Guía de Praga, la ciudad mágica
Praga, la capital de la República Checa, uno de los destinos turísticos europeos más de moda en los últimos años, es una de esas ciudades que enamora al visitante. Tras la Revolución del Terciopelo, en 1989, abandonaron el comunismo de forma pacífica, y desde entonces, el país y la ciudad no han hecho más que prosperar. Hoy en día visitar Praga es hacer un viaje en el tiempo, a la época medieval, y si el clima nos lo permite, podemos disfrutar descubriendo los secretos de esta ciudad tan clásica y a la vez tan moderna.
Transporte
Tras aterrizar en el moderno aeropuerto de Ruzyně, podemos llegar al centro mediante bus urbano o taxi. Hay que comentar que el transporte en esta ciudad es magnífico, contando con bus, metro y el pintoresco tranvía, muy nuevo.
Para acceder a cualquier transporte es válido el mismo ticket, que se puede comprar en kioscos o en el propio autobús o tranvía, aunque es más cara la segunda opción. El canjeo lo realizamos nosotros en unas máquinas dentro del bus, tranvía o red de metro, y se supone que hay unos inspectores que vigilan que tengamos el billete, aunque solo los vi una vez en la línea de metro.
El funcionamiento del transporte a similar a otras ciudades de pasado comunista, como Budapest o Bucarest.
En cuanto a los taxis, es mejor llamar a alguna compañía de taxis y que te manden uno o cogerlo en las paradas, ya que hay bastantes taxis ilegales que te pueden dar un buen susto. Una de las compañías de taxi fiables es Speed Cars.
Qué ver en Praga
La ruta ideal para visitar lugar empieza en el centro de Praga (Stare Mesto – Ciudad Vieja), que es donde están algunos de los lugares más importantes. La primera parada obligatoria es la Plaza de la Ciudad Vieja (Staromestské Námestí), lugar con un gran ambiente, además de ser Patrimonio de la Humanidad.
Aquí se encuentra el famoso Reloj Astronómico (Staroměstský Orloj), que es imprescindible verlo cuando toca la hora en punto y empieza el espectáculo de los muñecos y el trompetista. Yo lo vi unas tres veces y repetiría. Además, ¡es gratis!
Muy cerca de la Plaza de la Ciudad Vieja está la plaza de Wenceslao (Václavské náměstí), calle que es el actual centro neurálgico de la ciudad, y que está coronada por el Museo Nacional de Praga (Národní Muzeum). Este museo tiene una parte de historia checa y otra de historia natural. Aunque están en inglés la mayoría de las descripciones, hay muchos otros lugares para conocer en la ciudad antes que este museo, donde lo más interesante es casi el propio edificio.
Si nos interesa la historia judía, al lado de la Plaza de la Ciudad Vieja encontramos el barrio judío de Josefov, magníficamente conservado hasta nuestros días, (ya que Hitler quería conservarlo como museo de la especie extinta), con varias sinagogas, aunque si no tenemos mucho tiempo, es una visita prescindible.
Josefov es también la zona de las tiendas de moda. Lo que si que no me perdería es el viejo cementerio judío, uno de los cementerios más extraños que podemos visitar y que sorprende por el «descontrol» de las tumbas.
Tras Josefov, llegamos a la orilla del Río Moldava, el río más grande del país. Podemos caminar por su vera o navegarlo en un romántico paseo en barco, siendo el mejor momento del día cuando este llega a su fin, para deleitarnos con los bonitos colores del atardecer.
Todo río cuenta con puentes, y en Praga, además, están construidos con mucho gusto. Imprescindible recorrer a pie y despacio el Puente de Carlos (Karluv Most), el top hit de la capital checa. Dicen que es de los más bonitos del mundo, y aunque esté infestado de turistas, sigue manteniendo un aura que me encantó. Se disfruta mucho más bien temprano, por la mañana, o cuando ya es de noche y nos quedamos a solas con las estatuas que adornas el puente.
Una vez cruzado Karluv Most, llegaremos a Malá Strana (La pequeña ciudad), el barrio más clásico y mejor conservado de la ciudad, que parece otro museo. Pasear sin rumbo por sus calles es la mejor opción, para terminar llegando, en lo alto del barrio, al inmenso Castillo de Praga (Pražský hrad).
El Castillo de Praga es el más grande del mundo de estilo medieval, y por supuesto Patrimonio de la Humanidad. En su interior, a parte de la residencia del Primer Ministro Checo, está la Catedral de San Vito.
Esta catedral también tiene sus récords, siendo la más antigua de estilo gótico de Europa, y una de las que más se tardó en construir, unos 600 años. Despacito, con buena letra y algunos incendios, así fue su historia hasta llegar tan hermosa a nuestros días.
Malá Strana todavía guarda algunos sitios muy interesantes, como por ejemplo el Monte Petrín, coronado por una torre que recuerda a la torre Eiffel. Desde esta torre podemos ver toda Praga, y buscar los lugares en los que estuvimos y estaremos.
Si todavía nos quedan fuerzas, un lugar poco frecuentado por los turistas es la fortaleza de Vyšehrad, en la parte sur de Praga. A los checos les encanta ir hasta aquí los fines de semana para disfrutar de un buen picnic, rememorando el lugar en que se formó su ciudad.
Tanto caminar da mucha hambre, algo a lo que responderá con contundencia la abundante y barata gastronomía checa. Y además, siempre disfrutando de una pinta de buena cerveza checa. Si queremos saborear auténtica cerveza tradicional, uno de los sitios más pintorescos es la Cervecería Medvídků (Pivovar Medvídků), en pleno centro de Praga.
Estos son tan solo los lugares esenciales para conocer Praga y un poco de su historia, y nos llevarán posiblemente 2 días visitarlos todos ellos, 3 si somos de disfrutar de lo que vemos.
Otros lugares muy recomendables de Praga a visitar son el Teatro Nacional (Národní Divadlo), la torre de televisión Žižkov, la plaza de la Paz (Namesti Miru), y muchos pueblecitos cercanos, como Kutna Hora, pero esa es otra historia.
Además de ver monumentos, en Praga podemos ir a muchos espectáculos. Hay más información en las páginas oficiales de Turismo de Praga y Turismo de la República Checa.
Idioma
El idioma no supone ningún inconveniente para visitar Praga. Aunque el checo sea casi indescifrable, casi todos los carteles están subtitulados en inglés, y en todas las oficinas de turismo hay folletos en español. En cuanto a los restaurantes, siempre tienen menú en inglés, y a veces hasta en español.
Ahora sólo queda buscar una semana para recorrer las calles empedradas de Praga, ya que por mucho que digan que en 2 días se ve el centro, creo que es algo imposible, y mejor tomárselo con calma, que el turismo no es una carrera de F1, si no una forma de disfrutar de nuevos lugares. Ahoj Praha! (por algo hay que empezar)
Más información:
- En la República Checa usan su propia moneda, la corona checa, con un cambio aproximado de 25 coronas = 1 €, 100 coronas = 4€. Lo mejor es sacar dinero directamente en un cajero, ya que la comisión de la tarjeta de crédito suele compensar con el mejor cambio que nos dan.
- Algunos de los mejores lugares que podemos visitar cerca de Praga son Kutna Hora y Cesky Krumlov, preciosos pueblos muy pintorescos.
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Beautiful, mesmerizing, magical, fairy, hippie city!
Información más que útil para viajar a Praga y la República Checa en general. Los precios son muy parecidos, me recomendarías visitar Brno? o mejor invertir el tiempo en Viena o Bratislava?
Un saludo!
Qué buena guía y maravillosas fotos! Tambien agregaría a la lista de lugares por visitar los parques Letná y Stromovka. Este último es muy fotogénico durante el otoño cuando mudan de color los árboles. Saludos!