La experiencia de navegar en barco en las Islas Baleares
Hay viajeros a los que les encanta el tren. Otros, prefieren mil veces antes el barco. Seas el tipo de viajero que seas, en este artículo me gustaría mostrarte por qué deberías plantearte hacer una travesía en barco por lo menos una vez en la vida.
Razones hay muchas.
La más obvia es que en esta vida siempre es bueno probar nuevas experiencias. Después ya decidirás si la vuelves a vivir o con una vez te vale. Es tu decisión.
Por otro lado, viajar en barco es un poco como viajar en autocaravana o furgoneta camperizada. Llevas todo tu mundo a cuestas mientras recorres el camino (o surcas los mares). Obviamente, en furgoneta te puedes parar a estirar las piernas en cualquier lugar. En el barco puedes zambullirte en el mar cuando te plazca.
Y hay una razón de peso que hace del barco una experiencia única.
Es simple, es evidente.
Viajas por el mar.
Cada día tienes las mejores vistas al amanecer y al atardecer posibles, estás siempre rodeado de agua, tú decides cuál va a ser el siguiente puerto en el que parar, y cuál va a ser la ruta. Una libertad que muy pocas veces tenemos en nuestras manos.
Si viajas en barco, es la tónica general.
Ahora que ya te ha entrado el gusanillo para vivir tu aventura en barco, solo falta fijar un destino.
El mar Mediterráneo es un gran punto de partida. Hay muchas islas, unas playas increíbles y un agua turquesa en gran parte de la costa.
Ya sea el mar Egeo, Cerdeña o las Islas Baleares, todas son buenas decisiones para emprender la aventura marítima.
En este artículo me quiero centrar en las Islas Baleares, el archipiélago compuesto por Mallorca, Menorca, Ibiza y Formentera. Solo por una pequeña razón: me parecen el mejor lugar para iniciarte en una travesía en barco, ya sea alquilar el barco en las Baleares con tu grupo de amigos o uniéndote a un pequeño crucero ya existente.
Las Islas Baleares tienen todo lo bueno del Mediterráneo y algo más. Están las playas paradisiacas, el agua transparente, los paisajes de ensueño, el buen clima y lugares a los que solo puedes llegar en barco, como son las islas de Cabrera o Sa Dragonera, por ejemplo.
Por supuesto, también está la gran gastronomía, algo que puedes degustar cuando atraques en puerto, o cuando hagas la compra para tener los suministros en el barco. Verás que los productos son de gran calidad, ideales para disfrutar totalmente de la experiencia mediterránea.
A tu elección queda escoger en qué isla quieres empezar la travesía y qué ruta vas a hacer dependiendo de los días que tengas disponibles.
Si es tu primera vez, Mallorca es un buen punto de inicio. Tiene todo lo característico de las Baleares, muchos puertos donde atracar, y calas a las que solo puedes llegar en barco. Además de Formentor, uno de mis sitios preferidos de las Baleares. En mi opinión, un viaje redondo en todos los sentidos.
En el caso de que prefieras más tranquilidad, Menorca y sus cinco faros te trasportan a una isla donde el ritmo es pausado, donde por supuesto hay sensacionales calas en las que darte un chapuzón, y hay menos barcos surcando sus aguas.
Por último, están Ibiza y Formentera. Son algo así como el ying y el yang de las Baleares. Ibiza es la fiesta, el exceso, el hedonismo en la tierra, mientras que Formentera es la tranquilidad, la naturaleza, la conexión con el yo interior.
O eso es lo que creemos.
Ibiza también tiene muchos lugares tranquilos alejados de las discotecas, así como nuestras queridas playas mediterráneas. A mí es una isla que me sorprendió mucho, ya que hay muchas más cosas para hacer a parte de la fiesta.
En cuanto a Formentera, es para muchos su isla favorita, y es que ser tan pequeña le da un aura especial. Supongo que recorrerla en barco añada muchos puntos a la experiencia, pues toda la costa de esta pequeña isla es muy bonita.
Cuatro grandes opciones para vivir una experiencia única.
En cuanto a la parte logística, tienes dos opciones: alquilar el barco con un grupo de amigos, o unirte a un crucero ya existente.
Te las explico en detalle.
La de alquilar el barco con amigos es simplemente buscar qué barco se ajusta más a vuestras necesidades, si necesitáis o no patrón, y reservarlo por los días de la travesía. Tendréis el barco para vosotros solos.
En cuanto a unirse a un crucero, nada tiene que ver con meterse en un mega barco con miles de pasajeros. Es otra historia. Se trata de subirte a un pequeño barco, de entre 8 a 18 tripulantes, donde puede estar todo incluido y tan solo tienes que disfrutar de la experiencia.
Dos opciones para viajar en barco muy interesantes, ahora solo te queda buscar cuál te gusta más, y lanzarte a la aventura de navegar los mares mediterráneos.
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