvenir del mundo (que pena que este cerrada, jaja), y los famosos hoteles iluminados, que uno nunca se cansa de verlos.
Hoy tocan visitar el hotel Luxor, ese que es una pirámide negra, y el MGM, uno de los más grandes. El Luxor la verdad es que decepciona un poco. Por fuera se ve muy bonito y llamativo, pero por dentro tiene una decoración muy sencilla, y sin nada del glamour de otros grandes como el Bellagio, Caesar o MGM. Las habitaciones están situadas en las paredes de la pirámide, por lo que todas dan al interior del casino.
El MGM ya es otra cosa, con alfombras en el suelo y mucho dorado. Tiene un cine IMAX y la discoteca 54 en el interior. Casi me echan de este hotel , pues a las 3 de la madrugada no había casi nadie jugando y estaba casi todo vacío. Esta gente va muy pronto a dormir.
Van siendo horas de volver al motel, y mañana a ver si encuentro el cañón del Colorado.
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