Eus, uno de los pueblos más bonitos de Francia
Hay veces que casi sin querer llegas a sitios preciosos, que parecen sacados de una película, y nunca habías oido hablar de ellos. Con Eus me paso algo parecido. Nada más llegar a Francia, miré un mapa turístico de la región de Languedoc-Rosellón, y en una diminuta foto de 3×3 centímetros apenas se distinguian unas casas colgadas de una montaña. La descripción tampoco era mucho más clara, diciendo que Eus era una villa muy pintoresca y parada obligatoria para el viajero. Con tan solo esta información, me animé a visitar este pequeño pueblecito, a poco más de 40 kilómetros por autopista de Perpignan.
Encaramado en una montaña, en entorno idílico, con los Pirineos a la izquierda y el mar mediterráneo detrás, está Eus, este pequeño pueblecito de 400 habitantes, y que está en la lista de los pueblos más bonitos de Francia. Ya sólo la estrecha carretera que nos acerca al pueblo merece la pena recorrerla, ofreciéndonos las mejores panorámicas de Eus.
Donde termina la carretera hay un aparcamiento para dejar el coche, ya que dentro del pueblo tan sólo pueden entrar en coche sus habitantes, y tampoco hay mucho sitio para los coches. En el parking empezó el paseo por las cuestas de Eus, hasta llegar a lo más alto, coronado por una iglesia fortaleza en la que el párroco nos mostró el increíble milagro local. Al hacer una foto sin flash a un cristo no se veía nada, pero al activar el flash, «milagrosamente» se veía la sangre en su rostro. Es toda una experiencia que el propio párroco te obligue a hacer fotos con flash dentro de su iglesia.
Desde la ubicación privilegiada de la iglesia fortaleza, que domina todo el valle, veremos tanto los Pirineos como los pueblos de alrededor, destacando Prades, y el cañón que hace el río por la parte de atrás de Eus, hasta llegar a un embalse cercano.
A parte de fortalezas y milagros, el otro atractivo de Eus es tan sólo pasear por sus empedradas y empinadas calles. Todo está perfectamente colocado, siguiendo el estilo Francés de la zona de construir todo bonito. Tanto las casas de piedra, como las calles, y hasta las alcantarillas mantienen un estilo unificado que hace que sea toda una experiencia pasear por este pueblo, y como se aprecia algo de vida de sus escasos habitantes, no llega a dar la sensación de un escenario de cartón piedra, como me ha ocurrido en otros pueblos muy cuidados por España.
Como hacía bastante calor, nada mejor que saborear un helado en una terraza con vistas al valle, con esa grata sensación de haber encontrado un lugar de lo más especial.
Como dices, parece un sitio por el que simplemente dejarte llevar por tus pies e ir descubriendo pintorescas callecitas. ¡Me encantan este tipo de pueblos!
Un saludo
Eso es, un buen sitio para subir y bajar cuestas durante una tarde, y con bonitas vistas :D