Visita al museo del automóvil de Torino (Turín). La catedral de los coches
Posiblemente este sea el museo del automóvil más importante del mundo. Los italianos no se andan con tonterías cuando se trata de mostrar la historia de una de las mayores pasiones del país: los coches. Ferrari, Lamborghini, Maserati, Alfa Romeo, Lancia, Fiat, Autobianchi, Pagani, todas ellas son prestigiosas casas que han hecho arte con ruedas, y en este museo veremos algunas de sus máquinas más bonitas, incluyendo las de competición. También hay muchos coches de otras marcas, pero se les nota con un poco menos de «cuore». O igual es la influencia italiana, que le hace a uno ver las cosas con otros ojos.
Este inmenso museo, de 19.000 m², nos cuenta todo sobre la historia del automóvil con más de 200 vehículos expuestos. Como las buenas historias, empieza por el principio, con aquellos engendros mezcla de carro de caballos y coche de motor de explosión. Motocarros que se podrían llamar, que aparecieron a finales del siglo XIX. Hay algunos muy llamativos como la Carroza di Bordino, un carruaje con motor a vapor integrado, o La Jamais Contente, el primer vehículo en superar los 100km/h, y además siendo eléctrico.
La exposición continúa por décadas, mostrando cómo influyeron las grandes guerras en la mejora de la tecnología y de las prestaciones de los automóviles. Los felices años 20, con aquellos inmensos coches norteamericanos que siempre se asocian con la mafia, tienen incluso su sección particular. Tal es su importancia histórica y su tamaño. ¡Sería imposible circular por las calles de Madrid con su tamaño monstruoso!
La posguerra no fue un periodo muy bueno para los coches, hasta que llegamos a los 50 y 60, época del boom en Italia con la Dolce Vita, y se nota en el museo, que dedica una gran parte a esa colorida parte de la historia. En esos felices años surgieron obras de arte como el Volkswagen Escarabajo (en Top Gear dicen que ningún Porsche ha superado a éste, su abuelo); el Fiat 500 original, ideal para las callejuelas italianas y para ir al campo, con su hermano mayor el Fiat 600 Multipla; la Volkswagen California, emblema de los hippies, con su propio stand psicotrótipo; el Ford Mustang GT500 alias «Eleanor», emblema de los muscle car, que tanto han marcado la diferencia de concepto entre los coches europeos y americanos; o el Jaguar E-Type, uno de los coches británicos más hermosos y que dicen es el coche donde más besos se han filmado.
Unos años de derroche y felicidad que llegan a su fin con las crisis del petróleo de los 70, periodo en el que surge una nueva potencia automovilística: Japón. Sus pequeños coches, feos como el demonio pero irrompibles y eficientes, se empiezan a hacer un hueco en las cada vez más abarrotadas ciudades. Los norteamericanos siguen un poco a lo suyo, haciendo mamotretos inconducibles con muchos cromados, y en Europa, concretamente en Italia, descubren que la velocidad les gusta mucho, y se les da bien hacer deportivos ligeros y veloces.
Ferrari siempre había sido emblema de velocidad, elegancia y buen gusto, pero ahora surgían pequeñas bestias italianas, como el Fiat 131 Abarth, Lancia Delta, Alfa Romeo Spider… Tan sólo leer su nombre estremece a cualquier apasionado de los coches. En otros países europeos, como en Francia, también empezaron a emocionarse con estas pequeñas bombas, aunque en el museo del automóvil de Torino no les prestan demasiada atención.
Alemania e Italia siempre estuvieron muy enfrentadas en temas automovilísticos, ya que unos hacían (y hacen) coches muy robustos pero aburridos, mientras que los juerguistas italianos siempre buscaron conseguir un coche divertido que apetece conducirlo, antes que una máquina indestructible. Aun así, se rinden ante el Mercedes Benz RW 196 (pilotado por Juan Manuel Fangio), una auténtica revolución en la Fórmula 1, y joyas diseñadas por italianos (Giugiaro) como el Volkswagen Golf II.
Tan sólo algunos Mercedes-Benz, Jaguar y Bugatti logran superar el alto nivel de exigencia de este museo para ser expuestos entre Ferraris y Maseratis. Yo no seré quien se meta con sus criterios de selección, pero se nota que no son muy parciales.
La última etapa llega con los tiempos modernos y los problemas que traen los automóviles, como la contaminación, la seguridad, el consumo, etc. Todo ello explicado de una forma muy vistosa, recurriendo a artistas locales para hacer montajes apocalípticos, juegos con señales y mil y una travesuras más.
Con esto llegamos al final del primer piso, y nos queda otro más, que se resume en tres partes: fabricación, vida diaria y competición. Para el tema de la fabricación, tiraron por una idea muy sencilla: crear un túnel de construcción, en el que se ve paso a paso cómo se fabrica un Fiat 500 moderno. Y por si esto no fuera suficientemente espectacular, tú vas dentro del coche (vagón), para ver bien de cerca cómo se ensamblan las piezas.
La parte de Vida diaria es una genialidad o una locura, según se mire. Se resume en hacer todo un hogar con material relacionado con los coches. Incluso la mariscada de la mesa está inspirada en los coches. Hay que verlo para creerlo.
Y para el final, ¡la competición! Tras haber visto el salón de las copas del museo Ferrari de Maranello, creía que no se podía hacer nada más impresionante sobre coches, pero cuando ves la parrilla de salida que han montado, ¡te quedas con la boca abierta! Y no se te cierra hasta salir del museo. Únicamente los Ferraris tienen el pedigrí necesario para formar parte de esta selecta parrilla, así como algún Alfa Romeo y Maserati perdido, amén del Mercedes Benz RW 196 y el Bugatti 35B. Ya sabes, estás en Italia.
En boxes hay menciones especiales a hitos de la competición automovilística, como los dragsters, para terminar con una de las mayores preciosidades que han vencido en los circuitos europeos guardada en una esquina, el Alfa Romeo 155 V6 TI. Mejor no calcules los millones de euros que hay en esta esquina si no quieres marearte varias veces, y disfruta del espectáculo.
Aunque te haya dicho que había 3 zonas en este piso, el museo todavía no se termina, con varios récords curiosos (coche más estrecho, más bajo, más caro, etc.), y la sala de la exposición temporal, en la que te puedes encontrar tanto prototipos futuristas como motos o una parrilla de Fiat 500 gigante.
En los templos se veneran ideas y objetos. Pues bien, el museo del automóvil de Torino es sin duda la Catedral y la Meca de los museos automovilísticos, posiblemente el más grande del mundo, con una selección muy italiana de coches, pero por otro lado es lógico que sólo quieran mostrar lo mejorcito de este mundo. Y en este caso, tiene firma italiana.
Visita al museo del Automóvil de Torino (Turín)
- Cómo llegar: Corso Unità d’Italia 40, Torino. Curiosamente no hay parking grande cerca, es mejor llegar en transporte público. En mi visita estuve unas 3 horas, sin leer muchos carteles, por lo que si eres un auténtico loco de los coches se puede alargar bastante más. Hay expuestas unas 240 piezas entre coches, motores y otras partes.
- Horario: lunes 10:00 a 14:00. Martes 14:00 a 19:00. Resto de 10:00 a 19:00 (21:00 viernes y sábado)
- Tarifa: adultos 12€. Reducida 8€
- Web Oficial Museo dell´automobile di Torino (tiene visita virtual a parte del museo)
Menuda pasada de museo, está claro que barren para casa, pero la exposición tiene una pinta fabulosa, si ya disfruté de la exposición de Alonso en Madrid, o el propio museo del automóvil de Málaga, sin duda tengo una visita obligada en Turín :D
Tienes que apuntarlo de sitios a visitar, que lo vas a disfrutar mucho. El de Málaga me gustó mucho, en unas semanas publicaré algo. Un saludo!
Hola Victor
Si has estado hace poco por Italia y has visto alguna tienda original de ALFA ROMEO, FERRARI, o FIAT, te agradecería que me enviaras algunas fotos. Necesito coger ideas para hacer una tienda ALFA-ROMEO en Sevilla.
Muchas gracias
Hola Juanjo, estuve hace poco por allí pero no tengo fotos de los concesionarios, que no es algo a lo que me pare a fotografiar. Son bastante parecidos a los de aquí, igual en sus páginas oficiales encuentras fotos.
Un saludo!