Los correfocs de Palma de Mallorca en las fiestas de San Sebastiá (y cómo hacerles fotos)
Imagínate que es de noche y aparecen unos demonios. Con antorchas que lanzan fuego en la mano. Con caras muy feas. Y con muchas ganas de hacer que la gente baile y salte «aterrorizada» de miedo por su presencia. Pues así celebran las fiestas en Palma de Mallorca y muchos otros lugares de las Islas Baleares, Cataluña y Valencia: con los correfocs, el baile de los diablos con fuegos artificiales que iluminan la noche y son divertidísimos y espectaculares, siempre y cuando vayas bien protegido del fuego y de los demonios.
En Palma de Mallorca la tradición de los correfocs es muy reciente, pues se empezaron a celebrar después de la dictadura, a mediados de los 70, cuando el alcalde decidió animar un poco más las fiestas de San Sebastiá, patrón de Palma, incorporando conciertos y correfocs en la celebración. En seguida le pillaron el gustillo, y ahora estos tenebrosos demonios son los encargados de dar el pistoletazo de salida a los festejos.
Durante un par de horas, las decenas de demonios recorren varias calles principales mientras aúllan, arrastran fuegos artificiales por el suelo para que la gente salte, corren calle abajo con varios ingenios pirotécnicos que parecen sacados de Mad Max (como una bicicleta con fuegos en las ruedas o un trono diabólico con fuegos a los lados), empuñan fuegos artificiales que giran frenéticamente y lanzan bolas de fuego para caldear el ambiente festivo.
Ésta era la primera vez que veía una fiesta con correfocs en directo, así que al principio tenía mis temores (pequeños, eso sí) sobre meterme en medio de todo el barullo, justo debajo de la lluvia de chispas. Al ver el primer correfoc, no sé si fue el fuego o las ganas de fiesta lo que me llevó irremediablemente a meterme en todo el berenjenal, cerquita de los demonios y de sus fuegos artificiales. No serán la compañía más aconsejable, pero oye, dan un calor que no veas con sus ingenios pirotécnicos.
Mucha gente en Palma de Mallorca debía de pensar como yo, porque éramos multitud saltando y danzando (algunos también fotografiando) alrededor de los demonios en este baile, simulando la lucha entre el bien y el mal. El frenesí se iba apoderando de todos entre la mezcla de pólvora, petardazos, fuego y sudor, hasta llegar a la plaza de Juan Carlos I, donde terminaba el recorrido y nos esperaba en el escenario un grupo de lo más satánico.
Pero la fiesta aún no había terminado, sino que más bien empezaba lo mejor: entraban en escena el Drac de Sant Jordi y el Drac de na Coca cubiertos de pirotecnia.
Hago un pequeño inciso para contar la historia del Drac de na Coca, muy curiosa. Resulta que sobre 1776, una cría de cocodrilo llegó hasta Palma de Mallorca, se cree que enganchada al ancla de un barco. El animal creció y sembró el terror en la ciudad, pues creían que era un auténtico dragón, hasta que una noche, el noble Bartomeu Coc, vio al reptil y sacó la espada, matándolo de un golpe seco.
Ahí se dieron cuenta de que era un cocodrilo, y desde entonces se guarda disecado en el Museo Diocesano. Eso no quita para que el lagarto esté pluriempleado en varios actos de las fiestas de San Sebastiá, donde casi es el protagonista.
Con ambos dragones en la calle sembrando el terror, totalmente cubiertos con fuegos artificiales, lo único que se puede hacer es correr y ver desde la distancia cómo van cubriendo todo con una espesa nube de pólvora quemada, en medio de un espectáculo con mucho fuego y color. Así terminan los carrefocs en Palma de Mallorca durante San Sebastiá, o mejor dicho, así empiezan las fiestas, que durarán varios días, pero ya sin los simpáticos demonios de los correfocs.
Ésta era la primera vez que veía a los correfocs en directo, y sin duda es una fiesta de lo más divertida, que recomiendo probar a todo el que le guste el ruido, el jaleo y los demonios burlones.
Consejos para ver y hacer fotos en los correfocs (de cualquier sitio):
- Cubrirse con ropa de algodón. La seguridad siempre es lo más importante, así que hay que taparse completamente con ropa de algodón (tarda más en arder). Aunque se pase calor dentro de los correfocs, es recomendable ir con manga larga, guantes, pañuelo en la cara y gorra. Para saber si una prenda es de algodón, algo no tan trivial en pañuelos y guantes, tan sólo tenemos que quemarla un poco. Si empieza a oler a papel chamuscado, es de algodón. Si huele a plástico, es tejido sintético, así que mejor no usarlo.
- Cubrir bien el rostro. La cara es sin duda la parte más expuesta, por lo que un pañuelo es lo mejor, pues permite respirar y tapa gran parte del rostro. Si vamos con cámara, el pañuelo evitará que se empañe el visor. Para el pelo podemos usar una gorra (son gruesas y, con la visera hacia atrás, tapan el cuello), o un pañuelo a lo pirata. También vi algunos niños con casco integral, así quedan protegidos tanto de las llamas como de golpes y ruidos. Más seguro, imposible.
- Usar gafas. Las chispas saltan en todas direcciones, y los ojos son muy delicados, así que lo mejor es taparse con unas gafas de cobertura total. Alguna gente llevaba gafas de ski, pero se pueden estropear por las chispas, así que mejor unas de plástico de carpintero con cobertura total. Combinadas con el pañuelo son ideales.
- Tapones para los oídos. Esto no es imprescindible, pero si te vas a meter debajo de los paraguas de fuego, al acabarse dan un fuerte petardazo que puede dejarnos con un pitido en los oídos durante varios días (como me pasó a mí). Así que unos tapones evitarán cualquier molestia futura.
- Fitro UV para nuestra cámara. Las chispas queman. Protejamos bien nuestra lente con un filtro UV, que posiblemente tengamos que tirar tras la fiesta, por ello, vale uno barato.
- Limpiar el filtro UV cada poco. Las bolas de fuego de los comefuegos manchan con grasa, razón por la que es recomendable limpiar un poco el filtro tras acercarnos a ellos. Con un pañuelo de papel será suficiente para quitar los pequeños charcos de grasa que hacen efectos raros en las fotos (¿sabrías decir qué fotos de este artículo tienen ese problema?).
- Usar guantes. Con unos guantes de algodón protegemos tanto nuestras manos como la cámara, de modo que son doblemente útiles. Si no vamos a hacer fotos, no son tan necesarios, aunque seguro que recibiremos algún que otro chinazo.
- Si vas a hacer fotos, ¡cuidado con la marabunta! La gente está enloquecida, y todo ocurre muy deprisa. Más vale estar atento a los demonios para evitar empujones y golpes. Las gafas de cobertura total son muy útiles en este sentido, pues no tendremos que cerrar los ojos por mucho que las chispas vengan a por nosotros, viendo todo mejor.
- Experimenta con la cámara. En cuanto a la parte técnica: experimenta. En esta fiesta de Palma de Mallorca los correfocs fueron de noche, por lo que el ISO alto era imprescindible, pero hay que tener en cuenta que existe mucha diferencia de luminosidad entre la gente y los fuegos, así que subexponer es buena idea. También podemos usar flash, mejor remoto, para jugar con las sombras y conseguir efectos curiosos con exposiciones lentas. También se pueden hacer sin flash, pero le da otro toque. Por supuesto, dispara en Raw, imprescindible si no queremos quemar los fuegos (valga la redundancia) o empastar el fondo. Y sobre todo, no dejes de probar cosas diferentes. En este artículo, todas las fotos están echas con un gran angular (17-40), porque quería estar cerca, pero seguro que se consiguen cosas muy interesantes con un objetivo medio o incluso un teleobjetivo luminoso.
Para cualquier otra duda, pregúntame en los comentarios.
Impresionante
Yo soñe con esto anoche pero tenían mascaras de blanco con agujeros