Aveiro, la venecia portuguesa
El pequeño pueblo de Aveiro, situado en la región centro de Portugal, es conocida con el sobrenombre de «la Venecia Portuguesa«. Con semejante apodo, y tras ver que la Lonely Planet dice que merece la visita de un día, no tuve más remedio que acercarme a esta villa marinera para conocerla mejor. Con sus 75.000 habitantes, y siendo la primera en el ranking de calidad de vida de Portugal, creía que me esperaría un pueblo de enseño, pero la realidad fue algo diferente.
El alto nivel económico se nota nada más llegar a Aveiro, y es que parece que estamos en un país diferente. Las calles están en perfecto estado, los clásicos edificios del centro parece que se construyeron la semana pasada, y curiosamente no hay casi ropa tendida de las ventanas. Además, el centro está atravesado por unos canales, donde las enormes barcazas que se usaban para recolectar algas marinas, llamadas moliceiros, te pueden dar una vuelta por ellos.
Sin embargo, este pequeño pueblo que recuerda más a Holanda que Portugal, no terminó por convencerme. Vale que tiene un par de canales por el centro donde los barcos pasean a los turistas, pero esto no me parece suficiente para considerarla una Venecia. Fuera del canal central, las barcas pasan al lado de la autopista, cerca de las fábricas, y entre barrios modernos, bastante feos por cierto. Además, las grandes barcas funcionan con motores diésel, lo que le quita la poca gracia que puede tener navegar al lado de la autopista. Vamos, casi igualito que Venecia, y eso que aún no visité la ciudad italiana.
Los canales son el reclamo de Aveiro, y sin embargo fue lo que menos me gustó. Se puede ver mucho más paseando por las calles del barrio de Beira Mar, a tu propio ritmo, y así conocer las pequeñas y coloridas casas de pescadores, los murales de cerámica con motivos marinos, y sobre todo los restaurantes especialistas en pescado, el verdadero tesoro de Aveiro.
En una hora a paso lento recorrí el centro, que intenta tener el estilo cuidado y detallista de los pueblecitos franceses, pero en Aveiro son de otra manera y algo no termina por encajar, dando la impresión de que el pueblo es más una imitación que un lugar con estilo propio.
Terminé mi visita incluso antes de que caducara el ticket de la hora, y aunque la ría de Aveiro dicen que es de las más bonitas de Portugal y tiene unas maravillosas playas, me dirigí rápidamente a otra ciudad portuguesa que tenía ganas de conocer y si me causó una gran impresión, Coimbra.
Hola Víctor!
Quería decirte que me gusta mucho tu blog. Hace poco que lo he descubierto pero me lo guardo entre mis favoritos desde ya. Dices que la ciudad de Aveiro no te gustó tanto como esperabas (yo nunca la he visitado) pero viendo tus fotos la verdad es que parece muy bonita… debe ser que le has sacado la mejor cara.
Un saludo y felicidades por el blog!
Sonia.