Ruta al Parque Nacional de Ceahlau, andando por uno de los lugares más bonitos de Rumanía

«Un paseo por el parque». Así me habían presentado esta ruta a lo alto de las montañas del parque nacional de Ceahlau, situado al este de la cordillera de los Cárpatos, en la Moldavia Rumana. Tras 4 horas de interminable subida, la frase seguía repiqueteando en mi cabeza. «Un paseo por el parque» les iba a dar. Más valía que las vistas merecieran el extenuante esfuerzo.

Empezando a caminar en Ceahlau

El grupo de amigos rumanos, unos 20, otros bloggers de viaje y yo empezamos la ascensión en Durau, un pequeño pueblo donde hay poco más que hoteles de montaña y un monasterio ortodoxo. Nos adentramos en el espeso bosque de pinos siguiendo el sendero, perfectamente señalado por la cruz roja que identificaba esta ruta, la que en teoría era la más sencilla y bonita para llegar a lo alto de la montaña, al refugio de Cabana Dochia.

El primer repecho no se hizo de rogar y nos fuimos separando. La mayor parte del grupo rumano subía rápido, al ritmo de la música discotequera que llevaban sonando. Cualquiera diría que se pasaron la noche de fiesta. Mi cámara me servía de excusa para pararme y hacer fotos al sol escabulléndose entre los árboles, mientras recuperaba el aliento. No habían pasado ni dos kilómetros, y ya estaba en el grupo de cola.

Todo contento antes de empezar la ruta en Ceahlau
Rayos de sol entre los árboles
Sol entre las hojas
A través del bosque del Parque Nacional de Ceahlau, Rumanía

Menos mal que esto no era una carrera, aquí estábamos para disfrutar de la salvaje naturaleza de Rumanía, en uno de los entornos naturales mejor cuidados que visité en el país, aunque la basura, por desgracia, sigue encontrándose cerca del camino.

Paso a paso, poco a poco, me adentraba cada vez más en el bosque. Me gustaba respirar un aire tan puro. Si me fijaba bien, podía ver algún pajarillo revoloteando. Y flores, pequeñas y coloridas flores brotando aquí y allá. El sendero seguía cuesta arriba, pero ya no me pesaba en las piernas.

De repente, empecé a oír agua. Mucha agua. También a verla, en pequeños riachuelos. Tenía que estar cerca la cascada de Duruitoarea, el salto de agua a medio camino al que tantas ganas tenía de llegar para hacer uso del trípode (lo cargué en la mochila básicamente por esta cascada), y conseguir el agua sedosa que tan bien queda en las fotos.

Cascada Duruitoarea en el Parque Nacional de Ceahlau
Techo del bosque

Y ahí estaba la cascada de Duruitoarea, más alta de lo que me había imaginado, y con bastante agua para ser finales de agosto. Se notaban las lluvias del día anterior. Hoy, brillaba el sol en el cenit de la cascada, así que aprovechamos para recargarnos con la luz del astro y para picotear algo en las mesas instaladas en la zona.

Falta nos iba a hacer. Ahora empezaba la subida de verdad, la rompe piernas, la que se sufría escalón a escalón. Como siempre, la cámara era la excusa perfecta para mantener un poco la compostura ante mis sucesivas paradas. Por suerte, siempre había algo interesante para fotografiar.

Pedro subiendo el camino
Formaciones rocosas de Ceahlau

Los árboles cada vez eran más bajos, clara señal de que estábamos muy altos. Los aproximadamente 1.400 metros de altura empezaban a ser demasiados para el bosque, que iba formando grandes claros. Las curiosas formaciones de piedra de lo alto de la montaña por fin se dejaban ver. Imponentes. Espectaculares.

Cuentan las leyendas Dacias, el ancestral pueblo rumano, que esta era la montaña sagrada de Zalmoxis, la antigua deidad de los tracios dacios. Durante el camino hay varias rocas con formas y cortes curiosos, siempre acompañados de un cartel en el que se cuenta la leyenda asociada a la formación rocosa. Un detalle que se agradece para conocer mejor la cultura rumana.

Y así, casi sin quererlo, llegué a las llanuras en lo alto de la montaña. Habían sido 6 horas de continua subida, cansada, pero muy bien llevado por lo bonito del entorno y de los paisajes. Además, me aguardaba una dulce recompensa en esta planicie en forma de bayas. Algunos se lanzaron a recoger frutos con fruición, mientras otros disfrutamos de la mullida hierba. ¡Qué gusto!

Mirando la cima del Toaca, 1905 m
Flor con mariquita
Secando la ropa en el refugio Cabana Dochia
Rocas extrañas de Ceahlau

Estábamos a unos 1750 metros de altura, e incluso aquí arriba hay una iglesia, cerca del refugio donde pasaríamos la noche, Cabana Dochia. Sobre el refugio, comentar que es excelente para lo alto que está (con habitaciones de 2, 4 y 7 personas, algunas con baño incluido), y para tener que portear a pie toda la comida y basura. El helicóptero es demasiado caro para usarlo. Y sí, tiene cerveza bien fría, que seguro que estabas pensando en ello.

Pero el día aún no había terminado. Tras la contundente comida, el sol empezaba a anunciar que el gran momento del día, el atardecer, estaba cerca. Había que hacer un último esfuerzo y subir al Toaca, la segunda montaña más alta del macizo y del Parque Nacional, con 1904 metros. La primera es el Ocolaşul Mare, con apenas 3 metros más de altura, (1907 metros), pero el Toaca está más cerca de Cabana Dochia y era mejor opción para ver el atardecer.

Atardecer en Ceahlau
Íñigo viendo el atardecer
Salto en las montañas de Ceahlau

Salí del refugio junto a Íñigo, el otro español del grupo, en busca de la preciada cima, así como de buenos lugares para hacer fotos. Nos inventamos el camino hasta la estación meteorológica (donde vive un señor todo el año), subiendo con pies y manos como mejor pudimos. Seguro que este no era el camino más fácil, pero llegamos arriba. Estábamos felices. Lo habíamos conseguido.

El sol, poco a poco, se tornaba más anaranjado. Poco a poco, éramos más los asistentes a este espectáculo de la naturaleza. Poco a poco, Rumanía me iba encandilando más con sus grandes paisajes. No había sido un paseo por el parque. Había sido mucho mejor.

Despidiéndose del sol
Atardecer desde la montaña Toaca, Parque Nacional de Ceahlau

p.d: la noche fue corta, sobre todo para los incombustibles rumanos, que no se perdieron el amanecer. La bajada fue por la otra ladera de la montaña, hacia Izvoru Muntelui. Todo el camino es a través de un bosque de coníferas, en permanente bajada (o subida rompepiernas si decides hacerlo en el otro sentido). Esta vez si hubo una especie de carrera. En apenas 1h 50 minutos estábamos los primeros del grupo en el centro de visitantes.

Flor al amanecer
En Izvoru Muntelui tras una larga ruta. Ceahlau al fondo
Montañas de Rumanía

Más información:

  • El Parque Nacional de Ceahlau, cerca de Pietra Neamt, tiene muchas rutas de montaña para llegar a la cima, a Cabana Dochia. En el artículo narro la experiencia de hacer las dos rutas más habituales, entre Durau – Cascada Duruitoarea – Cabana Dochia y Cabana Dochia – Izvoru Muntelui. Desde Cabana Dochia se puede llegar a la cumbre del Toaca y Ocolaşul Mare en apenas una hora. En los centros de visitantes tienen folletos con toda la información de las rutas existentes.
    En el Parque Nacional de Ceahlau hay unas 2000 especies de flora y 90 de pájaros, entre los que destacan el urogallo (tetrao urogalus), el pico tridáctilo (Picoides tridactylus) y el trepariscos (Tichodroma muraria), así como el águila (Aquila chrysaeltus). Otras especies animales que podemos encontrar en estas montañas son el lince (Lynx lynx), lobo (Canis lupus), zorro (Canis vulpes),  oso pardo (Ursus arctos), marta (Martes martes) y el alce (Cervus elaphus var. carpathicus).
  • Ruta de ascensión, Durau (850m) – Cascada Duruitoarea (1250m) – Cabana Dochia (1750m). 7,5 kilómetros, 1.000 metros de desnivel acumulado. El tiempo estimado para hacerla, estando en algo de forma, es de 4h 30min – 5 horas para la subida. Toda la ruta es cuesta arriba, por un sendero bien señalizado, algo complicado en algunos puntos por las raíces de los árboles.
  • Ruta de bajada. Cabana Dochia (1750m) – Izvoru Muntelui (797m). 1.000 m de desnivel acumulado. El tiempo estimado para bajarla es de 2 horas, de 3h 30 min para subirla, debido a la fuerte inclinación. Tiene el mismo nivel de complicación que la otra ruta, y es más recomendable hacerla bajando que subiendo. Transcurre todo el tiempo dentro de un bosque.
  • Dónde dormir
    • Refugio Cabana Dochia, con listado de precios en «oferta cazare» (en rumano). Tiene internet. Desde 4€ persona / noche.
    • Bistrita Hotel Durau 3*. Buen hotel de estilo antiguo pero confortable. Habitación doble desde 175 lei (40€)
  • Dónde comer
    • Restaurante Bia Papadia en  Izvorul Muntelui. Grandes platos en un ambiente moderno. Menú sobre 7€
    • Cabana Dochia. Refugio de montaña con comida sencilla desde 4€
    • Restaurante Bistrita Hotel Durau. Comida tradicional a la carta. Sobre 10€
  • Experiencia de Íñigo, El Giróscopo Viajero, haciendo esta ruta (en español)
  • Web del Parque Nacional de Ceahlau (en rumano)
  • Parque Nacional de Ceahlau en Turismo Rumanía (en inglés)
  • Este artículo forma parte de mi experiencia durante #priNeamt – la 4ª edición del evento más importante dedicado a promocionar una región de Rumanía en medios online. Todos los detalles del evento en http://goo.gl/Lw8mzy. Organizador: Eventur Bucharest. Patrocinado por Petrom Romania. Socios principales: Neamt County Council, City Hall of Piatra Neamț, Blue Air, Roman Plaza Hotel y Aristocratis Pension. Con el apoyo de: Ancutei Inn, Central Plaza Hotel, Bistrita Hotel, Auto Moldova, Nenea Iancu Beer House y el festival de cortos Filmul de Piatra.

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  1. Gracias Victor por tu artículo. Lo pasamos bien ¡verdad! Yo sabía desde el principio que había cerveza fría en la cima, así que me fui en cabeza ¡por si se la bebían toda nuestros amigos rumanos! ¡¡¡Un buen «paseo» por los montes de la Moldavia rumana!!!

    • Sí! Fue una experiencia genial, cansada, pero muy divertida. ¿Así que por eso corrías tanto? Haberme avisado que no tenía ni idea de lo de la cerveza y me dejaba de tanta foto «para disimular» :P