Torre Bellesguard, la bella vista de Gaudí sobre Barcelona, la casa modernista más desconocida
Gaudí siempre sorprende, incluso con obras que llevan más de un siglo construidas, pero que, al no ser posible su visita por el gran público, han permanecido en el anonimato, como ocurre con la Casa Figueras, más conocida como Torre Bellesguard.
Sin ser ni de lejos tan famosa como la Casa Batlló o la Casa Milá, esta especie de fortaleza guarda muchos secretos tanto fuera como dentro de sus murallas, y desde hace unos meses, ha abierto por fin sus puertas para que admiremos el arte y el cariño con el que fue realizada esta casa.
La actual casa Figueras fue construida por mandato de la viuda de Jaume Figueras, que quería una casa de veraneo en el terreno donde estaban los escasos restos que quedaban del castillo de verano del rey Martín I el Humano, último representante de la corona de Aragón – Barcelona.
Cuenta la leyenda que el bandido Serrallonga se ocultaba entre estas ruinas en el siglo XVII, hasta que fue apresado y descuartizado, enterrando sus restos por todo el terreno y marcando los lugares con argollas de metal. Si nos fijamos bien, aún podemos ver algunas.
Con toda la historia que tenía el lugar, Antoni Gaudí decide mantener los pocos vestigios que quedan en pie, como ocurre con la muralla, y construye la casa apartada del viejo castillo. El arquitecto catalán rompe con su estética, diseñando una vivienda neogótica que recuerda a la antigua fortaleza, cargada con una fuerte identidad catalana y sin olvidarse de su fervor religioso.
A primera vista, la torre Bellesguard nos puede parecer sosa, sin gracia, incluso fea, pues siempre asociamos a Gaudí con formas imposibles que imitan a la naturaleza, y la imponente planta angular de este edificio de 33 metros de altura y tan sólo 15 metros de ancho choca de frente con lo que nos esperamos, pero únicamente tenemos que fijarnos un poco en su fachada para ver que esta es una obra a la altura de las más grandes del arquitecto.
Por ejemplo, la fachada está formada por piedra pizarra local de distintas tonalidades, para darle aspecto medieval; las ventanas alargadas son muy similares a las de cualquier fortaleza; e incluso en su parte superior cuenta con almenas, como todo buen castillo. Y la cosa no acaba aquí.
Si nos fijamos bien, veremos que la fachada representa a la santísima trinidad y alguna escena de la vida del rey Martín I el Humano. Todo el conjunto está coronado por la estrella de 8 puntas, emblema de la casa y típica de Gaudí, que simboliza a la estrella que guió a los Reyes Magos a Belén, o a Venus, diosa de la fertilidad.
La puerta principal es el único elemento redondeado y gaudiniano de la fachada que nos avisa de lo que vamos a encontrarnos tras cruzar su umbral. En ese momento, todo cambia por completo, trasportándonos al centro de un patio andaluz, tal es la luz y colorido del interior de la casa.
Columnas redondeadas y agujereadas para dejar paso a la luz, cerámica con motivos naturales, infinitas paredes blancas e incluso una alegre fuente, así recibe a sus visitantes e inquilinos la torre Bellesguard.
Es sorprendente cómo las pequeñas ventanas del exterior dejan entrar tanta luz, y cómo en ningún momento se pierde el espíritu catalanista de la casa, con detalles en hierro forjado de la leyenda de Sant Jordi repartidos por toda la entrada. Además, cuenta con un balcón de princesa con una utilidad muy bien pensada.
En la visita guiada tan sólo se puede acceder a la entrada y al ático, ya que en los otros dos pisos, la antaño zona noble, vive la familia Guilera desde hace más de 70 años, por lo que hay que subir por las escaleras hasta llegar al desván, que está a medio construir debido al repentino corte del presupuesto, ya que la familia Figueras consideraba que la casa ya estaba terminada pero Gaudí seguía con las obras.
Este gran espacio fue pensado como sala de música, siempre y cuando no quisieran tocar el piano, y es que habría que ver quién era el valiente que lograba subirlo por la estrecha escalera. Al no tener eco, debido a los peculiares arcos del techo, que sirvieron de prueba para futuras construcciones, es una sala ideal para escuchar música. Si buscamos bien, encontraremos marcas de lápiz, tiza y restos de yeso, material con el que se iba a recubrir las columnas y arcos.
Incluso en este desván a medio terminar hay elementos que dotan de identidad propia a la casa, pues la lámpara de hierro forjado representa una corona al revés, en honor al rey Martín I.
Sólo queda el techo, que con sus pasillos y ventanas vuelve a reiterar la leyenda de Sant Jordi, representando al dragón atravesado por la lanza, que es el pináculo de la casa rematado por la cruz gaudiniana. Desde aquí tenemos unas geniales vistas a toda la ciudad de Barcelona así como al Tibidabo.
La visita a la casa concluye en el sótano, antiguas caballerizas, que sirvieron como pequeño orfanato durante la guerra civil (la casa no conserva muebles ya que se quemaron en aquella época para calentar a los refugiados), y actualmente contiene una exposición sobre la casa así como la tienda.
La casa está rodeada por un exuberante jardín, donde seguimos encontrando detalles del arquitecto, como por ejemplo en los bancos mágicos o en los restos de la muralla. Incluso fuera de la finca hay elementos de Gaudí, con los arcos pata de elefante, tan característicos del Parque Güell, sosteniendo a la propia calle Bellesguard, para poder expandir el terreno unos pocos metros más.
Así, la torre Bellesguard o casa Figueras es toda una sorpresa para quien visita Barcelona y quiere seguir descubriendo tesoros del modernismo, pues posee todo el genio de Gaudí, y sin la cantidad de turistas que abarrotan otras obras más céntricas, pudiendo disfrutar de la casa y del jardín como si viviéramos en ella, aunque tan sólo sea por unos minutos.
Datos para visitar la Torre Bellesguard
- Horario de invierno, 1 de noviembre al 31 de marzo: de lunes a sábado, de 10h a 15h.
Horario de verano, 1 de abril al 31 de octubre: de lunes a sábado, de 10h a 19h.
Cerrado: 1 y 6 de enero, 25 y 26 de diciembre. - Tarifas:
Visita panorámica sólo por el exterior con audioguía: 7€ (reducida 5,80€).
Visita guiada por toda la casa: 16€ (reducida 12,80€)
Niños menores de 8 años gratis
Corona de Aragón-Barcelona? Debe ser un reino nuevo creado de otro delirio Mas!
Tu debes ser otro de esos que cree que el derecho a la autodeterminación, o la democràcia és solo de aquellos que tubieron un rei reinando en la antiguedad. Pues veras, tubimos algunos; el de España uno de ellos. Asi que podemos compartir rei i votar por la independencia de España y luego votar por si queremos monarquia. Esto es democracia i negar o admitir un pasado no tiene nada que ver con poder ir a las urnas i decidir un futuro.
Hola Arturo. Lo de corona de Aragón – Barcelona es para referirme a esa rama de la corona de Aragón, y no confundirla con la que hubo después, la rama de la corona de Aragón – Trastámara (http://es.wikipedia.org/wiki/Corona_de_Arag%C3%B3n). Tiene importancia esa distinción porque el rey del que hablo fue el último de esa corona que habitó en Barcelona, no es por ninguna influencia de los mamoneos políticos que hay hoy en día.
Un saludo
Unas fotos estupendas y Gaudí pone el resto…
Saludos bloguero-viajero
El LoBo BoBo
Gracias! No conocía tu blog, tiene muy buena pinta