Los arco iris de Escocia
El mal tiempo dicen que es ideal para los fotógrafos. Entonces, el horrible tiempo escocés tiene que ser una delicia para todos los que vamos con una cámara colgada del cuello. En Escocia, en pleno verano, puedes pasar de un cielo salpicado por algodonosas nubes a una torrencial granizada en cuestión de minutos, sin previo aviso. Y si tienes suerte, puede aparecer justo después el fenómeno meteorológico que más nos gusta a todos, vayamos o no con cámara: el arco iris.
Este arco de 7 colores, tan sencillo en su explicación científica, es tan llamativo que ha dado lugar a multitud de leyendas a lo largo de la historia. Los Incas de Perú decían que el arco iris o Kuichi era el hijo de la lluvia, capaz de atrapar el sol y la luna, y por tanto nadie era capaz de mirarlo de frente sin taparse la boca, pues podrían caérsele todos los dientes.
En la mitología nórdica, el arco iris era el puente que comunicaba el reino de Odín con el de los hombres, similar a la mitología griega, donde la reina Iris era la mensajera del Olimpo. Incluso para los supersticiosos irlandeses también es un puente, siendo el arco iris la única forma de llegar hasta las ollas repletas de oro de los leprechauns, los duendecillos pelirrojos vestidos de verde tan característicos de Irlanda, que sólo se dejan ver cuando brilla el arco multicolor.
Con tantas leyendas de puentes y uniones no es de extrañar que los 7 colores se usen también en la bandera de la paz y de los movimientos homosexuales, así como en muchas otras banderas arco iris, buscando el representar a todos mediante todos los colores.
Volviendo a Escocia, que es el lugar de esta historia, ya a las puertas de las Highlands, en el impresionante parque natural de Glencoe, me dio la bienvenida un bonito arco iris, pequeño adelanto de todos los que me iban a esperar.
Los días pasaban y el tiempo no mejoraba lo suficiente, hasta el día que estuve por Durness, en el extremo noroccidental de la isla de Gran Bretaña, y allí, tras una furiosa tormenta que no presagiaba nada bueno durante el resto de la jornada, apareció un estupendo arco iris sobre la playa, que me hizo saltar fuera de la autocaravana en mitad de la siesta. No sería el único, pues ese mismo día aparecerían otros 2 o 3 más, tras sendas tormentas que me dejaron empapado. El tiempo es impredecible en Escocia, así que mejor estar preparado, porque nunca se sabe que va a pasar con una climatología tan loca.
La historia se repitió en la Isla de Skye, otro lugar imprescindible de Escocia por sus paisajes, pero donde el tiempo no acompañó en absoluto. Hubo que soportar dos días de lluvias y fuertes vientos hasta que la magia ocurrió de nuevo, con un claro al atardecer que mostró un arco iris perfecto sobre el mar. Durante dos horas estuvo apareciendo y ocultándose. Parecía que jugábamos al gato y al ratón, aunque creo que gané en unas cuantas ocasiones, capturándolo con mi cámara en un puñado de momentos únicos.
Incluso un parking gris y aburrido se ve con otros ojos con un arco iris por encima, tal es el colorido y el buen humor que produce.
Por eso, siempre es bueno recordar que hasta en el momento más oscuro, ahí aparecerá para iluminarnos con todo su color y mostrarnos el puente a momentos mejores.
En memoria de la creadora de arco iris
Espectaculares fotos, Víctor. No tengo otras palabras. Me encantan los arcoiris :) Aquí en Galicia hay bastantes y en Islandia también estaban por todos lados, pero éstos de tus fotos son verdaderamente bonitos :)
Una buena forma de empezar el día disfrutando de tus fotos!