Campeonato mundial de combate medieval de Belmonte 2014. Vuelve la Edad Media
Las armaduras resplandecían bajo el fuerte sol manchego, al igual que las afiladas armas, momentos antes de que los 50 nobles caballeros se enfrentaran en el campo de batalla a los pies del castillo de Belmonte. Dos ejércitos en igualdad numérica con un único propósito: proteger a su Rey. Éste era el momento en que los años de duro entrenamiento de Cristian iban a dar sus frutos, pues en apenas unos minutos terminaría de pie, junto a su rey, o mordiendo la tierra de la liza.
Escenas tan medievales como ésta las vivimos unos 25.000 espectadores del 1 al 4 de mayo en la primera edición del Campeonato Mundial de Combate Medieval, celebrado en Belmonte, una pequeña localidad de Cuenca cuyo castillo ya está acostumbrado a los grandes eventos, pues en él se grabaron escenas de la película “El Cid”, protagonizada por Sofía Loren y Charlton Heston.
A este campeonato internacional de combate medieval, que es la primera vez que se celebra en en el mundo, acudieron 18 equipos de diferentes nacionalidades, reuniendo a más de 400 luchadores que mostraron sus habilidades durante cuatro días. Hubo modalidades para todos los gustos, con el 1vs1 empuñando distintas armas, tanto masculino como femenino (primera vez que se realizaba la competición femenina en esta modalidad), 3vs3 femenino, 5vs5 masculino y el impresionante 16vs16 masculino. Y para terminar el día, nada mejor que gastar las últimas fuerzas fuera de competición en capturar al rey, donde 25 caballeros de distintos equipos se enfrentaban contra otros tantos, mostrando lo violentos y «sucios» que debían ser los combates en la Edad Media.
Tantos días de combates y modalidades ayudan a hacerse una idea de cómo era la lucha medieval, y de lo difícil que es luchar con una armadura que pesa unos 30kg bajo el abrasador sol de mediodía. Tanto las armaduras como las armas y los blasones son recreaciones fieles de los usados en tiempos medievales, estando realizados tan sólo por acero, cuero y cuerdas. El lujo por el detalle y la recreación histórica no termina en los caballeros, pues todo el equipo va vestido como gente medieval, incluyendo pajes y aguadoras, jueces y árbitros, intentando ser lo más veraces posibles, con detalles como usar vasos de barro para dar de beber a los caballeros y tiendas medievales para el campamento. Alguno incluso llevaba el pelo cortado como en la época. Las gafas de sol y las cámaras de fotos eran los únicos elementos fuera de lugar, pero alguna comodidad de hoy en día habrá que usar.
Entre las distintas modalidades de lucha, está el 1vs1, donde ambos caballeros intentan buscar los puntos débiles del contrincante para atacar con su arma, ya sea una espada, un mandoble o un hacha, terminando en raras ocasiones abrazados como si fueran luchadores de boxeo en el pequeño cuadrilátero usado para los enfrentamientos. Al final el combate se decide por puntos, ya que esto es un deporte y aquí no se le corta la cabeza al rival.
En 3vs3 o 5vs5 los combates son mucho más tácticos, puesto que el objetivo es derribar a los caballeros del equipo contrario, por lo tanto, no es tan importante la pericia empuñando el arma, sino la habilidad para desestabilizar y hacer caer al enemigo. Así, el honorable combate medieval se convierte en una especie de partido de rugby con espadas y hachas, donde los caballeros se valen tanto de su arma como de su armadura para dar golpes al adversario. Cabezazos, rodillazos, codazos, espadazos y escudazos, todo vale con tal de hacer caer al otro, que muchas veces se apoya contra las vallas para resistir los golpes que absorbe la armadura. En una escena repetida en cantidad ocasiones se podía contemplar a dos caballeros enzarzados en un violento abrazo y un tercero llegando por detrás, quien empezaba a golpear en las piernas al oponente, o llegaba corriendo para derribar a ambos y así resolver rápidamente el combate.
Cada equipo (país) se valía de diferentes tácticas, más o menos eficaces según el adversario. Así, los estadounidenses se encontraban en su salsa corriendo a embestir al enemigo, al igual que los españoles, que incluso simulaban ser toros cargando. Siendo ésta una estrategia muy eficaz contra equipos formados por caballeros pequeños, como el japonés o portugués, resultaba inútil cuando tocaba enfrentarse con grupos experimentados como el polaco (con sus más de 20 años de experiencia practicando este deporte) o el alemán, formado por grandes vikingos.
El 16vs16 es una auténtica locura, pues los caballeros cubren todo el ancho de la liza, sin dejar huecos por los que se pueda colar el enemigo, así que inevitablemente terminan formando una gran melé en el centro, donde se reparten golpes a tutiplén, o pequeños grupos desperdigados que pelean como pueden. Lo curioso es que estos combates duran bastante menos que los 5vs5, ya que siempre hay alguien del equipo contrario que aparece de la nada (o, presumiblemente, de derrotar a otros oponentes) para terminar con los pequeños grupos.
Eso sí, tras darse de palos sin piedad, todos los enfrentamientos terminaban de la misma forma: con los caballeros abrazándose unos a otros, ayudando a levantarse, y felicitándose por la buena batalla, sin importar el equipo. Es lo que tienen los deportes minoritarios, que se practican por placer y ganas de mejorar, por lo que hay una gran camaradería entre todos. Incluso cuando el público empezaba a abuchear a algún equipo, por enfrentarse con el español, rápidamente desde megafonía se oía que este deporte era claro ejemplo de «honor, lucha, ¡juego limpio!», por lo que a todos se les debía tratar con respeto y los abucheos pasaban al aplauso ipso-facto. Supongo que el fútbol crea estos malos hábitos que en la Edad Media, o en nuestra romántica concepción de ella, no se destilaban.
A parte de los combates, sin duda los momentos más espectaculares y que ocupaban gran parte de la jornada, había mucho más para hacer en el gran campamento levantado en el recinto amurallado del castillo de Belmonte. El mercado medieval, el más exigente en cuanto a fidelidad histórica hecho nunca en España, contaba con puestos con productos artesanos (cervezas, vinos y otros manjares por los que no pasa el tiempo), tiendas de espadas y armaduras, ropa, joyas e incluso muebles, siendo un estupendo escaparate para productos cotidianos de la época.
También había un puesto de cetrería, un clásico en cualquier mercado medieval, y todo ello rodeado por las espartanas tiendas de campaña donde hicieron vida durante todo el campeonato los distintos equipos. Además, también se podía visitar el interior del castillo de Belmonte, recientemente restaurado.
Con todo ello, los dos días que fui a ver el campeonato pasaron rápidamente entre click y click de la cámara de fotos, y sin duda volveré a repetir la experiencia de asistir a un campeonato medieval de estas características, donde las luchas son de lo más espectaculares y la ambientación te hace sentir en pleno siglo XV. La organización estuvo muy bien en cuanto a los combates, aunque se quedó muy corta en sus estimaciones de público, algo que reflejaron las escasas papeleras del recinto y la preocupante escasez de helados. Eso sí, hubo aparcamiento de sobra, y cuando el aire fue tan fuerte que levantaba la arenilla del camino, regaron rápidamente la tierra para que no molestase al público.
Al final, el equipo español de Cristian y los suyos no sobrepasaron las semifinales, aunque estaban más que contentos por esta primera participación en el Campeonato Internacional de Lucha Medieval, que empezó su andadura en Belmonte, y que ganó de forma aplastante EE.UU., seguida muy de cerca por Polonia.
Y en cuanto al rey, lograron mantenerlo con vida luchando siempre con honor.
Más información
- Más fotografías del Combate Medieval
- Castillo de Belmonte
Horario: de 10.00 a 14.00 y de 16.30 a 20.30. Lunes cerrado
Tarifas visita al castillo: 8 € para los adultos y 4 € para los niños de 5 hasta 15 años - Liga de combate medieval española
- Federación Internacional de Combate Medieval (IMCF)
Pues por las fotos tienen una pinta tremenda, sin duda ha tenido que estar chulo :)
mucho, además con solazo y buena temperatura para disfrutar del espectáculo. Un saludo!
Muy buenas fotograsías, Machbel. Hubiera sido estupendo coincidir contigo allí. Sin duda, la experiencia merece la pena, por la emoción y el esfuerzo, por la pasión de los participantes y ese pedacito de la Edad Media que son capaces de traer al presente.
Gracias! Pues sí, un buen lugar para conocerlos. Vienes por el #TBMGijon? Un saludo
Impresionantes las fotos, me encanta la del niño enfundando la espada. TIene que ser una experiencia muy chula, me ha recordado un poquito a un capítulo de Juego de Tronos :) Un saludo!
Gracias! Mientras estaba en el campeonato miraba para todos lados a ver si me encontraba con un dragón o con Tyrion, pero no hubo suerte ;)
Muy buen post.
Y las fotos, de primera.
Fotos de escándalo!
Gracias! es que era un escándalo el espectáculo que daban
Huff, høres ut som du har en laaaaang natt foran deg på jobb. Håper tiden går fort! :) Lykke til! Og ha en aller tiders dag i morgen, med den lille familien din! :)Klem
Unas fotos increibles que nos permiten conocer como se recrea esta actividad historica en ese lugar, saludos!